Cargando...Las zancadas firmes y victoriosas de Omara Durand volvieron a marcar el camino de Cuba en Juegos Paralímpicos. Esta vez fue Tokio 2020 el escenario ideal para robustecer su leyenda. Su huella es ya tan profunda, que me atrevo a aseverar que ocupa uno de los peldaños más altos del deporte cubano en el siglo XXI.
En suelo nipón la hemos tocado y abrazado sin rozarla. Desde la distancia y en medio de dolor e incertidumbres sus hazañas nos han rescatado, recordándonos que para los seres humanos no existen imposibles cuando la fe es filo y escudo ante los más duros desafíos de la vida.
Omara carburó a plena capacidad en suelo nipón, sus tres medallas de oro en 100, 200 y 400 metros planos categoría T12, (ya tiene 8 en total en estas citas) fueron la brújula que condujo a la reducida delegación de 16 paraatletas a anclar en el puesto 35.
Luces y sombras tributaron el resto del grupo. Robiel Yankiel Sol marcó el cajón de salto largo de la categoría T46 con especial fuerza. Su título es un aviso para navegantes en el ciclo que se avecina. Tiene metralla de sobra para la travesía que tocará puerto en París 2024.
Leinier Savón (salto largo clase T12) y Leonardo Díaz (lanzamiento del disco clase F56) volvieron a rotular sus nombres en el podio. El primero con un segundo escaño, en tanto su compañero logró un meritorio bronce, su quinto premio en estas lides.
También merecieron aplausos el jabalinista Guillermo Varona (F46), quien se ubicó cuarto, el paratenista de mesa Yunier Fernández y el judoca Yordani Fernández (+100 kg), quintos, así como el pesista Oníger Dreke (88 kg) y el judoca Gerardo Rodríguez (81 kg), séptimos en sus contiendas. Tímida fue la demostración del nadador Lorenzo Pérez, quien no estuvo a altura de su bien ganada jerarquía.
Nuevas experiencias se sumaron a la alforja de vivencias de la comitiva a pesar de no alcanzar la suma de glorias a las que se aspiraba antes del inicio de los Juegos Paralímpicos. Las principales autoridades de esta parcela del deporte cubano han aseverado en más de una ocasión que sus resultados se sustentan en un trabajo serio y continuado, siempre listo para ser perfeccionado.
De ahí que debe confiarse en el análisis serio y vital que llegará para tratar de enrumbar mejor un trazo que lleva mucho tiempo siendo victorioso. La próxima y rigurosa prueba llegará en 2023 durante los Juegos Parapanamericanos de Chile. El 2021 será recordado como un año de dolor, frustración y esperanza. También como el periodo en que el deporte cubano con Omara Durand y sus escuderos fueron orgullo, filo y bandera.
