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Justa mitad del derecho conquistado

Según datos del último censo mundial realizado en el 2011, en el mundo habitan unos 3 mil 42 millones de mujeres, casi la mitad de la población del planeta. Pero la igualdad de género y la emancipación de ellas, lejos de ser uno de los ejes de la existencia de las sociedades contemporáneas, continúa siendo uno de los principales objetos de reclamo popular en no pocas naciones.

Aun cuando el reconocimiento de los derechos femeninos recibió un incuestionable impulso a partir del programa adoptado en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1995 en Beijing, la discriminación que sobre las féminas ha pesado durante siglos permanece todavía profundamente arraigada en las sociedades, y su paridad de derechos respecto a los hombres en el terreno laboral y en muchos otros campos es una meta aún por alcanzar.

Muestra de los grandes desequilibrios que persisten a nivel planetario en materia de igualdad de género es que casi la mitad (48,4 %) de la población femenina con más de 15 años de edad permanece económicamente inactiva, mientras en algunas regiones la diferencia es mayor aún, con menos de 4 mujeres económicamente activas por cada 10 hombres empleados.

Hace más de medio siglo, con la instauración en Cuba del poder revolucionario, las mujeres comenzaron a desempeñar un papel de primer orden en el desenvolvimiento del país. La creación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el 23 de agosto de 1960, entre otras decisivas medidas del Gobierno Revolucionario, propició la existencia de oportunidades a las que nunca antes estas habían accedido.

Hoy las cifras hablan por sí solas: las féminas representan en Cuba cerca del 50 % de la fuerza laboral, más del 65 % de los técnicos y profesionales y el 43,3 % de los parlamentarios, sin contar que de los 115 integrantes del actual Comité Central del Partido Comunista, 48 corresponden al sexo femenino.

Según indicó recientemente el informe Estado de las Madres del Mundo 2013, de la organización de derechos de los niños Save the Children, Cuba es el mejor país de América Latina y el Caribe para que las mujeres se conviertan en madres.

Las estadísticas en tal sentido comparan las condiciones del desempeño materno en 176 países y tienen en cuenta el estado de bienestar y atención a las madres y sus hijos, el índice de mortalidad infantil, la educación y el nivel de ingresos reales, así como la situación sociopolítica de estas.

No obstante los logros alcanzados, las autoridades cubanas y toda la sociedad se empeñan en la erradicación de los vestigios que entorpecen la total igualdad de género y el pleno ejercicio de los derechos de personas de uno y otro sexos. En tal sentido la III Evaluación del Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Conferencia de Beijing, realizado en La Habana hace apenas dos meses, tras reconocer significativos avances en la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades de las mujeres, alcanzados en el país, proclamó que: “Se trata de considerar al género no como una variable más, sino como parte de una condición de vida, como elemento indispensable en la formulación e implementación de toda nuestra política económica y social, que propicie permanencia y sistematicidad en los análisis y evaluaciones y que no tengamos que apelar solamente a estos espacios de seminarios nacionales para evaluar por dónde vamos, qué nos falta, a qué aspiramos y cómo construimos todas y todos una sociedad más justa”.

Del mismo modo, en el análisis se reconoció que hoy perviven concepciones sexistas, así como algunas limitaciones que contribuyen a naturalizar las desigualdades entre hombres y mujeres. Entre estas destacaron las referidas a la mayor integración entre organismos e instituciones que intervienen en el trabajo comunitario, la carencia de un adecuado enfoque de género en el análisis de las problemáticas sociales y la inexistencia de registros apropiados para evaluar y dar seguimiento a la problemática de la violencia intrafamiliar.

Un tema muy debatido por su urgencia e importancia fue la inexistencia de una legislación familiar actualizada que brinde soluciones jurídicas a problemas complejos y sensibles, como las diferentes manifestaciones de violencia de género o en el seno del hogar. De ahí que se ratificó la necesidad de “priorizar en el más breve plazo la aprobación de las modificaciones al Código de Familia vigente y la creación de las normas procesales correspondientes”.

Tal determinación asegura que en Cuba, cada vez más, las mujeres continuarán siendo la justa mitad de todos los derechos conquistados.

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