17 de mayo de 2020: Mi mejor cosecha

17 de mayo de 2020: Mi mejor cosecha

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Solo siento la voz clara que llega desde lejos y no puedo apreciar el brillo que debe hacerse en sus ojos, pero le he creído cuando me dijo: “Esa es mi mejor cosecha”, y lo repitió con la certeza de que entregar sus producciones agrícolas al hospital “es el único modo que tiene de hacer algo por la salud pública”.

Danilo Resqueijo: “Me siento muy bien con lo que estoy haciendo”. Foto del muro de Facebook del periodista Hugo García
Danilo Resqueijo: “Me siento muy bien con lo que estoy haciendo”. Foto del muro de Facebook del periodista Hugo García

Danilo Resqueijo López no se anda con rodeos: “Me salió del corazón; iba en mi ‘yipicito’ pensando cómo ayudar en momentos tan difíciles; tenía bastante siembras. Donar parte de los productos era una buena manera de dar lo poco que tengo, sin pedir nada a cambio”.

Después de maquinar sus ideas, conversó con otro guajiro que trabaja en su finca, a 15 kilómetros de Bolondrón, en Matanzas, y con su familia; se lo comunicó al presidente de la cooperativa Camilo Cienfuegos, a la que pertenece, y puso manos a la obra.

No tiene transporte para llevarlos; aprovechó la bondad de un amigo que no acepta pagos por el combustible, pues se siente a gusto haciendo su aporte. Danilo fue una vez, otra, y otra…va para la quinta, y como dicen, “cada vez que lo hace, se aparece con un camión de comida”.

“Cumplo las entregas previstas a Acopio y Frutas Selectas, y todos los tomates, calabazas, plátanos, ajíes, cebollas y melones; cada producto que he donado está bien pagado”, y repite lo dicho a otros colegas: “Nada que haya hecho antes me lo han valorado tanto”.

Espontáneamente

No sé si la iniciativa nació con Danilo —y a él poco le importa— ni cuántos campesinos del país se han sumado. Recurrí al integrante del Consejo de Estado, Rafael Santiesteban Pozo, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap), quien con su amabilidad acostumbrada respondió de inmediato.

Él solo sabe que el origen es espontáneo. Ni su organización ni alguna otra lo propuso; posteriormente han intervenido, tratando de conducir ese accionar a través de las cooperativas y de esparcir la ayuda a quienes más la necesitan.

Danilo siempre se aparece al hospital militar de Matanzas con un camión de comida.

Y le dan seguimiento. Por eso conoce que 215 centros de la salud pública han recibido aportes de más de 800 cooperativas con cifras importantes como las 489 toneladas de viandas, 198 de hortalizas, 178 de frutas, 185 de granos, 323 de carnes, además de leche y otros productos. Una riqueza que escapa del bolsillo del hombre e ingresa en el corazón de millones de cubanos.

“Van contribuyendo en base a las necesidades, después de cumplir los planes de entrega de los productos contratados”, afirmó Rafael, y refirió que en momentos difíciles para la agricultura, dados los efectos del bloqueo, las limitaciones con los insumos y combustibles y la sequía, visitan a la mayor cantidad de productores con el fin de concertar compromisos para el acopio de sus producciones.

Santiesteban aprovechó y habló del Día del Campesino. “La pandemia no pudo impedir la celebración, y el 17 de Mayo, en las fincas, en las cooperativas, en las familias y con la protección requerida, unidos, produciendo para el pueblo, se hizo la fiesta y el reconocimiento a los más destacados”.

Es poco lo que damos

Desde todos los rincones del país saltan a titulares nombres, cifras, productos que donan los campesinos a los centros de salud, un genuino movimiento que fue surgiendo desde el corazón de los hombres y que ha “enganchado” a cooperativas, unidades básicas de producción cooperativas (UBPC), empresas estatales y trabajadores por cuenta propia.

Juan Carlos González es otro campesino que trasladó, desde su finca en Gibara, hasta la ciudad de Holguín, productos recién cosechados para contribuir a la alimentación de los trabajadores y los pacientes del hospital que atiende a enfermos con la COVID-19.

El productor Luis Ernesto Brunet, de la UBPC Las Yayas, de Sancti Spíritus, entregó productos cárnicos a un centro de aislamiento para sospechosos de estar contagiadas, en el poblado de Banao.

Y así van llegando las noticias. Por la bondad de un directivo del hospital militar de Matanzas también supe el número del celular de Yens Martín Tirado, un campesino de la finca El Tomeguín, en Perico, quien asegura que “por mucho que das, es poco al lado del sacrificio que hacen los médicos y los trabajadores de la salud”.

Guajiros al fin, a Danilo y a Yens no les gusta hablar de lo que hacen y minimizan el significado de sus aportes: “Es mejor hacer que decir”, dijeron ambos.

Prefieren el silencio

El Mayor Fernando Cabanes Aguet, político del Hospital Militar Mario Muñoz, de Matanzas, dijo que “el altruismo es la actitud que caracteriza a estos campesinos, que buscaron la manera de contribuir y siempre preguntan en qué más pueden ayudar”.

Cabanes Aguet aseguró que los donativos son valiosos para este centro, donde se encuentran pacientes, personas en aislamiento y trabajadores, y con estos se mejora y diversifica la alimentación, sobre todo para los primeros que tienen mayores exigencias en el balance de proteínas, carbohidratos, vitaminas y otros.

Resaltó la modestia, el desinterés, la voluntad y el esmero de los campesinos, que nunca avisan su llegada al hospital, precisamente para que no busquen a la prensa; ellos prefieren el silencio de actos que bien vale la pena enaltecer.

Y vuelve a mi mente la voz de Danilo Resqueijo, al que llamé durante toda una tarde, y a las ocho y media de la noche, con un ruido característico de equipos agrícolas de fondo, respondió: “Es que todavía estoy trabajando en la finca, donde muchas veces no hay cobertura”. Cuando quise saber por qué dona lo que puede aportarle significativos dividendos económicos, afirmó: “Me siento muy bien con lo que estoy haciendo”.

Esos sentimientos justifican la metáfora de la periodista Giussette León García, de CubaSí, quien tuvo la suerte de ver con sus propios ojos a Danilo, cuando todos en el hospital lo aplaudían: “Los ojos aguados no eran por la falta de sueño, a eso está acostumbrado. Este guajiro estaba al reventar en el más humano y varonil de los llantos posibles”.

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Un comentario en 17 de mayo de 2020: Mi mejor cosecha

  1. Muchas felicidades para todos los campesinos en su día, a ellos q aunque no se vistan d batas blancas, se ponen sus sombreros y botas para salvar vidas al igual q nuestros médicos, muchas gracias por día a día estar en los surcos sin importar sol o lluvia y hoy enfrentando esta pandemia mundial no se han rendido para q podamos llevar a nuestras familias el alimento. Muchas felicidades campesinos cubanos y en especial a los matanceros y a ti …

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