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La pasión por dentro

La final de la 57 Serie Nacional fue vivida con mucha emoción en las provincias involucradas: Granma y Las Tunas. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
La final de la 57 Serie Nacional fue vivida con mucha emoción en las provincias involucradas: Granma y Las Tunas. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Para un amigo resultó asombroso que en el gustado programa La Neurona Intranquila del pasado viernes, los concursantes no adivinaran qué equipo había ganado la 57 Serie Nacional de Béisbol. ¿Será que a la gente le ha dejado de interesar la pelota?, me preguntó preocupado este domingo.

La conocida pasión deportiva de los cubanos ha cedido en cuanto a calidad, premios internacionales y motivación, de ahí que la actual temporada tiene, entre sus desafíos, rescatar ese sentimiento popular que no parece perdido, sino extraviado por metodologías y procedimientos fallidos, rutinas extensas y razones económicas objetivas sobre las que siempre será más difícil actuar.

En medio de todo ese panorama, el campeonato vuelve a contar con 16 elencos y dos etapas, un nuevo sistema de arrastrar los resultados a la segunda fase que apoyamos por muchas razones; en tanto el estadio principal del país, el Latinoamericano, estrena una pantalla que poco a poco debe convertirse en un complemento del espectáculo más allá de dar a conocer el marcador del partido.

Por dentro de la Serie hay números fríos que llaman la atención antes de tirarse la primera bola: 98 novatos (Holguín guarda la mayor cantidad con 11);  y casi la mitad de los 640 nombres en los rósters con menos de cuatro campañas jugadas, lo cual habla de un torneo bien joven en cuanto a experiencia sobre el terreno, por más que tengamos a nueve peloteros que superan los 40 años y casi un 25 % por encima de los 30 años.

Asimismo, el debut de cuatro mentores: Eduardo Paret (Villa Clara), Heriberto Rosales (Santiago de Cuba), Alaín Álvarez (Cienfuegos) y Eduardo Pavo (Guantánamo) es destacable si tomamos en cuenta que llegamos a cambiar la mitad de los directores de una Serie a otra, como si ellos fueron magos para resolver problemas o solo se les valoren si alcanzan un podio y no otros lugares.

El retorno de Rey Vicente Anglada volvió a impactar en el Coloso del Cerro. Más de 25 mil aficionados lo aplaudieron en la primera fecha contra Isla de la Juventud con el anhelo de que pueda lograr el sueño dorado que desde hace ocho años espera la capital. Desde ya lanzo la propuesta de valorar al ex camarero para una dirección del equipo nacional, sea cual sea su desempeño, en pos de la lucha para la clasificación olímpica. Su carisma, inteligencia y capacidad probadas lo hacen quizás, la carta de triunfo más cercana para ese gran reto, que iniciará en el torneo Premier de noviembre del 2019.

En cuanto a los posibles pronósticos que piden siempre los aficionados, Granma, Las Tunas, Matanzas y Ciego de Ávila, por nómina, historia e integralidad los ubico en el pelotón delantero para clasificar directo, aunque tendrán el seguro acecho de Villa Clara, Camagüey, Industriales, Artemisa y Santiago de Cuba. En un tercer grupo, con opciones de disputar un puesto para comodines, dejaría a Isla de la Juventud, Sancti Spíritus y Pinar del Río. De los demás conjuntos, cualquier resultado que no sea pernoctar en el sótano de la tabla sería una agradable sorpresa.

Por supuesto, la preocupación del amigo que motivó las primeras líneas de este comentario es válida. Hay tanto que cambiar y hacer en el béisbol cubano todavía, que intentaremos seguir aportando ideas a medida que avance la justa deportiva más comentada y amada aún por nuestro pueblo.

 

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