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Amistad entre héroes

Isaura Lanza Nieves, Heroina del Trabajo de la Republica de Cuba. Fecha 19 04 2007 Foto Jesus Martinez PerezREALIZADA:19/04/2007 FUENTE:TRABAJADORES ORIGINALES:JM ISAURA3 FOTOGRAFO:MARTINEZ, JESUS OBSERVACIONES:HEROES DEL TRABAJO DE LA REPUBLICA DE CUBA/SINDICATOS/SNTIL/LANZA NIEVES, ISAURA

Hay pesar en sus palabras. Resulta irremediable. Para Isaura L. Lanza Nieves, Heroína del Trabajo de la República de Cuba, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque era casi un hermano.

En un barrio pobre de la capital se conocieron cuando eran muchachos, tendrían unos siete u ocho años, y desde entonces creció una amistad verdadera que nunca palideció pese a las múltiples responsabilidades del jefe militar, el revolucionario intachable.

Con él jugaba a las bolas, a la quimbumbia, y de vez en cuando iban juntos a la matiné del antiguo cine Ensueño. Primero nació el cariño sincero de niños. Después, ya en la adolescencia y juventud, las ideas sobre la difícil situación que atravesaba Cuba en aquellos tiempos y el camino a seguir coadyuvó a la unidad de ideales y sentimientos patrios.

Isaura pronuncia su nombre con el orgullo de haberlo tenido entre sus seres más queridos. Se refiere a su madre, la señora Rosario Bosque, árbol de la extensa familia, humilde, sencilla, unida, de la cual ella también bebió su savia.

“Macho, como le decíamos los más allegados, siempre estaba con la sonrisa a flor de labios. Yo tenía 15 años cuando empecé a trabajar en la textilera Tedeca, en Calabazar y muchas veces él venía de La Habana, de algunas de sus reuniones, me veía salir sola de mi casa en la madrugada y me acompañaba hasta la calzada, pues en aquel entonces el barrio no estaba poblado”.

¿Cuándo tuviste conciencia de sus actividades revolucionarias?

“Él era muy callado y reservado. A finales de julio de 1953 fui al cementerio y en el cafetín de las calles 23 y 12 nos encontramos. Me preguntó qué hacía por ahí y me dijo que me fuera rápido. Luego cruzó la calle y se montó en un carro negro. Cuando llegué a mi casa no dije nada, pero a los dos días dieron la noticia en la radio del asalto al cuartel Moncada. Él estaba entre los que habían quedado con vida.

¿Qué admirabas más en él?

“Era muy humano. Demostró gran valor, y si logré ser Heroína en buena medida se lo debo a él, en quien siempre tuve un ejemplo”.

 

 

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