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Del trabajo y los trabajadores

El trabajo es la fuente principal de la sostenibilidad de un país y su desarrollo. Aunque su retribución obviamente persigue la satisfacción de las necesidades principales del trabajador y sus familiares, su alcance real es superior, pues de él depende la producción de bienes y la prestación de servicios esenciales y por tanto, el avance económico y la atención debida a los requerimientos de la sociedad.

 

Pudiera parecer verdades de Perogrullo y en el algún sentido lo son, pero nunca resulta baladí ratificarlas, máxime cuando una nación como la nuestra está empeñada en el perfeccionamiento de su modelo económico, en el impulso del progreso y en el imprescindible rescate del valor real de las actividades laborales o sea, del amor y el respeto al trabajo.

Y parte de lo contenido al respecto en el documento Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano, el más importante elaborado, presentado y en fase de análisis como parte del proceso del XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y en el Proyecto de Constitución de la República, sometido a consulta popular, previa al referéndum, así lo refrenda

El primero de ellos contiene un número notable de párrafos dedicados al papel del trabajo y la actitud de quienes lo ejecutan, a fin de alcanzar ─como se recoge en el 21─ “una participación más influyente y un protagonismo cualitativamente superior del movimiento sindical y los trabajadores en la actualización de nuestro modelo económico”.

También se refiere al Código de Trabajo y su reglamento, a la gestión del capital humano para “asegurar el empleo como un derecho y un deber social”, a la negociación con los empleadores para alcanzar mayor integralidad en la atención al trabajador, con énfasis en los jóvenes”, a exigir desde el sindicato que quienes, debido al proceso de reordenamiento laboral, resulten disponibles o interruptos no queden desamparados, y a la necesaria participación activa en la gestión económica en cada entidad de los integrantes de los colectivos.

En el Proyecto de Constitución, por su parte, específicamente en el Artículo 27, se señala: “Los trabajadores participan activa y conscientemente en estos procesos, conforme a lo establecido”. Se refiere a la planificación socialista, a la proyección del desarrollo estratégico y a la armonización de la actividad económica en función del desarrollo social.

El número 31 plantea: “”El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un deber, un derecho y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar. Es, además, la fuente principal de ingresos que sustentan la realización de los proyectos individuales, colectivos y sociales”.

Otros definen que “la persona en condición de trabajar tiene derecho a un obtener un empleo digno”, que el descanso (…) se garantiza por la jornada de ocho horas, el semanal y las vacaciones anuales pagadas” y que “el Estado garantiza el derecho a la protección, seguridad y salud en el trabajo mediante la adopción de medidas adecuadas para la prevención de accidentes y enfermedades profesionales”.

Los dos textos abordan también el asunto más planteado y debatido durante todas las etapas realizadas hasta el momento como parte del proceso orgánico del XXI Congreso de la CTC: el salario.
A ese problema habrá que darle solución en algún momento, a pesar de que resulta un reto difícil dadas las circunstancias existentes, y eliminar las dicotomías que persisten en el sistema empresarial y sobre todo, en el presupuestado.

El documento del evento sindical plantea en el párrafo 33 que “el actual sistema salarial no se corresponde con el principio de distribución socialista” y el Proyecto de Constitución, en el Artículo 76 establece: “El trabajo se remunera en función de la cantidad, complejidad, calidad y resultados obtenidos, expresión del principio de distribución socialista ‘de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo’”. Y en el 77 define: “Todas las personas reciben el mismo salario por trabajo de igual valor”.

Esos planteamientos motivan la esperanza y la confianza. Como se dijo en la consulta en mi zona de residencia: una vez aprobada, la Constitución tiene gradualmente que hacerse realidad en la vida cotidiana, sin dejar lo de hoy para mañana, ni engavetarla y convertirla en letra muerta. Tampoco el documento Bases para el Fortalecimiento de la Misión del Movimiento Sindical Cubano caerá en saco roto.

Lo refrendado en ambos ratifican el señalamiento hecho por el Comandante Ernesto Guevara en época tan temprana como el 24 de septiembre de 1961: “No podemos de ninguna manera, desligar la idea de la defensa de la Revolución con la idea del trabajo: son dos cosas paralelas y conjuntas”.

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