Sextos en Lima 2019, quintos en Cali-Valle 2021: ¿bien o mal?

Sextos en Lima 2019, quintos en Cali-Valle 2021: ¿bien o mal?

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Con el cierre este domingo de los I Juegos Panamericanos Junior en Cali-Valle inevitablemente vino la comparación con nuestra actuación en la cita multideportiva continental de mayores en Lima 2019. En la justa peruana obtuvimos el sexto escaño y con muchas lecciones para el futuro, conscientes de que para mejorar ese puesto debíamos ponerle ciencia, juventud  y recursos económicos.

Leyanis Pérez, de Cuba, reacciona en la final del salto triple en el atletismo de los I Juegos Panamericanos Júnior celebrado en el Estadio Pascual Guerrero, de Cali, Valle del Cauca, Colombia. FOTO: Calixto N. Llanes
Leyanis Pérez, de Cuba, reacciona en la final del salto triple en el atletismo de los I Juegos Panamericanos Júnior celebrado en el Estadio Pascual Guerrero, de Cali, Valle del Cauca, Colombia. FOTO: Calixto N. Llanes

Ahora en Colombia el peldaño conquistado por nuestros jóvenes talentos fue el quinto (29-19-22). Los deportes que aportaron al botín dorado no fueron sorpresas, con la excepción quizás del clavados (2-2-1), crecido bajo la inspiración de la doble titular Anisley García. La lucha (9-3-3) evidenció un trabajo sostenido, de ahí sus resultados luego a nivel mundial y olímpico.

El boxeo (4-1-1) mostró que el relevo anda asegurado sobre el cuadrilátero; mientras el atletismo (9-6-3) enseñó luces que ojalá se traduzcan luego en muchos premios en la categoría élite. Judo (2-2-3), canotaje (2-1-0) y tenis de mesa (1-1-5) completaron las disciplinas con campeones, y para ser justos, los dos primeros debieron aportar más, en tanto Daniela Fonseca con su raqueta se confirmó como la líder de los tenimesistas en Cuba para este ciclo.

En total siete deportes sumaron monarcas  y 14 subieron al menos una vez al podio (pesas, esgrima, remo, kárate, béisbol, voleibol de playa y pentatlón moderno), en tanto por debajo de lo esperado quedaron tiro deportivo, taekwondo y ciclismo, en un primer balance preliminar a horas de haberse cerrado las cortinas de estos Juegos.

¿Por qué la inevitable comparación con los Juegos Panamericanos de Lima 2019? Muy fácil. Es la justa de alto nivel en América más cercana a la que asistieron muchos de los menores de 23 años que vimos en Cali-Valle 2021 por sus respectivos países. Cuba logró allí 33 oros, ahora 29; 10 deportes nos dieron doradas, ahora siete; en total subimos 98 veces al podio en la capital peruana, ahora lo hicimos 70.

La diferencia tiene distintas explicaciones, incluida la inevitable pandemia y lo engorroso de un sistema de clasificación en un año que tenía como lid fundamental los Juegos Olímpicos de Tokio. Asimismo, preparación intensiva y casi sin fogueo internacional  también influyeron, aunque para ser justo el quinto puesto era el más cercano a nuestras posibilidades, con más o menos metales.

Tareas pendientes quedarán siempre, sobre todo con los deportes colectivos (algunos que ni siquiera clasificaron como el voleibol de sala o baloncesto), la natación (mostró avances en tiempo y figuras, aunque sigue huérfana de galardones), y el béisbol (aplaudible, pero nada complaciente ese bronce) por solo citar tres ejemplos que seguro andan ya en el tintero de los técnicos.

Los Juegos por dentro

La lucha por la punta de la tabla de medallas la ganó en la penúltima jornada Brasil (59-49-56) ante un Colombia reverdecido por su condición de anfitrión (48-34-63), aunque es pertinente acotar que Estados Unidos no acudió con todo su potencial y ancló de todos modos tercera (47-29-38), por delante de México (46-78-48). Canadá fue la gran decepción con el puesto 14 (4-1-5).

Para todas las naciones el impacto de la COVID-19 fue real y notable, pero algunos encontraron más topes de preparación internacional que otras. A eso hay que sumar el trabajo o apoyo de entidades deportivas, que permitieron a 31 naciones alcanzar al menos una medalla de las 41 que asistieron a Cali-Valle.

Para los organizadores quedan varias cosas por pulir de cara a una segunda edición en México o Brasil (candidatas a acogerlos), en la que quizás tampoco haya villa olímpica, pero sí tendrá que crecer el espectáculo y un confort mayor en las instalaciones. Todo el sistema estadístico e información deberá mejorar.

La pertinencia de estas citas es indiscutible y ubicarlas en el inicio de los ciclos olímpicos parece ser ideal. De momento Cuba lo hizo con alegría, rostros frescos y menos presionados que en otros eventos multideportivos. ¿Habremos visto a los relevos de Mijaín, Julio César La Cruz o Idalis Ortiz? Puede que sí, aunque de golpe para Santiago de Chile 2023 ya aseguramos 28 cupos. Y eso es muy bueno.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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