Hombre de estrella en pecho

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Por: Edda Diz Garcés

A la suerte hay que ayudarla. Para ser cualquier cosa hay que trabajar mucho, durante mucho tiempo y persistentemente. Esa es la divisa de Diosdado Pérez Franco, a quien le ha sonreído el éxito en su vida profesional y personal, pero se declara un eterno inconforme con lo hecho y trata de transformarlo y mejorarlo.

Infinidad de proyectos bullen en su cabeza. Cree que no le alcanzará lo que le queda por vivir para hacer todo lo que quiere, aún cuando hasta aquí ha logrado lo que a cualquiera le parecería suficiente; las máximas condecoraciones que confiere el Estado como trabajador, como científico y como docente, con las órdenes Lázaro Peña, Carlos J. Finlay y Frank País; las medallas Jesús Menéndez y José Tey, y ahora la condición de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Sencillo y franco como su nombre puede encontrársele hablando con un alumno en un pasillo del Instituto Superior Politécnico José A. Echeverría (ISPJAE), o inmerso en la elaboración de un trabajo científico en su oficina, atiborrada de libros y papeles, en el Centro de Investigaciones Hidráulicas, dentro de la propia institución.

El hoy doctor en ciencias siempre supo que iba a ser ingeniero, desde niño. Soñaba con la hidráulica, y sueña aún, aunque estudió ingeniería civil, porque no había entonces aquella especialidad en el país. Le pregunto por su hobby y no vacila en afirmar que es su profesión. “Tengo muchos intereses dentro de ella, no me aburro nunca, me gusta lo que hago y hago lo que me gusta”, comenta.

No sabe bailar y me confiesa que “desenseñó” a Nilda –con quien lleva más de 40 años de matrimonio, desde la época de estudiantes- .

Contribución a la ingeniería

Pérez Franco es uno de los tres que en el mundo ha recibido en los últimos 40 años el Premio Panamericano de Ingeniería.

¿Resultados de esa contribución? Más de 40 mil ingenieros y arquitectos graduados en el ISPJAE y sus antecesoras, 20 veces más que todos los egresados desde 1900 hasta 1958.

Ha escrito 25 libros y folletos sobre temas de ingeniería hidráulica, además de 140 artículos, y es autor de la Teoría no lineal del flujo en medios porosos, que ha permitido darle un enfoque nuevo y más racional a la hidráulica subterránea, lo que constituye un resultado científico de relevancia mundial, que forma parte de la docencia de pregrado y posgrado, nivel al cual se dedica fundamentalmente.

Esta teoría sustituye a otras que estaban en uso. ¿Qué tiempo le llevó llegar a ella? “La vida”, sintetiza.

Simultáneamente con la docencia y el trabajo científico – es miembro titular de la Academia de Ciencias y del Comité Nacional del Sindicato de las Ciencias- se mantiene vinculado a los organismos como asesor en asuntos de regadío, abastecimiento de agua, capacitación de aguas subterráneas, estaciones de bombeo y otras actividades.

Por ejemplo, orientó el proyecto para la construcción del campo de pozos de El Gato para el acueducto de La Habana, y fue el diseñador de las primeras turbinas hidráulicas para pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, lo que demostró que se podían construir en Cuba y posibilitaron la instalación de numerosas mini y macro hidroeléctricas en regiones aisladas del país.

¿Prefiere la docencia o la investigación? “Me gusta dar clases para enseñar algo nuevo, no para repetir, y para eso hay que vivir investigando”.

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