La Coubre: terror patrocinado contra Cuba

La Coubre: terror patrocinado contra Cuba

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El 4 de marzo de 1960 se produjo la explosión del barco mercante francés La Coubre, atracado en el puerto de La Habana. Fue un sangriento sabotaje que formaba parte de un plan terrorista dirigido a obstaculizar el desarrollo del Gobierno revolucionario cubano.

Vapor La Coubre. Foto: Arístides Reyes

Entre las mercancías, el navío cargaba mil 492 cajas con pertrechos de guerra: fusiles, granadas y otras municiones, adquiridas en Bélgica. La delicada descarga era supervisada por oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias encargados de su traslado hasta almacenes militares.

A las tres y diez minutos de la tarde se produjo una primera gran detonación, y aproximadamente media hora después la segunda que también estremeció parte de la ciudad, ambas dejaron una enorme columna de humo negro que se elevó al cielo.

Ciento una personas perdieron la vida, de ellas 6 franceses y 8 nacidos en España, no fue posible identificar 33 cuerpos. Cerca de 400 personas resultaron heridas, algunas quedaron incapacitadas de por vida. Ochenta y dos niños quedaron sin padre, tres de ellos nacieron después del atentado.

El 5 de marzo, durante el sepelio de las primeras víctimas identificadas, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, por primera vez diría la frase ¡Patria o Muerte!, ante la disyuntiva de resistir o renunciar al camino de justicia social emprendido en Cuba. Estados Unidos pretendía que los cubanos renunciaran a la Revolución nacida el 1ro de enero de 1959.

El investigador Tomás Gutiérrez González, en su libro La Coubre, de la editorial San Luis, 2017, recoge el resultado de la pesquisa histórica, así como la operativa, realizada por los órganos de la seguridad del Estado y otras instituciones de Cuba.

Explica el especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado  que, como determinaron expertos cubanos, el sabotaje fue preparado fuera de Cuba. Lo desencadena una carga explosiva de alto poder colocada en el interior de la bodega número VI, ubicada en la popa del barco. Se estima que una caja con 50 libras de explosivo C-4 indujo la explosión justo cuando se extraían las que contenían granadas en ese compartimento del barco, el cual venía sellado.

No se tienen aún pruebas que permitan llevar el caso ante tribunales internacionales. Estados Unidos, Bélgica y Francia, hicieron indagaciones propias, pero ninguno de ellos ha autorizado la desclasificación de sus resultados. No obstante, existe la convicción de que en ese hecho participó la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

La Casa Blanca siempre temió que el triunfo de la Revolución cubana afectara sus intereses económicos y políticos al sur del río Bravo, por eso en marzo de 1960, recrudeció las acciones encubiertas dirigidas a su derrocamiento, las cuales incluyen presiones económicas, medidas diplomáticas, propaganda dirigida a la opinión pública y a los gobiernos de América Latina, así como la intervención militar, un ejemplo de ello fue la invasión de 1961 con el propósito de establecer un gobierno provisional que solicitara ayuda a Washington y a la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los hechos terroristas dirigidos contra Cuba se parecen a los que hoy se tratan de llevar a Venezuela, adaptados a los nuevos tiempos. Entonces, ¿cuál es el Estado patrocinador del terrorismo internacional? Como dice un comentarista cubano, “saque usted sus propias conclusiones”.

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