Para salvar la historia

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Pudieran ser simples hojas en el fondo de una gaveta, una libreta vieja; o pudieran, incluso, parecer papeles inútiles, pero para Julio César Sánchez Bernabé es la posibilidad de encontrar un trozo de historia no contada.

Para Julio César no nada más placentero que contribuir a preservar la historia de esta tierra, de ser uno de los responsables de que mañana las nuevas generaciones conozcan el pasado. Foto: Gretel Díaz Montalvo

Con ese espíritu asume cada material que debe procesar en el Archivo Histórico Provincial de Camagüey. Allí este graduado de Historia es especialista en servicios archivísticos desde hace más de 10 años.

“El trabajo de un archivero es hermoso, pero ingrato, cuenta. Facilitamos las herramientas de búsqueda para los investigadores, ya que antes de recuperar un documento hacemos una indagación profunda sobre el autor o la institución de la cual procede el texto y sobre lo que allí dice. Y luego esa información la pueden emplear en un libro o en trabajos investigativos y nadie nos menciona”.

Pero aunque piense así, para él no hay nada más importante que saber que en sus manos está, casi siempre, una historia no contada. Precisamente en este 2020, sin pensar en pandemias, se enfrascó, junto a Indira Sarduy Villalobo, en recuperar unos documentos vinculados con la nacionalización de escuelas privadas.

“Esos fondos estaban aquí en el Archivo hacía algún tiempo, recuerda Julio César, gracias a una transferencia que hizo Educación, pero había mucho trabajo antes. Desde febrero nos pusimos manos a la obra.

“Lo primero es hacer una investigación del sujeto productor o la institución de la cual proceden, algo que lleva mucho tiempo porque han pasado los años y debemos contrastar información, buscar elementos complementarios. En otros trabajos se ha tenido que ir hasta a otras provincias.

“Luego, se le aplica la norma internacional de descripción archivística ISAD-G que contribuye a la identificación de cada papel. En estos procesos se encuentran las puntos en común con otras investigaciones y vamos develando los elementos de a poco”.

Por carpetas que pertenecían a cada centro educativo se presentan los documentos vinculados a la nacionalización de las escuelas privadas en Camagüey. Foto: Gretel Díaz Montalvo

Para realizar este trabajo se apoyaron, en un principio, en un documento que se llama Jefatura de Despacho, en el cual se emitían las disposiciones para la nacionalización. Esa fue la base que les permitió corroborar que en sus manos solo contaban con un tercio de la información, ya que fueron 126 escuelas nacionalizadas en el antiguo Camagüey, que se extendía desde los límites de Las Tunas hasta Jatibonico.

Esto no los amilanó, ya que el contenido de cada carpeta pudiera servir de referente de cómo fue en el resto. Como especifica Julio César “esta investigación ha permitido conocer detalles del proceso de nacionalización. Allí vienen, por escuelas, el listado de profesores, cheques de pago, listado de estudiantes, inventarios, actas de pruebas.

“También el listado que hacía el interventor sobre los bienes financieros y materiales de la escuela; donde precisaba cuándo hubo que devolver algo al dueño, como en Nuevitas, que a la directora se le entregó el piano, que se lo había regalado su padre. Así mismo sucedía en las escuelas religiosas con las imágenes de los santos y otros elementos.

“Cada carpeta puntualiza el proceso de intervención, demuestra cómo se realizó y contribuye a contar esa historia. Y apoya con elementos vinculados al proceso de alfabetización, en el cual se emplearon ómnibus de dichas escuelas privadas para trasladar a los jóvenes profesores o cómo los albergaron en esas instituciones”.

Pero son documentos que ya tienen más de 60 años y antes de ponerlos en mano del público, deben pasar al grupo de conservación donde se le aplican medidas de conservación tanto preventivas, como curativas.

El trabajo debe concluir completamente en el 2021, pero como asegura Julio César, es algo muy importante, “ya que hoy se habla mucho de la memoria histórica y de preservarla, sobre todo la de la etapa Revolucionaria.

“Es que salvar la memoria está en las manos de muchos, por eso hay que darle importancia a los archivos. Los documentos que salvemos hoy, serán los que contarán la historia mañana”.

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