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Cooperación sobre rieles de desarrollo

Especialistas de diferentes centros y territorios del país evalúan exhaustivamente las perspectivas de la creación de nuevas cooperativas como parte del espectro económico cubano./ Foto: César A. Rodríguez.

El cooperativismo en Cuba tiene, como las carreras de largo aliento, un segundo aire. La estrategia está bien definida y quienes la ejecutan tratan de encontrar los senderos más viables, a fin de contribuir a la actualización eficaz del modelo económico cubano y a la implementación de los Lineamientos.

Entre los que tratan los delegados al VI Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), que finalizará hoy en el Palacio de las Convenciones, en La Habana, el referido a esa forma de gestión ocupó no pocos espacios y el pensamiento colectivo giró en torno a cómo podría desarrollarse y avanzar más también fuera del surco.

De hecho, uno de los paneles valoró un conjunto de aspectos vinculados al asunto, entre los cuales estuvo una propuesta de institucionalización de las relaciones Estado-cooperativas, elaborada por especialistas de la occidental provincia de Pinar del Río y presentada en el evento por el Doctor en Ciencias Joel Jiménez Báez.

Los investigadores consideraron que se impone, como necesidad objetiva, una institucionalización, a fin de garantizar la organización y planificación adecuada y la concepción de un marco legal para respaldar esa forma productiva que se inserta de manera paulatina en el entramado económico del país.

La sugerencia en cuestión radica en la creación del Instituto Nacional de Cooperativismo de Cuba (INCC) o un organismo afín, subordinado al Consejo de Ministros y con direcciones en las diferentes estructuras, de acuerdo con la división político-administrativa del país, cuya misión fundamental será promover, fortalecer y supervisar las cooperativas en todas sus variantes.

Otro estudio, también de especialistas de la ANEC y la Universidad Hermanos Zaíz, del territorio pinareño, permitió elaborar una metodología de organización, formación y desarrollo de esa forma de gestión, la cual —según aseguraron en el panel— puede ponerse en manos de todos los interesados.

El doctor en ciencias Claudio Alberto Rivera, presidente de la Sociedad de Cooperativismo de la ANEC, insistió en la importancia de que éste sea un sector con autonomía dondequiera que funcione, tanto en la pesca, el transporte, como en la gastronomía y el comercio, por citar algunos ejemplos.

Consideró esencial alejar toda acción de burocratismo y apegarse siempre a la actualización del modelo económico cubano.

Instó a preparar, sobre la base de la capacitación, no solo a los cooperativistas, sino también a la población, y para ello resulta preciso simplificar documentos legislativos y disponerlos de forma asequible.

También reconoció que esa forma de producción en el sector agrícola cubano ha demostrado sus potencialidades y vías de desarrollo, más allá de las dificultades afrontadas.

Como parte de las soluciones presentadas por los delegados al VI Congreso de la ANEC, las referidas al cooperativismo andan sobre los rieles que forman las vías del desarrollo.

 

 

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