Sencillamente constructores

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...

Luis Manuel Tars Antomarchí y Ricardo Veranes Carrión parecen hechos de ébano, no ya por el color de la piel, donde raza y sol han dejado huellas, sino por lo recio y firme de sus talantes.

 

Como el resto de los miles de camaradas de faenas en todo el país, estos dos santiagueros fundan, cimientan, construyen… aunque a ellos los marca la diferencia, pues andan a la cabeza de la tropa de cascos blancos de este archipiélago, esa que multiplica creaciones aquí y allá, y muy bien merecida tiene la fecha del 5 de diciembre para homenajearla a su altura, la misma donde se encumbran Tars y Veranes.

Si de contar al vuelo sus historias se tratara, todo pudiera resumirse en la condición que con legítimo orgullo de constructores llevan al pecho —sintetizada en una medalla— o en sus desempeños, resumidos en un expediente laboral abultado, escrito en oro y donde se lee: Héroes Nacionales del Trabajo de la República de Cuba.

Igualmente, si de hablar de sus trayectorias fuera el caso, habría entonces que dedicar mucho más que este espacio de hoy en el periódico para enumerar las decenas de zafras de caña y café en las que han tomado parte, las miles de horas de duro bregar, varias de ellas donadas voluntariamente a las milicias, los muchos congresos en los que han participado, las donaciones de sangre materializadas…

Pero estos dos hombres, madrugadores, de manos grandes y callosas, conversadores y galantes, son grandes más allá de todo ello; lo son por esencia, entremezclándose en ella trabajo, comunidad y familia, cada cual desde su espacio: El de Tars está allí, en la fábrica de cemento José Mercerón, sitio donde ha fundado un imperio, pues lleva 44 de sus 69 años laborando como mecánico en esa industria santiaguera; el de Veranes, aun cuando está emplantillado en la ECOA 58, se disemina entre La Habana, Cayo Coco y Santiago de Cuba, en las muchas obras en las cuales le ha tocado lucirse —cuchara y plomada en manos— haciendo gala de aquello que más le gusta hacer en materia de albañilería: colocar pisos y enchapar.

Ambos comparten algo más que una amistad, a mí por lo menos se me antoja complicidad, aun cuando ni ellos mismos asuman como tal esa suerte de sucesión que tienen en las cosas de la vida.

Tars por un lado, enrolado en asuntos de clandestinaje allá por sus años mozos, para definitivamente subir a la Sierra Maestra como parte del Tercer Frente guerrillero. Veranes, hoy con 55 años de edad, rompiendo monte en la Columna Juvenil del Centenario. El primero, fungiendo tiempo atrás, como delegado de circunscripción; el segundo, representando hoy a los cascos blancos en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Uno y otro superándose en sus respectivos desempeños, Tars, incluso con un título de Técnico de Nivel Medio en Anatomía Patológica —“porque en este mundo hay que saber de todo”—; Veranes llegando hasta jefe de una brigada. Los dos asumiendo roles de profesores, yo diría mejor de maestros, en tanto sus enseñanzas trascienden el oficio para resumirse en el ejemplo.

“Nadie crea que llegar a Héroe del Trabajo resulta fácil, dice Tars; pero tampoco vaya a pensarse que es algo inalcanzable, solo se necesita entregarse con amor a la tarea que a uno le toca”.

“El título honorífico, asegura por su parte Veranes, lo asumo como una suerte de la vida porque sé de muchísimos constructores, y personas de otros sectores, que se entregan completamente a lo que hacen; ¡existen tantos héroes cotidianos en Cuba!”

Bajo tales presupuestos asumen su día a día estos dos hombres, quienes se reparten con igual empeño productivo entre centro laboral y casa, sitio este último donde también acumulan méritos, según cuentan sus esposas e hijos.

Tars, en el jardín de los bajos de su edificio, junto a las plantas que hace germinar para luego contemplarlas entre sorbo y sorbo de café. Veranes, haciendo de las suyas en la cocina, o tal vez trapeador en manos, o quizás en medio de la sala, bailando como es su placer.

Así son estos dos hacedores de futuro, estos dos paradigmas de carne y hueso, estos dos constructores.

Compartir...

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu