El secreto de un buen hospital (+Fotos)

David es un niño que con apenas cuatro años ha conocido sobre inyecciones, neumonías, recetas médicas … La sala de enfermedades respiratorias del Hospital Pediátrico de Florida, en Camagüey, Leopoldo Rey Sampayo se ha convertido en la otra casa, en ese espacio en el que permanece buena parte del año, debido a las continuas neumonías que le aquejan.

La cama 15 esta vez lo acogió. Una bronconeumonía con lesiones importantes en pulmones, más fiebre alta, lo llevó hasta ahí; y aunque según algunos, eso signifique lógicas molestias, para él y su madre Ismaray Aranda Mustelier, no lo es tanto. “Se siente como la casa de uno, la comida la cocinan muy bien, los médicos y las enfermeras son especiales y eso ya te hace sentir mejor”, explica Ismaray.

Y es que el Leopoldo Rey Sampayo, desde su creación en 1985, ha querido ser, y es, un buen espacio para el que llega; y los premios y reconocimientos que ha acumulado por años, así como su ejemplaridad entre los de su tipo lo constatan.

La familia que son

Desde que se fundó, hace casi 35 años, por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el hospital asumiría a los residentes en los municipios agramontinos Carlos Manuel de Céspedes, Esmeralda y del propio Florida.

“Nuestra función principal es atender a los niños hasta los 19 años de edad. Contamos con una sala de urgencia, los estabilizamos y en caso necesario o de cirugía mayor los enviamos a la cabecera provincial”, asevera la directora del centro Miriam Gallardo Montejo, Máster en Enfermería.

Pero, como alega la dirigente, uno de los mayores orgullos, aun cuando también destacan con el área de Nefrología para adultos, es que son una familia que ha logrado, en los últimos 25 años, cero mortalidad infantil.

“Somos un colectivo que por tradición estamos muy unidos. Desde la primera directora que tuvo el centro, todo el que ocupa el puesto debe ser ejemplo y los 278 trabajadores asumen cada tarea que se requiera”, acota.

Para las celebraciones del 26 de Julio del pasado año así lo demostraron. Ellos, las enfermeras, el personal de mantenimiento, los médicos, las cocineras, todo el que pudo, construyeron con sus propias manos un salón de convenciones, un local de ultrasonidos, otro para almacenar, ampliaron las salas, entre otros arreglos.

“Aquí no se trabaja por fechas, es que tenemos inoculado ese deseo de hacer más, ese entusiasmo que nos hizo hasta tirar una placa sin ser expertos”, declara Tomás Sánchez Arcea, secretario general del buró sindical del hospital.

Reconocimientos que estimulan

Un buen día llamaron por teléfono a Tomás: el hospital recibiría la bandera 80 Aniversario de la CTC, le dijeron. “Ahí mismo me dio una alegría inmensa y orgullo porque recibir este premio, entre tantos hospitales, es porque hemos trabajado duro”, recuerda el dirigente sindical.

Pero era el alborozo de todos. “Cuando regresamos de La Habana con la bandera dimos un recorrido por el pueblo de Florida; había tremenda algarabía, éramos los únicos de la provincia del sector de salud y había que celebrar”, alega Gallardo Montejo.

Luego la ubicaron en la entrada del centro, junto a los reconocimientos de Vanguardia Nacional, Colectivo Moral, el certificado de excelencia por los servicios de enfermerías y otras medallas y galardones, en una especie de recordatorio de que trabajar bien es la máxima a seguir.

“A los jóvenes esa es la idea que más le enseñamos”, comenta Iliana Rodríguez Díaz, jefa del departamento de Enfermería, quien desde los 18 años forma parte de esta familia, de este colectivo que, como dice, es ya su casa.

Ahora cada uno de los trabajadores mira cada premio y se dicen internamente que hay que seguir siendo ejemplo porque ser buenos no es cosa de un día, sino de años.