Trasvase Centro-Este: ¡constructores claman más que agua!

Cual agua tranquila deviene la garantía de la documentación a pie de obra: proyectos, presupuesto aprobado, contratos firmados y los recursos humanos dispuestos a darle un vuelco al dilatado proceso inversionista, de reconstrucción y de mantenimiento en el Canal Trasvase Centro-Este. 

Sin embargo, se torna “turbulento” el río artificial. Marchan con lentitud las acciones concebidas entre la derivadora espirituana del Sur del Jíbaro y la estación 251, del poblado El Amparo, en el municipio avileño de Venezuela.

La secuencia constructiva es morosa por la inestabilidad del suministro de hormigón con solo 366 metros cúbicos entregados, el 34.5 % del volumen planificado para los dos primeros meses del presente año.

Tal limitante atrasa la ejecución de prioritarias tareas como las reparaciones de objetos de obra en el Canal Magistral Zaza, y la continuidad de la edificación del Regulador 5, ambas instalaciones con el encargo de irrigar extensas áreas agrícolas, dedicadas en lo fundamental a la producción de arroz, frijoles, soya y otros alimentos en las provincias de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.

Una “compuerta rígida” obstaculiza el cauce de la gestión constructiva. Por eso, los trabajadores de la Unidad Empresarial de Base número Cuatro, de la Empresa de Construcción y Montaje en el territorio avileño, demandaron más mezcla en la asamblea de presentación de sus planes de la economía y del presupuesto para el 2018.

En esas inversiones de gran envergadura no puede concretarse el llamado a hacer más con menos. Sin el abastecimiento a tiempo de las cantidades solicitadas de arena, piedra, granito y gravilla, es imposible el avance físico de las obras en las etapas programadas.

Y justamente cuando al colectivo se les escapaban entre las manos dos meses de intermitente labor, preguntaban en la reunión de una de las secciones sindicales, cuál sería, por fin, la entidad que de manera oficial le suministraría esos áridos. Así empieza a tener riesgos el cumplimiento de un plan anual fortísimo.

El “juego” está reñido: dispone la unidad de más de 11 millones de pesos para financiar labores constructivas este año (cifra superior al plan de 2017), con menos valores planificados en indicadores básicos como el salario medio mensual por trabajador que hoy es inferior en algo más de 506.00 pesos.

Esa cifra millonaria prevista para inversiones es relativamente proporcional a la capacidad constructiva de la UEB. Máxime que –según el criterio mayoritario en la asamblea de afiliados– tal cantidad obedece a un estudio de factibilidad realizado en el 2014, el cual concebía la reposición de un nivelito –vocablo común en reuniones– de la maquinaria con un década de explotación dentro del fango y en otras condiciones adversas.

Ningún equipo nuevo ha asomado al campo de batalla. En tanto, en la Sierpe, Sancti Spíritus, los constructores avileños enfrentan las roturas del  bachiplán y del cargador para el acarreo de materiales, entre otras disyuntivas. Pero, ellos no cejan y mueven recursos propios a largas distancias que, por cierto, están destinados al movimiento de tierras.

Tampoco viven de espalda a la realidad. Los trabajos de construcción civil abarcan más de la mitad de su plan de producción este año y marzo anda a prisa. Si no logra estabilidad el suministro de áridos y concretarse el “tiro” de hormigón, las probables lluvias de la primavera pueden convertirse en otro “planazo”.

En darles un giro a la problemática deben tomar cartas en el asunto las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) de Materiales y de Construcción y Montaje.

Mientras tanto, el colectivo afectado concuerda en establecer el doble turno de trabajo, erradicar las indisciplinas en la jornada laboral y otros problemas en el orden organizativo. Además, innovadores y miembros de las Brigadas Técnicas Juveniles, están comprometidos a seguir venciendo la escasez de piezas de repuesto que no llegan a la UEB desde el 2015.

Otras fuerzas han dejado la misión. En cambio, los hombres de los cascos blancos de Ciego de Ávila siguen solos en el empeño por más que cambiarle al Trasvase Centro-Este el apelativo de Canal de las Manchas.