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Ciro Redondo García: Un moncadista de cara al peligro

Mario Lazo Atala (a la derecha), presenta el libro, acompañado del historiador Eumelio Marín. Foto: Pedro Martín Montero
Mario Lazo Atala (a la derecha), presenta el libro, acompañado del historiador Eumelio Marín. Foto: Pedro Martín Montero

Una biografía publicada por la Editorial de Ciencias Sociales, del Instituto Cubano del Libro, reaviva el espíritu de combate de quien el Che distinguió dentro de su tropa, por ser uno de los inconmovibles puntales en cuanto a obsesión de lucha.

Mario Lazo Atala aún no había nacido cuando el osado combatiente peleaba con valentía en la posta número 3, del Cuartel Moncada, de donde pudo salir del fuego cruzado, al ordenar Fidel la retirada el 26 de julio de 1953.

Sesenta años después de fraguarse el Día de la Rebeldía Nacional, el teniente coronel de la dirección política, del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), Lazo Atala, llega al municipio avileño de Ciro Redondo a presentar, en calidad de coautor, la obra que iniciara su padre Mario Lazo Pérez, moncadista y luchador clandestino.

“En realidad, el autor principal es el propio Ciro Redondo García, después fue mi papá, quien se consagró a esta investigación durante 15 años y, al fallecer en el 2008, yo me comprometí con la Revolución en darle terminación al libro que ya fue publicado bajo el título: Ciro Redondo, capitán del pueblo.

“Así llamaba el Che al joven de 26 años, porque, además de expedicionario del Granma y de ser un guerrillero de la Sierra Maestra siempre de cara al peligro, era alegre, entusiasta, atrayente en sus relaciones humanas.

“Mi viejo me hablaba mucho de Ciro, ellos se conocían desde la escuela primaria en su natal Artemisa, sobre lo cual hay evidencia en la publicación. De un grupo de niños presentes en la foto tomada el curso 1938-1939, varios se convirtieron en asaltantes al Moncada”.

Cuenta el oficial del MINFAR que durante las madrugadas se dedicaba en su puesto de trabajo a darle terminación a la obra, estructurada en catorce capítulos y un total de 247 páginas, en cuya tarea considera como la principal “prueba de fuego”, habérsela entregado para la revisión, al Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez.

“¿Que cuáles de sus virtudes eran más distintivas?, la valentía y el patriotismo. Fíjense que una de las veces que él salió del presidio, de la entonces Isla de Pinos, llegó a la casa de su familia, fue directo a una jaula en el patio, le abrió la puerta al pajarito y dijo: ‘ustedes no saben el precio de la libertad’.

“Pienso haya sido el que más causas judiciales tuvo de los combatientes revolucionarios, por portar arma de fuego, afectar la ‘estabilidad’ de la República, distribuir entre la ciudadanía artemiseña el Manifiesto No. 1, del Movimiento 26 de Julio, firmado por el doctor Fidel Castro Ruz, quien convocaba al pueblo a alzarse en armas.

Lazo Atala revela como detalle interesante que Ciro Redondo se convirtió en el  primero ascendido al grado de comandante póstumamente, luego de caer heroicamente en Mar Verde, macizo montañoso de la Sierra Maestra, el 29 de noviembre de 1957.

“Nos propusimos con la obra biográfica mostrar la vida de Ciro tal como fue él: jovial, enamorado, jaranero, un hombre que se entregó por entero a la Revolución.

“Aprovechando estas posibilidades, igual que se hace con el empleo de las nuevas tecnologías, podemos acercar más la historia a los niños y jóvenes, es una manera de contribuir con libros como el nuestro, a que la Revolución cubana se siga fortaleciendo”.

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