El tren se “ponchó”

Quienes esperan inquietos en el andén suelen afirmar de forma ocurrente ante la impuntualidad: Tal parece que el tren se ponchó.

De manera que los meses de febrero y marzo deberán ser como el chucho abierto arrimado a los rieles para darle vía libre a una forma de gestión integral viable en los centros de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC), a partir de la presentación a los trabajadores de los planes de la economía y del presupuesto para el presente año.

Directivos del sector aseveran que un modelo económico más factible está aprobado y le correspondería transitar con menos “ponches” por los caminos de hierro en el 2018, según ellos afirmaron en noviembre pasado, en la Primera Conferencia Nacional del Sindicato de Trabajadores de Transporte y Puertos (SNTTP).

Han envejecido tantos problemas pendientes de solución para el medio de transporte más barato del mundo y no por falta de consejillos, asambleas y otros encuentros similares.

Por ejemplo, aquellos parlamentos obreros realizados hace más de dos décadas pretendían la búsqueda de un equilibrio entre los gastos y los ingresos, pero así y todo se encarecían los precios del pasaje hasta demostrarse que esa no era la “vía férrea” idónea para encaminar el saneamiento de las finanzas internas del país.

Ahora el costo del boletín resulta intrascendente frente a los percances de esta rama de la economía. La pérdida de confianza del cliente constituye el mayor descarrilamiento en la gestión empresarial del sistema ferroviario nacional.

Reviso nuevamente los informes de la Conferencia, con vistas a constatar que dos meses antes de concluir el 2017, la transportación de cargas reportaba el 85,6 % y la de pasajeros el 83,6 % de cumplimiento. El plan de utilidades también marchaba con atraso.

Influye el envejecimiento del parque de locomotoras, coches y vagones. No obstante, lo más importante que se perdió en el sector fue la disciplina, unido a la falta de comunicación de los dirigentes para con sus trabajadores y hasta la costumbre de ser el pitazo de una locomotora como el reloj despertador de muchos cubanos madrugadores.

Los argumentos de la dirección de la UFC reafirman que las principales causas que ocasionan los incumplimientos son la insuficiente gestión comercial, la deficiente contratación en el transporte de cargas y pasajeros, los esquemas de transportación obsoletos, el bajo coeficiente de disponibilidad técnica de locomotoras y vagones y las deficiencias en la contabilidad de las operaciones comerciales.

A pesar de tales incidentes y del gasto de 220 millones de dólares que hace unos años se utilizaron para adquirir locomotoras que hoy gran parte de ellas están paradas, Cuba invierte en la actualidad otra suma millonaria destinada a la compra de vagones para el acarreo de cargas, coche motores destinados al transporte de pasajeros, reparaciones de vías férreas y otras acciones comprendidas en un amplio programa de desarrollo de los ferrocarriles.

Utilizar ese nuevo financiamiento en medios más económicos, con los cuales pudiera recuperarse lo invertido a partir del ahorro de los recursos energéticos y la reducción de los gastos, es uno de los objetivos de la política nacional para el perfeccionamiento del transporte.

En tal sentido, el sistema ferroviario cubano tiene un enorme reto. Máxime que arribó el 19 de noviembre pasado a la celebración de su aniversario 180, con una carga muy pesada: más de 23 millones 900 mil pesos dejados de ingresar al presupuesto estatal por incumplimientos del plan de ventas netas y de menores ingresos en relación con las mercancías y las personas transportadas.

Los pasajeros aspiran a que la gestión empresarial de la Unión de Ferrocarriles de Cuba transite por los carriles de la eficiencia económica y no siga accidentada en el 2018.