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Darle otra oportunidad a la vida

La mujer coge los minúsculos pedacitos de cristal y los pone en el mosaico que está creando. Poco a poco, la flor va formándose, llena de colores. “Así el tiempo pasa más rápido”, dice, sin levantar la cabeza.

Desde que ingresó al Establecimiento Penitenciario de Mujeres La Habana —más conocido como Guatao— hace cuatro años buscó la forma de ocupar el pensamiento. “Siempre me gustó la artesanía, pero nunca le había dedicado tiempo. Empecé sola, hasta que las obras comenzaron a salir. Ahora en este tallercito somos dos, nuestras piezas se entregan como presente a algunas visitas y hasta están en las exposiciones”, afirma Daina.

Heidy tiene 19 años. Su juvenil rostro muestra arrepentimiento. “Me porté mal”, expresó cuando indagamos la causa por la cual permanece interna. No quiere referirse a ello, prefiere olvidar. “Trabajo en la cocina, estoy haciendo un curso de muñequería y quiero concluir el noveno grado”.

Sobre el futuro, afirma: “Cuando salga de aquí, nunca más vuelvo a entrar, me portaré bien”.

Oficios y estudios

La instalación estaba reluciente; paredes bien pintadas, pisos brillosos, los dormitorios adornados con toque femenino; unas internas recibían clases, otras practicaban deportes o laboraban en la cocina-comedor.

Así lo comprobamos durante el recorrido que durante más de tres horas un grupo de periodistas cubanos y extranjeros hicimos por esa instalación, poco tiempo para poder apreciar toda la obra que ahí se hace, según la teniente coronel Sara Rubio, directora de la instalación.

Son muchas las que incursionan en las artes manuales, creando las más diversas figuras con tejidos, caracoles o madera. Katia muestra una exposición que recoge obras hechas por sus compañeras: “Las internas adquieren habilidades y después elaboran los artículos”, expresó a los reporteros.

“Imparto clases de auxiliar de cocina a 39 estudiantes, los martes y viernes, en la mañana y la tarde”, expuso y aseguró que durante su permanencia ahí ha sido bien tratada. “Tuve algunas dificultades de salud y me atendieron rápido”, añadió.

La teniente coronel Rubio señaló que para el desarrollo del trabajo en los establecimientos del país existe el sistema de tratamiento educativo, donde se imbrican varios programas y actividades.

“Y tenemos el trabajo socialmente útil, que tiene una acción directa en la transformación de las conductas de las personas, crea hábitos, valores, es muy importante”, apuntó y precisó que en el caso de Cuba más del 85 % de las mujeres que cumplen sanción están insertadas en la capacitación de oficios y se preparan en diferentes cursos.

Entre ellos mencionó los de manicure, costurera, operadoras de microcomputadoras y servicios gastronómicos; “pero también hay mujeres que se han capacitado como albañiles o enchapadoras, y demuestran hacerlo muy bien”, acotó.

De igual forma, más del 50 % de la población penal femenina está vinculada a diversas labores productivas, todas con entidades estatales.

“En talleres textiles, huertos; gran número posee nivel superior y algunas se preparan como profesoras, de tal forma que hoy se desempeñan como maestras dentro del propio centro”, precisó.

También informó que el 38 % está incorporado a distintos programas de estudio.

Al hablar de las características del Guatao, indicó que están internas unas 400 mujeres, organizadas por cubículos. “Tenemos 12 colectivos, atendidos por jefas. El 80 % de los que trabajamos aquí somos mujeres, el resto son hombres dedicados básicamente a las actividades de servicio”.

Derecho a la maternidad

El pequeño Osbel sonríe y retoza entre las manos de su mamá. Ella lo acaricia; es un bebé hermoso y sano. Hasta que tenga un año podrá permanecer junto a su madre. Dunia es una de las internas que decidió tener a su hijo en estas condiciones.

“Una vez que los compañeros de servicios médicos detectan el embarazo, estas mujeres pasan al materno del establecimiento. Reciben la atención y el seguimiento de los ginecobstetras, hasta que llega el momento del parto y son trasladadas a un hospital especializado”, aclaró Sara.

Posteriormente regresan al hogar materno. “Los recién nacidos pueden estar con su mamá todo el tiempo, en ese período se garantiza la lactancia materna. Una vez que cumple el año, la madre decide a qué familiar cercano se lo entrega. Hay pequeños que no tienen familias o estas son disfuncionales y van a las instituciones para niños sin amparo filial. Después nos encargamos de que la mamá, una vez a la semana, esté con su hijo.

“En el caso de los bebés y de las embarazadas se les garantiza una dieta específica”, apuntó la oficial. Loraine, otra de las internas, es promotora del programa Educa a tu hijo, que al decir de la teniente coronel Sara es uno de los más humanos, “está insertado a nivel de la sociedad y es el que prepara a la familia para la formación y educación de los niños en la edad preescolar.

“Tenemos que orientar a las madres que están aquí, a los padres que se encuentran en los establecimientos, y a las familias que se quedan con los niños para que los formen, los eduquen correctamente. Les proporcionamos esas herramientas”, manifestó Sara.

Eso lo corrobora Loraine. “Los sábados, de 9 a 12 del día, los niños participan junto a sus madres y familiares en las actividades, repasamos lo que ellos van aprendiendo en las escuelas o introducimos juegos de participación”, añadió.

Tai Chi para la salud

Hay entusiasmo entre las internas que juegan voleibol; unas lo hacen con más dominio, otras no tienen tanta suerte con la pelota, no obstante, gritan, se alientan, como en toda buena competencia.

Cerca, más calladas, solo con la voz de la profesora sobresaliendo en el entorno, varias mujeres practican Tai Chi.

María lo aprendió en el barrio chino. “Empecé porque tenía artrosis generalizada y mejoré bastante, por eso lo sigo practicando. Cuando hablamos para hacerlo aquí, muchas se entusiasmaron”, comenta.

Con 53 años, Paula reconoce que el Tai Chi le ha sido útil para aliviar los problemas con el asma, y otras han superado dolores en las articulaciones. Licenciada en Información Científico- Técnica sabe apreciar las bondades que ofrece la biblioteca, donde también ella en su condición de interna presta servicio. “Algunas prefieren novelas policíacas, de ciencia ficción; otras buscan libros de Historia, depende…”

El doctor Marcel Batista destacó el papel que desempeña el deporte, pues prepara a la persona física y mentalmente. “Los ejercicios se hacen dos veces a la semana. Hay momentos en que puedes encontrar 20 y otras 10, lo hacen voluntariamente”.

Al referirse a todos los programas desarrollados en las instalaciones y centros penitenciarios, la teniente coronel Rubio resalta que este no es un trabajo solo del MININT, “están los organismos de la administración central del Estado, las organizaciones políticas y de masas, las instituciones jurídicas del país; por sí solo, no se puede lograr todo esto”, afirmó.

Nos vamos con la melodía y el ritmo que dejan tras de sí las canciones y la danza interpretadas por varias internas. Para ellas, la vida tiene otra oportunidad, los jardines que allí florecen hablan por estas mujeres.

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