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Mujeres ¿desfavorecidas?

Foto: ACN

Al respecto de la opción de jubilarse con el 90 % escribe la Máster en Ciencias Olga Expósito Jorge, profesora de la Universidad de Holguín. Sobre este particular considera que no deben ser inamovibles los porcentajes a aplicar y que permanezca la igualdad de condiciones respecto a mujeres y hombres.

La cuantía de las pensiones (90 %) debe corresponderse con la cantidad de años de labor (45), y ello representa el aporte de cada trabajador al desarrollo socioeconómico del país, de lo que dependen los beneficios de la seguridad social en el régimen general, que comprende a los asalariados. Pero esto se corresponde con las diferencias de género que existen entre las mujeres y los hombres, pese al empoderamiento y derechos alcanzados por las féminas en Cuba.

En nuestra sociedad, la mujer, aunque tiene una expectativa de vida superior, logra como grupo poblacional, índices de morbilidad más elevados; es decir, esta vive como promedio más años, pero también en condiciones más precarias de salud.

Por otra parte, es quien enfrenta con más fuerza y sobre la cual recae la responsabilidad de las tareas domésticas, el cuidado de los hijos, de los enfermos, de los adultos mayores; entonces se jubila y lo hace en condiciones económicas más desfavorables que el hombre.

En la actualidad, para que la mujer pueda obtener un 90 % de salario al jubilarse debe trabajar al igual que el hombre, 45 años; lo que significa que si se jubila a los 60 y ha laborado 40, lo hace solo con el 80 % del salario.

Una mujer acumula 45 años de trabajo a los 62 años de edad, si empieza a trabajar a los 17, inicio de la edad laboral en Cuba.

Sin embargo, a los 17 la mayor parte se encuentran estudiando, las que hacen carreras técnicas comienzan su etapa laboral a los 19 y las que cursan una carrera universitaria a los 24. Por ende, las profesionales cubanas para jubilarse con el 90 % deben trabajar hasta los 69 años. En este caso si no han recesado un año o más de licencia sin sueldo por el cuidado de hijos, enfermedad u otras causas.

Además, debemos recordar que, dado el salario medio de un trabajador en el país, las jubilaciones no son altas, a ello se agrega que esas mujeres deben ir para el hogar a cuidar a otros mayores que en Cuba preferentemente están en el entorno de la familia. Por ejemplo, en la ciudad de Holguín se atienden en instituciones —hogares de ancianos y casas de abuelos— solo el 0,5 % de la población de adultos mayores.

A todo esto se unen las exigencias cada vez más claras de que la mujer se supere, asuma cargos de dirección y protagonismo en todos los sectores.

Conocemos lo que está legislado en la Ley 105 del 2009 de Seguridad Social, sencillamente proponemos que sea modificada en las instancias que se corresponda y que se ajuste a las condiciones de la mujer y que esta Ley tenga un mejor enfoque de género y a la vez estimule y enaltezca nuestro rol en la sociedad socialista.

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