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¿Cómo lo logró el primer exportador privado de Cuba? (+Fotos)

“Una semilla que va a germinar, florecer y dar buenos frutos”, así calificó el campesino Lázaro Rafael Fundora Hernández su primera  exportación de limones hacia España en fecha reciente, al amparo de las nuevas normativas jurídicas que posibilitan a las formas de gestión no estatal acceder al mercado internacional a través de las empresas cubanas de comercio exterior.

 

Foto: Cortesía del entrevistado

 

Según informó Enrique Valdivia Portal, director de exportaciones de la Empresa Frutas Selectas, entidad que representó al productor privado ante el cliente europeo, fue una venta de 1.08 toneladas de lima persa o limón, por un importe de 864.33 USD, embarcada el pasado 13 de septiembre.

Fundora Hernández y su familia poseen tres caballerías de tierra en el municipio de Madruga, provincia de Mayabeque, en una finca integral de frutales llamada La Esperanza, que desde hace alrededor de tres años mantiene vínculos contractuales con esa empresa estatal, como otros 600 productores individuales que en todo el país abastecen a las instalaciones turísticas.

“Como ya teníamos un contrato, lo aprovechamos, reordenamos y acomodamos a la nueva legislación del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, y de otros organismos globales, que entró en vigor en agosto último,  y comenzamos las gestiones para poder exportar”, explicó el pequeño  agricultor.

“Es un paso que debió haberse dado hace mucho tiempo”, enfatizó Fundora Hernández,  quien calificó como muy satisfactorias las nuevas disposiciones, “a lo cual les veo buena salud, porque lo necesita el país y los productores”.

El pionero de las exportaciones en el sector no estatal explicó que las medidas son un estímulo para los campesinos y obreros agrícolas, que ahora tendrán una forma más de comercializar sus mercancías. “No solo es preciso alimentar al pueblo cubano, también el país requiere captar divisas en el exterior para que nuestra economía florezca y fructifique”.

Rapidez y también años de preparación

Sobre el proceso de contratación para conseguir esta venta internacional, Fundora aseguró que “fue una clase, un experimento. Avanzábamos, tropezábamos, era la primera vez”.

“Con el banco tuvimos algunos enredos, porque no sabían, les faltaba información, pero se resolvieron los problemas y pude abrir las cuentas necesarias para poder recibir la divisa y los pesos convertibles”, narró.

“Nos sentamos con la directiva de Frutas Selectas y redactamos un contrato a conciencia, donde ambas partes pusieron términos y deberes, nos pusimos de acuerdo y firmamos”.

Como antecedente, recordó que hacía dos o tres años que estaba intentando exportar a través de alguna empresa. Sostuvo negociaciones previas con Cítricos Caribe con ese propósito, “pero como no existía esta modalidad nunca pudimos llevar a cabo la exportación. No había modo de enlazar las formas de gestión no estatal con las empresas, esa interfaz no existía, no hubo forma”.

 

Foto: Cortesía del entrevistado

 

Para conseguir esta rápida respuesta de exportar en menos de un mes, Fundora llevaba años de preparativos, incluyendo asesoría científica. Así, La Esperanza tenía ya certificadas sus áreas de cultivo de limón y aguacate con la Estación Territorial de Protección de Plantas de su municipio, así como la dirección de Sanidad Vegetal en todos sus niveles, en cumplimiento de los protocolos que exigen los países de destino.

“Ese paso no es rápido, lleva un proceso de uno o dos años.

Exportar un producto agrícola requiere que sanidad vegetal certifique que está libre de plagas, de lo contrario es imposible, aunque aparentemente tenga calidad”, amplió.

“Mis cítricos siempre fueron muy buenos. Trato de ponerles todo el amor que puedo darle a mi finca, y tienen mucha calidad. Con las autoridades de sanidad vegetal en la provincia hubo que dar seguimiento a las áreas, hacer los estudios correspondientes, con el uso de trampas para analizar la fauna microbiana que existía en las plantaciones de limón y de aguacate”.

“Ahora seguimos trabajando en la certificación del mango y el café, para en un futuro poder también contar con esos rubros exportables”, dijo.

 

A la segunda fue la vencida

Adicionalmente, sus trabajadores debieron pasar un curso práctico para aprender a seleccionar, manipular, envasar y desinfestar los limones, una labor que Fundora Hernández catalogó como “difícil y estresante”, pues debieron laborar hasta de madrugada, en una carrera contra reloj, para poder ubicar la mercancía en el aeropuerto justo en el tiempo que exigía el único avión semanal de Iberia, en las actuales condiciones de restricción de vuelos.

 

Foto: Cortesía del entrevistado

 

Fundora relató que prepararon una primera carga de dos toneladas que no pudo salir de Cuba. “La pusimos en el aeropuerto en tiempo y forma, pero el avión de Iberia se quedó varado en la terminal aérea por dificultades técnicas y no retornó a España hasta la semana siguiente. Ese limón hubo que distribuirlo en hoteles de la cayería norte y en Varadero para no perderlo. Fue un golpe muy duro, un trabajo grande que se echó por tierra, pero nunca nos rendimos”, expresó.

Le planteó a la dirección de Frutas Selectas su decisión de preparar un segundo envío. “Me queda poco limón con esa calidad, pero vamos a sacarlo de dónde esté y lo vamos a hacer”, rememoró.

“Nos pusimos, corrimos, nos esforzamos y lo logramos -dijo con orgullo- Ya hoy ese limón está en las tiendas españolas y hasta ahora ha sido un rotundo éxito”, aseguró.

El campesino agradeció el acompañamiento de Frutas Selectas en todo el proceso, desde contactarlo con posibles clientes, hasta garantizar los envases, pegatinas, otros aditamentos y la transportación refrigerada.

De acuerdo con Valdivia Portal, esa entidad trabaja hoy con 13 productores individuales para posibles exportaciones de bienes, de los cuales cuatro ya son poseedores de las cuentas bancarias en las monedas autorizadas y están incorporados a su cartera de proveedores de fondos exportables. Esas tres formas de gestión no estatal, además de Fundora, también están en fase de contratación.

“Allí tienen condiciones para ese trabajo, porque exportan productos de entidades estatales, tienen experiencia y un equipo muy bien preparado”, evaluó.

“La empresa exportadora hizo una excelente labor. No tengo la más mínima queja, ni de su directiva ni de sus trabajadores. Fue un trabajo excepcional”, dijo.

Fundora explicó que Frutas Selectas le propuso a varios posibles clientes, incluso llevaron a uno de sus representantes a la finca, quien recorrió las áreas, escogió las frutas que quería y hasta participó en la primera selección.

“La segunda vez ya no pudo estar, por la Covid-19. Ningún directivo pudo viajar y tuve que hacerlo solo. Todo fue por teléfono y Whatsapp, haciendo fotos del proceso para enviarlas al cliente. Todo fue online, desde imágenes de la cosecha hasta del procesamiento y envasado. Antes de que el limón llegara a España ya el cliente sabía cómo iba a ser”

 

Como quiera, yo gané

Sobre el precio, planteó que fue un acuerdo entre las partes. “Negociamos uno inicial, que no es malo, pero tampoco es el más alto, porque ya la campaña del cítrico está por terminar, y no son los mismos parámetros de color y cosmética”.

 

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A Fundora ahora no le preocupan mucho los beneficios económicos de esta operación comercial. “En este minuto no hemos sacado exactamente el cálculo de cuánto voy a ganar, porque este momento es como una promoción, es romper el hielo, dar el paso adelante, es ser el impulsor, la locomotora de algo que en este país necesariamente tiene que arrancar y moverse, para dar experiencia a quienes me preguntan cómo lo hice”.

Refirió que casi todos los días lo llaman productores conocidos de otras provincias para saber cómo hacer, a dónde deben ir. “Están viendo que ese es el futuro, no solo comercializar en fronteras, sino tratar de traer al país moneda libremente convertible que tanta falta nos hace”.

“No puedo hablar de ventajas económicas, porque no me he sentado a sacar la cuenta de si gané o perdí. En realidad pienso que, como quiera, yo gané”.

Sobre las normas establecidas por el país para la comercialización fuera de las fronteras, y los porcentajes del 80% en MLC y el 20% en CUC que reciben los productores, Fundura confía en que obedece a un estudio riguroso del asunto. “La decisión no es mala, por la sencilla razón de que casi todo el dinero que retorna de la exportación viene a manos del productor”, indicó.

“Es una buena opción, pues la empresa solo retiene un pequeño porcentaje, que en mi caso pactamos en un 5%. No te están quitando nada, el Estado tiene su beneficio y los campesinos el de ellos”, aseveró.

No obstante, Fundora no descarta que “a lo mejor en el camino, cuando esta maquinaria empiece a funcionar, haya que cambiar algo, modificar algo, porque todo empieza de una manera y se va ajustando a medida que avanza el tiempo”.

“Hay que esperar a que esto camine, hacer varias exportaciones, sentarse, analizar, sacar cuentas. Ver las ofertas que habrá en las tiendas en consignación para poder comprar los insumos necesarios para que las tierras sigan produciendo, porque el país no tiene la posibilidad de importarlos y venderlos a los campesinos en moneda nacional como hacía hasta ahora. Todo vamos a tener que buscarlo nosotros con el esfuerzo del trabajo”, razonó.

En relación con sus expectativas, el campesino asegura que tiene un camino muy bien trazado. “Estoy mejorando mis tierras, mis cultivos, tratando de que el año próximo me den más toneladas. Ya sé que se puede exportar y cómo. Sé los requisitos, y voy a afinar la maquinaria para que la finca cada día produzca con mejores calidades y mayores cantidades”.

Para ello ya está sembrando alrededor de media caballería más de limón, de una postura que calificó de excelente. “Estoy tratando de ponerle todo lo que lleva, y gastar en ella todos los recursos que pueda tener disponibles, porque quiero que ese campo de limón sea el mejor. La experiencia que tengo, los problemas que presenté no quiero que me pasen con este. Pretendo perfeccionar todos los detalles para que la finca siga avanzando con mucha mayor calidad y producciones”.

“En este 2020 me monté en el cabús del tren, admitió, este año va a ser poquito, porque ya el limón se está acabando, se termina el aguacate, el mango pasó y no pude exportarlo”.

En los próximos días, Fundora debe concretar con Frutas Selectas una segunda exportación a otro país europeo, esta vez de aguacates. “Y para el año que viene me propongo vender mucho más. Todo lo que pueda, lo voy a exportar, sin dejar de abastecer a mi municipio, que es una prioridad que siempre he tenido y seguido”, aseguró.

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