El último crucero de la Carnival y la estela del bloqueo a Cuba

El último crucero de la Carnival y la estela del bloqueo a Cuba

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El último buque de la Carnival Corp., la mayor operadora mundial de cruceros, se alejó del Morro de la bahía de La Habana y dejó tras de sí la estela cruenta de otra escalada en el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Crucero Carnival haciendo su entrada a La Habana. Foto: Tomada de Google
Crucero Carnival haciendo su entrada a La Habana

 

La imagen de los navíos de esa compañía se hacía cotidiana ya en varios puertos cubanos cuando de un porrazo, el 3 de junio, la Casa Blanca prohibió los viajes turísticos y las travesías de cruceros a la pequeña y vecina isla, donde la Carnival mantenía tres circuitos.

Royal Caribbean Cruises respondió que sus barcos no se detendrán en Cuba, mientras que Norwegian Cruise Line dijo que estaba monitoreando la situación.

La prohibición, en vigor desde el 5 de junio, vino en un paquete que impide además los viajes culturales y educativos de contacto con el pueblo cubano (conocidos como people to people, pueblo a pueblo) y dispone afectaciones a los servicios de transporte, remesas, banca, negocios de comercio, entre otras.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció con ello cambios en el Reglamento de Control de Activos Cubanos, al considerar que ‘Cuba continúa desempeñando un papel desestabilizador en el Hemisferio Occidental’.

Así lo dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien adelantó el texto según el cual la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) ‘está modificando las regulaciones para eliminar la autorización de viajes educativos grupales pueblo a pueblo’.

Mnuchin argumentó que la Isla está ‘proporcionando un punto de apoyo comunista en la región y apoyando a los adversarios estadounidenses en lugares como Venezuela y Nicaragua al fomentar la inestabilidad’.

Se trata del pretexto para la aplicación a nivel hemisférico de la doctrina Monroe, según la cual América es para los americanos, léase para los intereses hegemónicos de Estados Unidos.

A la par, la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio (BIS), en coordinación con la OFAC, limitará los tipos de aeronaves y embarcaciones autorizadas para ir a la nación caribeña en una estadía temporal.

‘En consecuencia, los aviones privados y corporativos, los cruceros, los veleros, los barcos de pesca y otros aviones y embarcaciones similares en general tendrán prohibido ir a Cuba’, indicó el texto de la BIS.

La escalada en la hostilidad y el accionar contra La Habana se corresponde con la puesta en marcha del Memorando Presidencial de Seguridad Nacional signado por el presidente Donald Trump el 16 de junio de 2017 y titulado Fortalecimiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba.

Resultó la antesala de la activación del Título III de la ley Helms-Burton, que entró en vigor el 2 de mayo, cuyo objetivo principal es desalentar la inversión extranjera en la isla y llevar a cortes de justicia federales estadounidenses a empresarios y compañías de terceros países que ‘trafiquen’ con propiedades nacionalizadas por la Revolución Cubana.

A ello se suma la lista negra que incluye a más de 200 empresas cubanas a las que la Casa Blanca, de manera unilateral, impide hacer transacciones con firmas de otras naciones, en otro golpe a la economía de la nación antillana.

La guerra económica de Estados Unidos contra Cuba, que dura casi 60 años, causó pérdidas por valor de más de 134 mil millones de dólares a precios corrientes, según denunció el ministro cubano del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.

Junto a todo ello resultan millonarias las multas aplicadas por EE.UU. a bancos y empresas extranjeras, en su mayor parte europeas, por sus operaciones con Cuba, a despecho de que son compañías de países aliados de Washington.

El Gobierno de Donald Trump dice actuar en favor de la democracia en Cuba y de su pueblo, pero sus acciones van dirigidas de manera particular contra la población cubana, incluido el sector emergente de la economía no estatal o por cuenta propia, como le llaman nacionalmente.

También se lanza contra el sector académico y las universidades, los centros de investigación científica, las iglesias y otros sectores a los que interpuso un muro para impedir los contactos con sus contrapartes estadounidenses.

Asistir a un simposio, un congreso o una simple reunión académica, científica o estudiantil en Cuba se convierte en delito para los ciudadanos de Estados Unidos, a los que su gobierno aísla en su irracional política de cerco a La Habana.

En Washington el Grupo de Trabajo sobre Cuba en el Congreso estadounidense defendió la importancia de mejorar las relaciones entre los dos países, al criticar las nuevas restricciones impuestas a los viajes a la isla.

Los copresidentes de esa agrupación bipartidista expresaron en un comunicado que un mejor vínculo bilateral ‘ofrece oportunidades infinitas para ambas naciones y el hemisferio circundante’.

El texto, emitido por las representantes demócratas Kathy Castor y Barbara Lee, y los republicanos Tom Emmer y Rick Crawford, consideraron que el anuncio de las nuevas limitaciones a los viajes va en contra tanto de la seguridad nacional norteamericana como de los intereses económicos de ese país.

Por su parte el líder cubano, Raúl Castro, cual anticipándose a los anuncios de la Casa Blanca, publicó en el diario Granma un artículo en el que subrayó:

‘El incremento de la guerra económica, con el fortalecimiento del bloqueo y la continua aplicación de la Ley Helms-Burton, persiguen el viejo anhelo de derrocar a la Revolución Cubana por medio de la asfixia económica y la penuria. Esta aspiración ya fracasó en el pasado y volverá a fracasar’.

A su vez la embajadora de Cuba en Canadá, Josefina Vidal, ex jefa de la dirección de EE.UU. en la cancillería cubana afirmó en un tuit que las restricciones de Washington a los viajes limitados de los estadounidenses son cíclicas, ‘como son cíclicas sus derrotas’.

Y el presidente Miguel Díaz-Canel escribió el propio 5 de junio que ‘Cuba no se dejará amedrentar ni distraer con nuevas amenazas y restricciones’.

Trabajo, creatividad, esfuerzo y resistencia es nuestra respuesta. No han podido asfixiarnos. No podrán detenernos. Viviremos y venceremos, suscribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

(Tomado de PL)
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