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Un jugo más para el título

Otra vez Freddy Asiel Álvarez fue el héroe indiscutible. Otra vez Yeniet Pérez un acompañante de lujo con cuatro impulsadas. Otra vez un gran juego de pelota para una final de béisbol. Otra vez un equipo villaclareño a un paso, a un vaso de jugo de naranja de ser campeón, tras 18 de espera. Otra vez Matanzas contra la pared.

La historia del cuarto partido del play off entre los naranjas de Ramón Moré y los cocodrilos yumurinos de Víctor Mesa era casi previsible, si tomamos en cuenta que el derecho de Corralillo había rendido actuaciones impecables, lo que en béisbol se llama: pítcher al seguro. Y este domingo no dejó margen a dudas de por qué es el mejor lanzador cubano hoy, tras la victoria 4-1.

Freddy Asiel extendió a 40,2 inning el récord en postemporadas de no permitir carreras y quedó a solo 6,2 de la histórica marca de Maximiliano Gutiérrez (47,1). La única que le hicieron en el octavo capítulo fue sucia, por un error de su antesalista. Jonder Martínez se encargó nuevamente de salvar el partido con otra soberbia demostración y muchos apostamos a su retorno a la selección nacional en los meses venideros.

Claro que el juego tuvo de todo. Un mal corrido del matancero Ariel Sánchez en el primer capítulo, cuando pudo haber sido quieto en home con el roletazo de José Miguel Fernández. Un cuadrangular enorme, al estilo de los grandes jonroneros, del naranja Yeniet Pérez con dos hombres en circulación, suficiente para decidir el marcador. Y un cero de leyenda con bases llenas a los matanceros en el octavo, cuando muchos apuntaban a un empate en la pizarra.

Ahora solo un milagro —algo muy poco probable en la pelota— pudiera impedir que los centrales levanten su tan ansiada quinta corona en nuestras series nacionales (1983, 1993, 1994 y 1995), en tanto para sus retadores un segundo lugar clasificaría como el mejor puesto  con ese nombre, tras el tercero de la pasada edición.

Conferencias para aprender 

Muy duro ha sido el camino para llegar a tener conferencias de prensa al término de cada juego en semifinales y final. Por eso, lejos de perder o criticar ese momento, tan esperado y exigido en eventos internacionales y en todas las ligas del mundo, se impone perfeccionarlo con la contribución de todos.

Hemos visto respuestas ásperas y hasta agresivas por parte de directores y jugadores de equipos, como si no comprendieran que el sentido de las preguntas (en toda conferencia de prensa existen preguntas buenas, provocativas y malas) no es, en ningún caso, ofenderlos a ellos, sino hurgar en esos aspectos que el pueblo quiere saber: estrategias fallidas, valoraciones de una jugada, anuncios de lanzadores, enseñanzas técnicas, etcétera.

No responder una interrogante puede hacerse con elegancia y será comprendida por todos. A periodistas, directivos, jugadores y hasta árbitros (es posible llevarlos un día) nos toca ganar en cultura sobre ese espacio informativo, tan importante hoy en el deporte mundial.

Algunas conclusiones adelantadas

Comoquiera que la serie terminará en la semana entrante con un nuevo monarca (por cierto, asistirá a la Serie del Caribe del 2014 en Isla Margarita), comparto algunas ideas de lo visto a lo largo de la temporada y en esta final.

Mucho hay que trabajar todavía en la defensa, pues tanto o más importante como coger y tirar bien es la ubicación del fildeador a partir del pitcheo que se le esté haciendo al bateador. No olvido el estado actual de nuestros terrenos ni el poco hincapié que se hace en la base en este aspecto, lo cual puede revertirse.

En cuanto a los serpentineros, si bien contamos hoy con al menos diez abridores de puntería en todo el país (casi uno por selección), no podemos decir lo mismo entre los relevistas. La lección dada por Dominicana en el tercer Clásico Mundial (abridor-intermedio-cerrador) no es posible aplicarla solo a nivel de selección nacional, hay que empezar en nuestras campañas. Villa Clara es un buen ejemplo, y lo ha logrado con trabajo y años de esfuerzo.

Dejo para el final el tema del arbitraje. Ellos también están bajo tensión en juegos decisivos, pero de ahí a que sus fallos puedan definir partidos o ser cada vez más frecuentes va un largo trecho. No es posible aumentar el nivel de la pelota cubana si no aumenta el de nuestros árbitros, lo cual no se logra solo con cursos.

Este lunes puede haber una explosión de pueblo en la ciudad naranja. Por si acaso, vaya temprano al Augusto César Sandino. Y si ocurriera lo contrario, nos vemos entonces el jueves en el Victoria de Girón, la cuna de los únicos cocodrilos beisboleros.

 

 

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