Los sudamericanos aseguraron la medalla de plata este sábado, con fácil victoria sobre Bulgaria en cuatro sets (25-12, 25-17, 23-25, 25-16), apoyados en los aportes de los auxiliares Wallace de Souza (24 puntos) y Ricardo Lucarelli (15).
Los monarcas olímpicos dispusieron en igual segmento de la selección italiana, también en cuatro mangas (25-12, 25-23, 24-26 y 25-20), tirados por el opuesto Nikolay Pavlov (21) y los auxiliares Evgeny Sivozhelez (12) y Alexey Spiridonov (14).
Ambos finalistas llegaron a los cruces con balance de una victoria y una derrota, pues en la fase de grupo los rusos derrotaron en la apertura a los brasileños, quienes luego barrieron a los canadienses y pasaron a la disputa de los metales. La gran sorpresa de esa etapa fue que los nortenos lograron batir en cinco sets a los alumnos de Andrey Voronkov.
En el duelo inaugural de la final los rusos salieron delante con éxito de 25-17, pero luego cedieron consecutivamente por 23-25 y 22-25. La recuperación llegó en el cuarto parcial por 25-19 y se mantuvo en el tie break por 15-11.
Claves para la victoria de los rojos resultaron las actuaciones de Pavlov, autor de 27 puntos, así como las del gigante Dmitriy Muserskiy (14) y el atacante de esquina Spiridonov (12). Por la parte brasileña destacaron Wallace, Lucarelli y Lucas Saatkamp, autores de 13 cartones cada uno.
Sin embargo, esa es ya historia pasada y la verdadera revancha de lo ocurrido hace un ano en la capital británica se saldará este domingo con criterio muy reservado. Cualquier desenlace está en los cálculos, al final Rusia y Brasil son los mejores elencos del planeta en este minuto.