Cobro de jubilación: ¡sin virus!

Cobro de jubilación: ¡sin virus!

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María Ledesma Fer­nández tiene 73 años, padece de diabetes, hi­pertensión y enferme­dad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), su movilidad y visión están muy limitadas. Ella es uno de los 25 mil 618 jubilados que en la provin­cia de Pinar del Río reciben la pen­sión a través de tarjeta magnética.

 

La desinfección de las bolsas forma parte del protocolo a seguir en la frontera que delimita el acceso a la zona en cuarentena. Foto: Pedro Paredes Hernández
La desinfección de las bolsas forma parte del protocolo a seguir en la frontera que delimita el acceso a la zona en cuarentena. Foto: Pedro Paredes Hernández

 

Para Eridania Soto Ledesma, su hija, los ir y venir para efectuar el cobro cada mes son: “Tremendo tropel”. Tuvo que obtener un poder notarial para hacerlo, porque resi­den en Guane, donde no hay cajeros automáticos, por lo tanto, para rea­lizar la extracción del dinero debe asistir a una sucursal del Banco Po­pular de Ahorro (BPA) entidad que paga a 23 mil 970 de los pensionados adscritos a esta modalidad. Lamen­ta las horas de espera.

Desde La Palma, Carmen Novo Delgado define los trámites para el cobro de la pensión de su mamá, Consuelo Delgado Rodríguez, como “candela”. En su caso, suele hacerlo en Viñales o Pinar del Río, municipios donde sí hay cajeros. A esas localida­des viaja con frecuencia por diversos motivos, pero no escapa de las colas.

Modernidad vs. realidad

Con más de medio millón de habi­tantes y el 21,6 % de su población mayor de 60 años, al cierre del pa­sado 25 de julio el territorio pinare­ño contabilizaba 79 mil 914 jubilados. Yanet Valdés Rodríguez, directora de la filial provincial del Instituto Na­cional de Seguridad Social (Inass), informa que desde octubre del 2019 los que arribaban al proceso de re­novación de la chequera recibían, en lugar de esta, una tarjeta magnética.

Reconoce que muchos no desea­ban el cambio, pero que oportuna­mente se explicó la situación con el papel e incrementaron el número de pensionados con este medio de pago, especialmente con el acompa­ñamiento del BPA, pues en la actua­lidad solo mil 648 están asociados a entidades del Banco de Crédito y Comercio (Bandec). Desde agosto los demás jubilados ya pasaron a la nómina electrónica, convenida con las unidades de correo o bancarias, donde el beneficiario solo necesita presentar su carné de identidad.

Cada entidad pagadora posee su propio listado, conformado a partir de la asiduidad de los jubilados al mismo sitio para cobrar. No obstante, como algunos eligen en dependencia de la accesibilidad u otros intereses, se han reportado personas que comparecen a determinado centro y no están inscri­tos en ese. Al respecto, Valdés Rodrí­guez apunta que el procedimiento es­tablecido es que desde ahí realicen una llamada telefónica al Inass, que mane­ja toda la base de datos, para orientar al pensionado dónde dirigirse.

La práctica, mucho más rica que la realidad, demuestra que no siempre es así, al menos según lo refieren Con­suelo Lemus Quintana y Vadari Co­llado Echeverría, directora del BPA y oficial de cumplimiento de Bandec, respectivamente, en el municipio de La Palma, y dicen que los interesados transitan por cada centro para com­probar su registro y de no encontrar­se en ninguno entonces solicitan un pago provisional al Inass.

Ambos señalan, además, que son frecuentes los errores en los listados de no coincidencia de los nombres con los carnés de identidad; criterio que también suscribe Jany Lazo Valdés, especialista en Comunicación Insti­tucional de la Empresa de Correos de Pinar del Río, quien añade que por eso insistieron en que los beneficiarios conservaran la matriz de la cheque­ra; por la numeración de esta pueden realizar la verificación y solucionar el problema con inmediatez.

Valdés Rodríguez asevera que mediante los pagos provisionales, incluso los que no aparecían en los registros, recibieron la mensualidad habitual.

 

Los más populares

Por su diseminación geográfica y al­cance de los servicios, las entidades de Correos y BPA llegan al mayor núme­ro de jubilados, los primeros poseen 13 oficinas, siete sucursales, 27 venta­nillos y dos puntos de venta. Además de llegar hasta cada comunidad con los carteros, según Lazo Valdés, quien confirma que no hay zonas de silencio en la provincia.

Por contrato establecido con el Inass pagan a 35 mil 802 pensio­nados. En agosto 22 mil 722 reci­bieron en sus hogares el servicio. Explica que imprimen la nómina con los residentes en zonas aleja­das de los establecimientos y los carteros llevan el dinero; en sitios muy intrincados o con viviendas dispersas toman medidas como acompañar al pagador para que no transite solo con elevadas su­mas de efectivo.

Niurka Coste Rodríguez, di­rectora provincial del BPA, dice que cuentan con 24 cajas de aho­rro, 13 sucursales y cinco áreas anexas, estas últimas antiguas unidades de Cadeca, y aunque no en todas disponen de post, las computadoras desde las que pres­tan servicios están en línea y pue­den realizar la búsqueda en los registros en tiempo real.

 

De excepcional a cotidiano

La COVID-19 obligó a buscar alter­nativas a problemas diarios desde otra perspectiva, especialmente en áreas en cuarentena. Actualmente la zona norte del municipio de La Palma se encuentra en aislamien­to tras la confirmación de 34 casos en los Consejos Populares Manuel Sanguily y Las Cadenas. Janays Morejón Remedios, directora de Finanzas y Precios en el territorio, afirma que los mil 23 pensionados que viven allí recibieron su dinero.

Entre ellos hay 86 que lo hacen mediante tarjetas magnéticas, el procedimiento ha sido que envíen sus documentos junto a un autori­zo a través de un representante que lo entrega en frontera a otra per­sona designada por el Consejo de Defensa Municipal (CDM), quien concurre a las entidades pagadoras y realiza los cobros, se adjuntan los comprobantes y copias de las nómi­nas que cada beneficiario firma una vez que le dan su mensualidad.

Bárbara Vivian Acosta Quinta­na, directora de la Oficina Munici­pal de Correos en La Palma, expli­ca que para los registrados en sus nóminas llevan el efectivo hasta las dos unidades enclavadas dentro del área y de ahí los trabajadores proce­den a efectuar el pago, y señala que la zona en cuarentena comprende 164 kilómetros cuadrados y 11 asen­tamientos poblacionales.

Reordenaron la fuerza en sus establecimientos en dependencia del lugar de residencia y cumplen con este encargo y otros como la en­trega de giros postales. Vía telefó­nica conversamos con Andrés Mar­tínez Bello, José Díaz Costa, María Costa Pedroso, Luz Álvarez López y Arcadio Azcuy Báez, jubilados que habitan en esas zonas, los cuales aseguran haber cobrado pese a las condiciones de aislamiento.

 

Experiencias

Para cualquier persona estar varias horas de pie esperando por un servicio es incómodo. Si se trata de adultos mayores es peor. Foto: Pedro Paredes Hernández

 

De forma cotidiana muchos jubilados necesitan recorrer varios kilómetros para cobrar su pensión o hacer largas colas para acceder a estos ingresos. Con marcada tendencia al enveje­cimiento poblacional, en Cuba urge buscar soluciones a problemas gene­rados desde la concepción del propio mecanismo.

En Pinar solo cuentan con cajeros automáticos la ciudad capital, Viñales y Sandino. Su escasa disponibilidad no solo perjudica a los adultos mayo­res, que también se quejan de no saber usarlos, sino a trabajadores que reci­ben su salario por tarjeta magnética.

Si fue posible crear mecanismos en condiciones tan adversas como una pandemia, qué impide extenderlos en el tiempo? Son experiencias que de­ben quedarse en vigor, y sumar otras para que crezcan los servicios que puedan recibir a domicilio nuestros ancianos, máxime cuando no todos cuentan con el acompañamiento de familiares cercanos, ni cuidadores disponibles. No es limitar el proce­so de informatización a nivel social, se trata de flexibilizarlo para que no constituya un obstáculo a salvar.

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