Gobierno de Yemen por el diálogo nacional y la paz

Gobierno de Yemen por el diálogo nacional y la paz

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Por Juan Dufflar Amel y Yimel Díaz Malmierca

Las relaciones entre Yemen y Cuba son históricas y excelentes, superan las 5 décadas y es voluntad de ambos Gobiernos hacerlas más fuertes, desarrollarlas y ampliarlas en la salud, la educación y otras esferas de interés bilateral, expresó a Trabajadores el Excmo. Sr. Mansoor Ali Baggash, viceministro de Relaciones Exteriores del país árabe, quien esta semana realiza una visita oficial a la Mayor de las Antillas.

Mansoor Ali Baggash, viceministro de Relaciones Exteriores de Yemen.

Según la agenda coordinada por la embajada, el diplomático sostendrá encuentros con directivos de la cancillería y los ministerios de Salud Pública y Educación. También recorrerá espacios de la capital que destacan por su valor histórico cultural y visitará el Museo de la Revolución.

Valoramos — dijo en exclusiva Ali Baggash — todo lo que Cuba ha realizado en el campo de los derechos humanos, su aporte a la causa de los países árabes y apreciamos la coordinación que hemos establecido en nuestras relaciones bilaterales y multilaterales.

Cuba es muy importante para Yemen, no olvidamos el apoyo recibido de su pueblo, del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y también de otros dirigentes —expresó el diplomático— prueba de ello es esta visita, durante la cual tendremos la posibilidad de exponer a las autoridades de manera directa, amplia y con detalles, lo que sucede actualmente en Yemen.

Acerca de los antecedentes de los difíciles momentos por los que atraviesa su país, narró que en el año 2011, poco después de la denominada primavera árabe iniciada en Túnez, la población yemenita se volcó a las calles en protestas antigubernamentales.

Relató que, con el propósito de lograr libertades democráticas, mejores condiciones de vida y un cambio de Gobierno, el 11 de febrero del 2011 comenzó una rebelión popular en la mayoría de las provincias del norte y sur yemenitas, la cual culminó con el derrocamiento del régimen de Ali Abdullah Saleh, quien estuvo en el poder por más de 30 años y convirtió a Yemen en uno de los países más empobrecidos del mundo, aseguró.

El nuevo Gobierno convocó a una Conferencia de Diálogo Nacional con todas las fuerzas y partidos políticos para la formación de un Gobierno con representación de las 6 regiones del país —afirmó el viceministro—, convocar a elecciones presidenciales y promulgar una nueva Constitución.

En los comicios, más de seis millones de yemenitas eligieron a Abdó Rabo Mansour Hadi como nuevo presidente de  la República, pero hubo fuerzas que se opusieron al cambio y reclamaban la restitución de Abdullah Saleh, certificó. Finalmente, en el 2014, rebeldes houthis y las fuerzas que apoyaban el retorno del expresidente dieron un golpe de estado al legítimo Gobierno, lo cual obligó a Mansour Hadi a trasladarse a Arabia Saudita, pidió ayuda a los países vecinos y al Consejo de Cooperación del Golfo, y se creó una coalición para proteger a la sociedad y al pueblo yemenita.

Este golpe de facto contra un presidente electo —alegó— fue denunciado ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde se aprobó la Resolución 2216  (abril/2015) que deploró las medidas tomadas por los rebeldes houthis para disolver el Parlamento, asumir las instituciones del Gobierno, exigió el cese de la violencia y la retirada de todas las fuerzas rebeldes de la capital.

Hasta ahora los múltiples esfuerzos de nuestro legítimo Gobierno para prevenir la guerra civil y efectuar un Diálogo Nacional que restablezca la paz y la reconciliación han sido obstaculizados por los insurgentes —denunció Ali Baggash— pues siguen empeñados en el conflicto armado para tomar el poder, aunque esto ha causado derramamiento de sangre en la población civil, una enorme devastación de la infraestructura y enormes daños a la economía, al acervo histórico y patrimonial yemenita.

El diplomático comentó que actualmente el Gobierno controla el 80 % del territorio y los houthis se han hecho fuertes en algunas ciudades, entre ellas la del puerto de Hodeida, importante fondeadero del mar Rojo, por donde reciben armamento financiado desde el exterior: “Les llega oculto en supuesta ayuda humanitaria”, reveló.

Ese emplazamiento rebelde ha sido denunciado además por entorpecer el comercio internacional que transita por el mar Rojo y por obstaculizar la distribución de ayuda humanitaria entre los habitantes de la zona, la cual proviene principalmente de las agencia de la Onu y  del Centro saudita Rey Salman.

Naciones Unidas ha dado gran importancia al conflicto en Yemen y ha nombrado tres enviados especiales que no han conseguido pactar la paz. No obstante, nuestro Gobierno no ceja en el empeño de poner fin a la guerra a través de un diálogo nacional que nos conduzca al cese de las hostilidades, la unificación, la reconciliación nacional, la estabilidad, la paz y la reconstrucción de un país que ha sido considerado como una joya por sus valores patrimoniales y como un continente dentro de un Estado por su diversidad cultural, concluyó.

La República de Yemen nació en 1990, como resultado de la unificación de la República Popular Democrática de Yemen y la República Árabe de Yemen, territorios situados en la costa suroccidental de la península de Arabia. El actual Estado limita al norte con Arabia Sauditita, al este con Omán, al sur con el golfo de Adén y al oeste con el mar Rojo, lo que le concede una importancia estratégica dentro de la convulsa región del Medio Oriente.

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