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Ciego de Ávila no es una provincia eminentemente cafetalera, pero sí dispone de una de las más eficientes entre las 14 torrefactoras de la empresa nacional Cubacafé.
Raquel Vingut Ceballo, directora de la entidad, afirma que en noviembre pasado rebasaron la marca establecida para un mes, y luego superaron el record histórico anual al totalizar más de mil 180,7 toneladas de café comercializadas, con destino al consumo del pueblo, a organismos priorizados, la gastronomía especializada y el mercado interno en divisas.
“Alcanzamos también alentadores resultados en los indicadores de eficiencia económica, por lo que el salario medio mensual por trabajador ascendió a mil 286 pesos, de un real de mil 208 en el 2016”, subrayó la ingeniera química.
Tan agradable como el delicioso regusto de su infusión es el clima laboral en esa Unidad Empresarial de Base (UEB). Por eso, Arnaldo Hernández Milián, jefe de producción, afirma que en ese centro lo más importante es el recurso humano que tiene una gran motivación por el trabajo.
“Todo lo que hacemos cuenta con una comunicación recíproca entre administrativos y trabajadores, del quehacer del sindicato y de la gestión de los innovadores”, enfatiza el directivo y menciona varios logros que le posibilitaron al colectivo alcanzar en el 2017 la medalla Jesús Menéndez y la condición de Vanguardia Nacional.
El equipamiento rejuvenece mediante soluciones con esfuerzo propio. Félix Nelson Barroso Reina, innovador y mecánico en la unidad, ejemplifica: “Ante la escasez de piezas de repuesto de importación, recuperamos el motor reductor de una máquina envasadora que ya logra la velocidad requerida para que cada paquete tenga 116,50 gramos de café”.
Arnaldo Hernández Milián argumenta que repararon el horno, crearon un aditamento para evitar derrames de la materia prima en la máquina tostadora, sustituyeron el motor averiado de la selladora de las bolsas del producto terminado, aumentaron la velocidad del molino y el diámetro de su malla, cuyos trabajos posibilitaron un mayor refinado del grano.
“Además, le adaptamos cadenas a los motores que mueven el tambor del tostador, lo cual permitió más rapidez en el proceso y menos calor para el personal directo a la producción”, subrayó.
El café mezclado denominado Hola, elaborado en Ciego de Ávila, no solo benefició el pasado año a la población de esa provincia. El colectivo de la torrefactora local contribuyó con los envíos hacia La Habana, Villa Clara, Cienfuegos, Santiago de Cuba y Sancti Spíritus.
Cual café fuerte deviene una fortaleza que predomina en la fábrica: “Día a día innovamos para evitar tiempo perdido por roturas, nuestra misión es mayormente preventiva”, declara Arnaldo Hernández.
