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Queja de una desprotegida lectora santiaguera

El pasado 24 de julio Yadira Argota Pérez se comunicó con nuestro semanario, vía correo electrónico, para exponer su inconformidad y disgusto con lo vivido el jueves 19 de julio en la tienda La Plaza, perteneciente a Cimex, en la provincia de Santiago de Cuba

Muchas de las lámparas, con precios incluidos, están a la vista de todos pero al alcance de nadie. Foto: De la autora

Escribo a este medio porque ya han pasado más de 72 horas y lo que parece ser un simple capricho, como dijo una de las dependientes, no ha tenido satisfacción alguna.

Desde la apertura de la nueva tienda La Plaza, en Santiago de Cuba, también conocida como La Gran Piedra, me interesé por una de sus bellas lámparas, esta con un valor de 53.75 CUC.

Luego de reunir el dinero, me dirijo a la tienda el pasado jueves 19 de julio para comprarla, y una de las dependientes me explica que no está a la venta porque la tienda reabriría oficialmente el 26 de julio y esta debía estar.

Ante tal absurdo, solicito la presencia del jefe de piso y una compañera, muy elocuente, le aclara a la dependiente que esa no es la explicación, sino que al quedar solo esa, constituía el referente para los proveedores panameños para suministrar más cantidad del mismo modelo, pues al parecer han sido muchos los interesados. Y que, según las negociaciones verbales (ojo, porque no existía ningún certifico) con los proveedores, no debía venderse hasta que existieran mayores cantidades.

Eso no lo entiendo, porque para eso existen catálogos con códigos, y eso los panameños lo conocen perfectamente, pues no son improvisados. La historia es más larga aún, pues le expliqué que si era una tienda de nueva tipología donde se negocia con extranjeros directamente, ellos mismos sabían que ese no era el procedimiento, que todo lo que se muestra al público es objeto de venta y aún más si tenía código de barra.

Ante las discrepancias entre ambas, me dirijo a la Gerencia, una vez tramitada mi queja ante la DIP por vía telefónica desde el lugar. Cuando hablo con una de las comerciales de la gerencia de Cimex me explica lo mismo, y que las lámparas no se podían quitar, porque era mucho trabajo y eso lo habían realizado los panameños.

Ante tal incapacidad me dirijo a la gerente de Gestión de Venta, y le expongo que:

1.- Si hay lámparas que son de exposición, deberían tener un cartel informativo.

2.- Estaban violando el artículo 227, inciso c, de Finanzas y Precios, que refiere que todo lo que se muestra al público con carácter de venta debe tener precio, aún más si se vendieron 4 como esas.

3.- El país recientemente aprobó la Resolución de Protección al Consumidor, que exige no solo el buen trato y respeto, sino que la gestión de venta debe estar respaldada por información clara, veraz, capacitada y que cumpla las normas vigentes.

4.- Se conoce que hasta el vestuario de los maniquíes ya es objeto de venta de manera internacional.

Ante mis quejas y las de otros clientes también interesados en las lámparas se acordó que antes del lunes 23 de julio tendríamos nuestro artículo, y hoy es 23 de julio y aún nadie nos ha llamado.

Saludos cordiales

Yadira Argota Pérez


Ir por lana y salir trasquilado

En busca de comprobar lo narrado por la lectora en su misiva, Trabajadores se personó en la mencionada unidad comercial, que recientemente entró en funcionamiento, y pudo constatar que no solo persiste la situación en cuestión, sino que también son otros muchos los clientes afectados, algunos incluso residentes en localidades muy alejadas de la cabecera provincial, que gastan tiempo y dinero para acudir al nuevo mercado, “ir por lana y salir trasquilados”.

Entre ellos obtuvimos el testimonio de Madeline León Moraga, residente en el municipio de Songo- La Maya, quien vivió una experiencia similar a la de Yadira Argota Pérez, cuando al intentar comprar una de las lámparas que allí se exhiben, con precios a la vista de todos, se tropezó con un arsenal de explicaciones y una demoledora realidad, paradójica, pero realidad al fin y al cabo: muchas de las luminarias, las más vistosas, por cierto, se anuncian, pero no se venden (porque solo queda en existencia la que está exhibida), algo así como hay, pero no te toca.

¿Por qué “enamorar” al cliente con una oferta que la tienda no puede satisfacer? ¿Por qué una unidad recién abierta, y según directivos del Cimex de las más modernas del país, inicia su actividad comercial con tamaña desprotección al consumidor? (Betty Beatón Ruiz)

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