El difícil arte de hacer reír

El difícil arte de hacer reír

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Nunca lo soñó. Nadie en su familia siquiera lo guió hacia ese mundo. Mas, así como llegan las buenas ideas, de la nada se le ocurrió dedicarse a la actuación y hoy, Reinier Elizarde Valier no es un simple camagüeyano, sino que se enseñorea como Chocolatiqui, todo un reconocido actor y uno de los payasos más aclamados por los niños.

payaso
Una sonrisa de oreja a oreja siempre ha caracterizado a Chocolatiqui. Fotos: Rodolfo Blanco Cue, ACN

Una sonrisa extensa, pero contagiosa, muchos colores, siempre vivos, y una energía descomunal para jugar a la par de los infantes y nunca cansarse, o rendirse, son la esencia que lo caracteriza y diferencia.

Respondiendo al deseo familiar de “siempre estudiar” se graduó en Medicina Veterinaria; pero eso no le “cuadraba”. Así que comenzó a encontrar otras opciones y por embullo se fue a la Ciénaga de Zapata. Allí aplicó para las audiciones del conjunto artístico comunitario Korimakao y aprobó como actor y bailarín.

“Cuando me lo dijeron no me lo creía– cuenta Chocolatiqui–. Nunca había recibido clases, ni lo había pensado, pero me gustó lo que vi y lo que me enseñaron en el poco tiempo que estuve”.

Pero no es hasta que retorna a su Camagüey que realmente se vincula con la actuación, como aficionado de casa de cultura, y participa en diferentes obras de teatro.

El cambio

Un buen día una amiga lo convidó a transformarse, a pensar en trabajar para los pequeños y de paso ganar algo de dinero como payaso.

“Era algo nuevo, pero los niños siempre me han gustado– recuerda– . Como ella se puso el nombre de Vainillita pensamos que lo mejor sería que yo fuera Chocolatiqui. Estuvimos un tiempo trabajando juntos, pero ella salió embarazada y no continuamos el dúo; sin embargo yo seguí.

“Ese cambio de trabajar solo, fue un choque, imagínate que la primera presentación así fue en un círculo infantil; pero me fue bien, y el personaje gustó”.

Desde entonces, hace ya unos 15 años, Chocolatiqui se ha convertido en el personaje preferido de Reinier. Estudió técnico medio en promoción cultural y luego se licenció en Comunicación Social, pero nada lo realiza más que ser payaso. Quizás por eso es que habla con tanto orgullo de su paso por la filial agramontina de la Asociación Hermanos Saíz y el proyecto Golpe a Golpe, que le permitieron alcanzar fama en cada rincón de la provincia.

Actualmente es integrante del proyecto SirClown, muy reconocido en la provincia, del circo de Camagüey; trabaja en disímiles actividades que se realizan en el territorio; tiene una peña, le gusta visitar a los niños enfermos ingresados en los hospitales… “trabajo no me falta– dice.

“Y aunque ser payaso es una profesión comercial que te permite ganar dinero, no es por eso que lo hago. Son los niños los que me motivan a seguir reinventándome.

“Nunca estudié para esto, todo lo aprendí sobre la marcha y jugando; mi personaje es así: un payaso que cuenta historias a través de las ocurrencias de los niños y de lo que sale mientras jugamos. Es difícil, pero si te gustan, si los respetas, todo irá bien y reiremos juntos”.

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Un comentario en El difícil arte de hacer reír

  1. Muchas felicidades a Chocolatiqui, los niños camagueyanos lo quieren en especial DANIELITO, muchos saludos y exitos del Abuelo de Danielito y toda la familia

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