El fracaso de la protesta 15N de Archipiélago: ¿Represión, supresión, intimidación, detención– o revolución? (V)

El fracaso de la protesta 15N de Archipiélago: ¿Represión, supresión, intimidación, detención– o revolución? (V)

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (11 puntos, 3 votos)
Cargando...
[note note_color=»#dfe7ee» text_color=»#bfffc2″]

Parte I. La “Cumbre por la Democracia” de Biden en diciembre: ¿Mensaje ominoso para Cuba?

Parte II. Fabricación de una disidencia

Parte III. Represión, supresión, intimidación y detención: ¿Valores universales?

Parte IV. Si “represión” no pega, ¿qué tal “revolución”?

Parte V. Conversaciones con cubanos: ¿Por qué fracasó el 15N?

Parte VI. La Coordinadora canadiense-cubana del grupo Archipiélago confiesa: Revolución y no represión

[/note]

 

Conversaciones con cubanos: ¿Por qué fracasó el 15N? (V Parte)

Como es habitual en mi trabajo sobre Cuba, siempre contrasto mis ideas con las opiniones de colegas cubanos. Pregunté a varios de ellos sobre los puntos de vista expuestos anteriormente, a saber, que fue la Revolución y no la represión o la supresión, lo que derrotó el esfuerzo subversivo del 15N, haciéndoles preguntas subalternas en algunas ocasiones. Algunos respondieron directamente y otros no; sin embargo, esta última respuesta es tan reveladora, si no más, que las respuestas directas. De hecho, como se explicará, confirma mi opinión.

 

 

A continuación, presento las transcripciones íntegras y sin editar de las conversaciones sostenidas por teléfono y por correo electrónico.

Jesús García Brigos (JGB), investigador y escritor, Instituto de Filosofía, La Habana

JGB: Cierto es que, a todas luces, esto se enfrentó sin acudir a la fuerza, que teníamos derecho. Se acudió a la “fuerza de la moral”, difundiendo en los medios cual era la naturaleza de esos provocadores. También creo que ha contribuido el hecho de que se está divulgando mucho lo que se está haciendo en barrios con problemas materiales. Gerardo Hernández está haciendo un muy buen esfuerzo, ir a revitalizar los CDR, y la gente lo respeta y le tiene cariño.

AA: ¿Y la fuerza física?

Podemos acudir a la fuerza legal, porque según la Constitución y nuestro código penal, todo lo que ese tipo estaba haciendo y los que le ‘seguían’ está penado con figuras delictivas. Por eso te había dicho en conversación interior que todos ellos, legalmente, podían estar presos hace tiempo por colaborar con la destrucción de nuestra sociedad.

Yo diría que ha sido la fuerza de la moral la que aplastó el intento de quienes una vez más demostraron su naturaleza mercenaria: el mercenario no se atreve a enfrentar nada que le pueda comprometer sus ingresos. Y eso es lo que le pasó a esta gente, al líder principal en particular, que ahora seguro se dedicará a hablar toda la mierda que quiera fuera de Cuba… hasta que deje de ser útil a los propios enemigos, porque así es al final.

Dr. Juan Azahares (JA), Profesor de Filosofía de la Universidad de La Habana, miembro activo de los CDR en su barrio de La Habana del Este

JA: La marcha propuesta había sido completamente desacreditada entre el pueblo antes del 15 de noviembre debido a la difusión en las noticias cubanas sobre sus conexiones con notorias figuras contrarrevolucionarias fuera de Cuba. Operadores clave en las provincias orientales se habían retirado de la participación. Como resultado, la expectativa previa al 15 de noviembre era que ninguna marcha contrarrevolucionaria tendría lugar el 15 de noviembre. Por lo tanto, los CDR no planificaron ninguna acción para el 14 o el 15 de noviembre; los miembros realizaron sus actividades normales en esos días. Simplemente estaban sobre aviso de cualquier posible fenómeno.

Frank Miló (FM), documentalista, Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)

FM: Pienso que lo que te planteas es cierto. Tus ideas son correctas. De manera general el 15N pasó sin penas ni glorias, cómo reza un viejo proverbio. Cómo te dije anteriormente para mí era más fanfarria que otra cosa. Te dije también que no iba a suceder ninguna marcha. La disidencia en Cuba es solo una parte de nuestro pueblo, y no es mayoría. Ejemplo mi familia es totalmente revolucionaria y no se estaba de acuerdo Los archipiélagos se convirtieron en conejillos de indias.

AA: ¿Es posible a ampliar?

FM: De qué manera su líder pudo salir del país en 24 horas. Toda una orquestación. Aunque, la situación económica, de servicios e infraestructura en el país es problemática, aquí, los principios a la hora de definiciones están por encima de todo. Los días anteriores, la televisión habló más del 15N que la población. Los comentarios a mi alrededor eran eso, que no iba a suceder ninguna marcha.

 

Liset García (LG), periodista, Bohemia

LG: Creo que está bien orientada tu interpretación de los hechos. La Revolución vive por su pueblo. Ha habido un despertar de la dirección del país en relación con la necesidad de ocuparse más de la gente a nivel micro. La pandemia obligó a atender la urgencia sanitaria y se desmovilizaron las organizaciones.

Como ya te expliqué, lo que veo son personas batallando por la supervivencia. La gente del pueblo no le ha dado importancia al movimiento. Estaban a la expectativa de lo que podría pasar. El efecto fue contrario: ese día estaba todo tranquilo, más que nunca. Me sorprendí al salir a mi concurrido barrio y no ver a casi nadie en la calle. En el Banco y el cajero automático, donde siempre hay una súper cola, había tres personas. Se lo comenté al empleado del Banco y me abrió los ojos. Le comenté: ¿la gente se quedó en sus casas? Una amiga me comentó que en su barrio tampoco había cola en el Banco. Pero, además fui a Bohemia [lugar donde trabaja como periodista] y las guaguas vacías.

AA: ¿El gobierno cubano ha mejorado su credibilidad desde el 11 de julio?

LG: Aunque tenemos carencias, hay muchos problemas acumulados y hay personas descontentas, el pueblo es esencialmente antimperialista, y sabe que los problemas se arreglan aquí dentro. Creo que la comunicación nuestra ha ganado. Estamos ganando espacio y credibilidad. Se informa todo, lo malo y lo bueno. Díaz-Canel ha desarrollado un método acertado de comunicación con la gente. Y se le ve con su equipo en la calle y con la gente. Ya no todos juntos, sino distribuidos por provincias. Él mismo está cada día en dos y tres lugares, y todo se publica. Ese es un método que gusta. Explica, encamina, escucha. El método de Fidel. El consenso a favor de la Revolución en mi opinión se ha robustecido. Pese a todo.

El lunes solo estaba igual en mi barrio la cola del pan. Siempre se ha hecho cola para pan, pero en pandemia se ha multiplicado. Al no haber arroz por la libre, solo el de la cuota normada, y restringirse los demás insumos, la gente come más pan. Tú sabes que aquí se come arroz y frijoles, es el plato principal de la mesa. Y la cuota no alcanza. La gente está ansiosa por comprar lo que sea. Y pan es lo único que no ha faltado. Yo he hecho cola hasta de siete horas para comprar pan. Por mi papá. Se lo llevo a su casa. Tiene 85 años. Eso sí le preocupa a la gente. Además del miedo a enfermarnos de Covid-19. Y la vacunación ha sido un éxito. Los científicos son héroes. Eso le ha subido la autoestima al pueblo.

Luis Toledo Sande (LTS)

LTS: Coincido plenamente contigo en que la Revolución, la fuerza de las masas y la comprensión fueron lo decisivo para el fracaso de la gusanera. En este caso hubo algo muy diferente con respecto al 11 de julio, en el que hubo preparación del lado de la gusanera, y muy poca, o ninguna preparación, ninguna advertencia por parte de las fuerzas revolucionarias. Eso significó que se montaron en las protestas del 11 de julio los que estaban movilizados por el imperio y los insatisfechos por los problemas materiales, los apagones, la escasez de comida, las colas, la angustia de la pandemia. Todo eso favoreció que hubiera personas confundidas que se sumaran a las protestas, aunque yo creo que en no pocos casos serían —más que personas confundidas— desafectas en algún grado a la Revolución, o de insuficiente preparación ideológica.

Recuerda que el 11 de julio tuvo los antecedentes del 27 de noviembre y otros hechos posteriores asociados con los de ese día. La gusanera vino preparando el terreno y ganando auge y movilizándose, dejando ver que se podían rebelar, hacer lo que quisieran y que no les pasaría nada. Creo que eso fue básicamente lo que ocurrió el 11 de julio. Pero aquello fue un gran aviso, y ahora se hizo una preparación informativa e ideológica minuciosa. El pueblo cubano supo quiénes preparaban la supuesta marcha pacífica para el 15 de noviembre, supo dónde se organizaba, se financiaba… Se desplegó una información amplia.

AA: ¿Hubo intimidación?

Me preguntas si creo que hubo intimidación, y creo que sí: los gusanos se acobardaron, Yúnior García se acobardó y se fue para Madrid. No salió a las calles ni con la florecita blanca en la mano. Después dijo que lo estaba amenazando la Policía. Pero eran mujeres del barrio, y jóvenes, que fueron a decirle “Usted es contrarrevolucionario y no le vamos a permitir que atente contra nuestra patria”, y se acobardó. Hubo intimidación porque los anexionistas se intimidaron, no tienen fuerza ideológica ni moral para enfrentarse a un pueblo que estaba preparado. No le tenían miedo a una golpiza porque la fuerza revolucionaria estaba preparada y sabía que no se debía arremeter con golpes. Claro, salvo que fuera en defensa propia. Si los gusanos te iban a atacar en la calle tendrías que defenderte. Pero recordemos que el 11 de julio hubo policías agredidos, no manifestantes. La orden era no usar las armas contra los manifestantes, aunque fueran exponentes equivocados del pueblo.

El 11 de julio hubo no solo policías agredidos, entre ellos alguna mujer incluso. Hubo carros patrulla vueltos al revés, ruedas arriba. Hubo asaltos, saqueos de tiendas, porque la delincuencia, que es esencialmente antisocial y contrarrevolucionaria, está contra el orden y la disciplina, aunque supuestamente no quiera echar abajo nada, se montó en las protestas para robar en tiendas. De todo eso pasó el 11 de julio. Pero la gran mayoría del pueblo cubano defiende la Revolución. Recordemos que hace poco tiempo, en 2019, aprobó con su voto, por amplísima mayoría, la Constitución socialista por la que se orienta el país. Votó por el socialismo, eso está claro. Esa inmensa mayoría abraza el proyecto político que tenemos, pese a las dificultades. ¿Hay desencanto? ¿Cómo no haber desencanto, disgustos, tristeza, angustias, con un bloqueo de sesenta años que se estableció para crear desencanto? Ahí está el famoso memorando que fijó las pautas para el bloqueo.

AA: ¿Hubo una campaña de preparación ideológica e informativa?

LTS: Si, los revolucionarios, los patriotas, los anti anexionistas, los antimperialistas, y personas sensatas en general, sabían y saben —y lo entendieron aún más por la campaña de preparación ideológica e informativa a base de verdad y documentación que se hizo— que no era una protesta pacífica, y que esa protesta, aunque pareciera o quisiera hacerse pasar por pacífica y así se anunciaba, estaba dirigida, y se preparó para eso, a crear en el país un ambiente de revueltas que les diera a los enemigos de la nación cubana, a los Estados Unidos y a sus lacayos de cualquier nacionalidad —cubanos, estadounidenses, de donde fueran—, el pretexto para intervenir en Cuba. Eso quedó claro y, por tanto, nadie se iba a lanzar a protestar porque hubiera apagones, aparte de que hoy hay menos apagones, ni porque hubiera que hacer colas, no iban a protestar porque hubiera poca comida, aunque sigue habiendo escasez.

En Cuba no hay hambre, no hay hambruna, pero hay penurias, hay dificultades para conseguir la alimentación. Pero la gente sabía que la protesta no era para buscar comida, ni para vacunar al pueblo cubano, porque el pueblo cubano está en una avanzadísima fase de vacunación; que la protesta no era para enfrentar la pandemia, porque Cuba ha enfrentado la pandemia mejor que otros muchos países, mejor que los Estados Unidos, por ejemplo, y tiene a los niños vacunados, como no los tienen otros países.

AA: ¿Cómo ve el pueblo el 15N?

LTS: La gente sabía que esa manifestación no era para reclamar nada de eso, sino para crear un ambiente propicio para una intervención de los Estados Unidos. El disgusto de los Estados Unidos, la amargura de sus gobernantes y mercenarios —como se ha visto particularmente en Miami— frente al fracaso de la marcha y a la cobardía del protestantico lo que expresa es eso, que no les funcionó el proyecto para tener pretextos para intervenir en Cuba. ¿Y quiénes estaban encabezando el llamamiento a la movilización desde Miami? Terroristas, asesinos, gente abominable.

 

 

 

AA: ¿El pueblo cubano es homogéneo?

LTS: El pueblo cubano, su gran mayoría, eso que podemos llamar el pueblo cubano —no es homogéneo, pero tiene una serie de características comunes, como la defensa de la patria—, sabía perfectamente lo que se estaba tramando. Y los delincuentes sabían que el horno no estaba para galleticas, las cosas no estaban para que ellos se lanzaran a las calles a hacer barbaridades, y quedar impunes. Están pagando sus acciones algunos de los que cometieron fechorías, actos vandálicos, el 11 de julio, y los que estarían quizás planeando hacer algo similar el 15 de noviembre se aconsejaron. Lo cierto es que hubo tranquilidad en La Habana y en todo el país. Y abundan imágenes de la decepción de la gusanera en Miami y en otros sitios, y hasta el tal Sullivan, de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana mostró cómo se quedaba con las ganas de ver protestas en las calles de esta ciudad.

Me atrevo a decir que el comentario de Toledo Sande en respuesta a mi pregunta (que pretendía provocar a propósito su conocido sentido de la ironía periodística y su capacidad para utilizar términos destinados a perjudicar a Cuba en su contrario) (es decir, “Hubo intimidación porque los anexionistas se intimidaron, no tienen fuerza ideológica ni moral para enfrentarse a un pueblo que estaba preparado. No le tenían miedo a una golpiza porque la fuerza revolucionaria estaba preparada y sabía que no se debía arremeter con golpes. Claro, salvo que fuera en defensa propia”) significa que la resistencia revolucionaria en los barrios constituía una “intimidación”, porque la contrarrevolución era demasiado cobarde para defender sus puntos de vista.

Irónicamente, el hecho de que algunos de mis colegas que no respondieron directamente a mis preguntas también equivale a una confirmación de mi suposición. Para los cubanos revolucionarios, la fuerza de las ideas colectivas para derrotar a la contrarrevolución es una cualidad natural de la Revolución. Si bien tuve que recurrir a Marx para establecerlo más plenamente, es una segunda naturaleza para los cubanos. Sin embargo, no hay que lamentarse por recurrir a los clásicos; por el contrario, profundiza nuestra comprensión, como mencionaron algunos que revisaron este artículo antes de publicarlo.

Acerca del autor

Arnold August, periodista y conferencista canadiense, es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999), Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU: ¿Qué ha cambiado? (2018). Es un colaborador de Trabajadores. Twitter: @Arnold_August FaceBook: Arnold August

Compartir...

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu