Ante la COVID-19, la ciencia cubana sigue abriendo nuevas líneas de investigación

Ante la COVID-19, la ciencia cubana sigue abriendo nuevas líneas de investigación

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Por Leticia Martínez Hernández / Presidencia de Cuba

 

Como cada semana desde que inició en Cuba la batalla a la COVID-19, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se reunió este jueves en el Palacio de la Revolución con los científicos y expertos que participan directamente en el enfrentamiento a la epidemia en el país, una jornada que calificó de alentadora.

 

Foto: Estudios Revolución

 

Este nuevo encuentro, destacó, evidencia que la ciencia cubana viene apoyando con eficiencia el enfrentamiento al nuevo coronavirus y “que no se ha detenido, no se ha autocomplacido en los resultados que ya son importantísimos, sino que se siguen abriendo nuevas líneas de investigación; se siguen consolidando aportes y resultados”.

Eso también nos da una seguridad, afirmó el Jefe de Estado, en cómo vamos a vencer la pandemia y a quedar preparados como nación para enfrentar luego otros fenómenos similares.

En la agenda de esta sesión con los investigadores, el doctor en ciencias Pedro Más Bermejo presentó un análisis sobre la evolución del índice Oxford contra casos activos en países como Cuba, Costa Rica, Uruguay y Nueva Zelanda, que se encuentran entre los de mejores resultados en la región de las Américas y en el mundo. En ese índice, que evalúa la respuesta de los gobiernos a la pandemia, la mayor de las Antillas mantiene en estos momentos una calificación de 100, en tanto las demás naciones incluidas en la comparación tienen 69.4, 66.7 y 36.1, respectivamente, luego de relajar algunas de las decisiones tomadas.

Al respecto, apuntó que “acelerar el desescalamiento de las medidas, sin un control estricto, significó en algunos de los países estudiados un incremento de casos activos o la prolongación en el tiempo de la curva”.

Entre las cuestiones que más se flexibilizaron y tuvieron una repercusión en la dinámica de la epidemia, señaló la relajación en el confinamiento, la apertura limitada del transporte y la participación en eventos públicos.

La mayoría de los países, agregó, presentan mesetas al final de la epidemia, lo cual es importante tenerlo en cuenta para evitar rebrotes.

En el intercambio sobre estos temas, el Presidente Díaz-Canel reiteró que, cuando se decida, las medidas se irán tomando de manera gradual, como por ejemplo la apertura de los centros de trabajo, del transporte público y los eventos sociales. Además se mantendrá el distanciamiento social y físico, así como el uso del nasobuco.

Acerca de los modelos de pronósticos de la enfermedad en Cuba, volvió a actualizar el decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart Díaz, quien subrayó que a partir de los últimos eventos de transmisión en La Habana “lo que ha ocurrido con la curva de casos activos es que se mantiene en la zona límite del escenario favorable, pero amenazante de salir hacia la zona media, aunque eso va a ocurrir casi en la cola de la epidemia”.

El estudioso consideró que el modelo “se ha desviado de la tendencia esperada”. Lo que sucederá, agregó, “es un decrecimiento lento de la pandemia, extendiéndose en el tiempo”. La aparición de casos será controlada, dijo, con la posibilidad de que ocurran otros eventos.

De ahí la importancia, acotó el viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda, “de los estudios poblacionales, según la estratificación del riesgo, para tratar de levantar toda la circulación viral que pueda existir e identificar los infectados y sus contactos, y de esa manera atender cada riesgo que podamos tener en la capital”.

La evidencia de que realmente no hay circulación del virus en el resto de los territorios, subrayó, “es que se siguen estudiando posibles casos, a partir de la sintomatología respiratoria y de sus contactos, y las pruebas son negativas, lo cual habla a favor de que no hay circulación en la mayoría de las provincias y municipios”.

Morales Ojeda consideró que el reto mayor es que la COVID-19, aunque forme parte del cuadro de salud de la población cubana, no se convierta en una enfermedad endémica en nuestro país. “El esfuerzo de la comunidad científica por tratar de tener la vacuna y un grupo de medios diagnósticos y terapéuticos nos tiene que ayudar en ese propósito”.

Además de todos los resultados que se pueden mostrar hoy, reflexionó el viceprimer ministro, sería un éxito que Cuba pueda contar con la seguridad de que esta enfermedad no se convierta en endémica.
En otro momento de la reunión, la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, informó que hasta este mes de junio se contabilizan 460 investigaciones, estudios, intervenciones y ensayos clínicos relacionados con la epidemia en el territorio nacional.

Esta semana, detalló, se han presentado otras cuatro relacionadas con los factores de riesgo genético asociados a la severidad clínica de la COVID-19; el cáncer y el nuevo coronavirus; la estandarización y aplicación de la inteligencia artificial en estudios radiológicos; y la intervención preventiva con Biomodulina T y Factor de Transferencia en pacientes de COVID-19 con tratamiento dialítico.

La doctora expuso de manera particular los resultados del trabajo realizado con los ancianos del Hogar No.3 de Santa Clara, donde se abrió un sensible evento de transmisión. Según manifestó, la adopción de un grupo de medidas organizativas, epidemiológicas y terapéuticas, además de la administración ágil de varios medicamentos cubanos, permitieron salvar la vida a la gran mayoría de esos abuelos.

En el encuentro de este jueves también se conoció sobre la intervención comunitaria con una dosis de la vacuna VA-MENGOC-BC, basada en el entrenamiento de la inmunidad innata, a 18 mil 528 personas en Plaza de la Revolución y Centro Habana, cuyos resultados están siendo valorados; así como el quehacer de la Comisión de Memoria Histórica para preservar toda la documentación que se está generando actualmente, relacionada con el enfrentamiento a la pandemia en Cuba.

Las ciencias sociales igualmente tuvieron su espacio en este encuentro con el Presidente y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, donde la doctora en ciencias Georgina Alfonso González explicó cómo se trabaja desde las comunidades para “buscar el fortalecimiento del tejido social, comunitario y solidario en Cuba”. Es una oportunidad, dijo, para recuperar ese tejido de cooperación, de colaboración, para volver a activar la práctica cultural y social de vivir en comunidad.

La jornada en el Palacio de la Revolución concluyó con la reunión del grupo temporal para la prevención y control del nuevo coronavirus, en la cual rindieron cuenta las autoridades de La Habana y Matanzas acerca de su situación epidemiológica; así como la ministra del Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, sobre las medidas aplicadas por el sector en estos tiempos de epidemia en Cuba. Todo ello como parte del esfuerzo colosal que realiza la mayor de las Antillas para, con el concurso de todos, seguir librando con éxito esta batalla por la vida.

 

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