Los recurrentes períodos de intermitencia en el abasto de agua potable no son la única preocupación del cienfueguero José Luis Montes de Oca. También le inquietan las indisciplinas e ilegalidades que se cometen debido a ese problema.
Dice que por lo general reciben el servicio durante dos horas, en días alternos, según lo establecido, pero desde abril del 2014 “padecen” momentos críticos, que inicialmente los vecinos solventaron colocando turbinas a la entrada de las acometidas, auxiliados de émbolos criollos, lo cual mantienen.
Las quejas y gestiones fructificaron en el cambio de válvulas averiadas y la solución de salideros, “pero estos continúan apareciendo”, lo que visualizamos como un caos si nos atenemos a la descripción que hace el lector de cuanto sucede.
En su carta fechada el 10 de marzo último señala que mientras unos abrieron nuevas acometidas cansados de esperar la solución legal, otros dejan que sus tanques se desborden y baldean con mangueras ante la mirada atónita de los imposibilitados de acceder al preciado líquido.
Algunos —explica— tienen bloqueados ciertos mecanismos de cierre y los manipulan en su beneficio, en tanto ha crecido exponencialmente la cifra de tanques y otros depósitos para almacenar agua, no siempre con las condiciones adecuadas para evitar la proliferación de mosquitos.
En el barrio se construyen aprisa nuevas cisternas, la siguiente de mayor tamaño respecto a la anterior, siguen los salideros en la esquina de la calle 67 y avenida 46, y la válvula rota en 44 y calle 63 afecta el redireccionamiento del agua a su área de residencia, plantea Montes de Oca, vecino de la calle 67, no. 4604 (altos), en el reparto La Juanita, del municipio de Cienfuegos.
Y en este maremágnum —subraya— la peor parte la llevan quienes trabajan, pues cuando el abasto de agua no es por la vía convencional y se acude al abasto por carros cisternas, hay que esperarlos un día o más, y quien esté ausente o deje su cisterna cerrada es candidato a quedar sin el necesario recurso.
