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Debate honesto, donde cada opinión cuenta

El  debate entorno al Proyecto de Constitución de la República de Cuba ha despertado un marcado interés entre los cubanos. Sus novedosos aspectos llaman a que así sea y se ha convertido en un proceso de discusiones profundas, en el que cada opinión cuenta y es necesaria.

Haber participado en más de una decena de ellos en centros laborales me ha dado la medida para expresar el criterio anterior y desmentir a aquellos que intentan hacer ver que es un proceso formal que no cuenta con respaldo popular o que ya está concluido o aprobado el texto.

Sin duda hay interés sincero, se debate en cualquier esquina sobre uno u otro artículo, se han agotado los tabloides, se habla del tema a escala familiar, en la guagua, en el almendrón, también en los centros laborales más allá de la reunión planificada… Y se asiste con altos por cientos, incluso a pesar de situaciones climatológicas. El pueblo cubano sabe que este es un momento trascendental de su historia.

He sido testigos de trabajadores que tiene sus intervenciones escritas, muy bien pensadas, con ideas lógicas, lo que evidencia estudio, razonamientos e interiorización de los asuntos que tratan. Esas  actitudes son expresión de conciencia ciudadana, de haber entendido que en este proceso está decidiéndose el presente y futuro de la nación.

Es frecuente encontrar notas al margen del texto, escritas con letra casi ilegible y muy personales, es visible que los documentos se manosean, que se deja la huella del uso en ellos, que se marca una palabra, un párrafo, un artículo…

Puedo dar fe de que en estos debates nadie se limita, incluso ni cuando están presentes ministros, dirigentes o hasta Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, tal como sucedió en la empresa Traviesa o la Escuela Vocacional Ernesto Guevara, donde se produjeron en cada una de ellas más de una docena de intervenciones y en las que se discrepó, se compartieron criterios, se realizaron aclaraciones, se dieron opiniones con total libertad, se realizaron propuestas; en un ejercicio de democracia participativa, honesta y transparente.

Estos debates robustecen la Constitución que será aprobada, el pueblo se convierte en el verdadero constituyente, dan elementos para  su futura implementación, para conformar las leyes, para saber por que camino anda la sociología del cubano y hacia donde dirigir los tratamientos de las temáticas así como los nuevos argumentos que deben incluirse.

Evidentemente el texto que saldrá de este debate popular será mejor que el que se presenta, estará enriquecido con el pensamiento colectivo, con el sentido común de un pueblo que sabe está siendo protagonista de un proceso autentico, casi inédito en el mundo.

Es un pueblo que desde estos debates se expresa y defiende con emoción la Revolución, el Socialismo, el ideario martiano y fidelista, ese ideario que es un patrimonio intocable: gran fuente de derecho que nadie puede dividir.

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