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El ascenso de Las Tunas al primer lugar en la tabla de posiciones, dos barridas consecutivas a Pinar del Río, un repunte esperado de los monarcas vigentes con siete triunfos en ocho salidas, el mal paso de Industriales en las primeras tres subseries de la segunda fase, así como una corajuda actuación de Artemisa, permiten hablar de una fiebre beisbolera deseada y colorida.
Los muchachos de Pablo Civil salieron este domingo del estadio Latinoamericano con la frente alta, pues no solo ganaron la serie particular —nocao sabatino incluido—, sino que hundieron mucho más la autoestima de los anfitriones, de pobre bateo (247) y peor pitcheo (6,03 pcl) en los últimos nueve encuentros.
Ahora los leñadores regresan a su cuartel general para recibir a unos aguerridos artemiseños, que deberán mejorar su defensa (15 errores) si quieren involucrarse en la lucha por el cuarteto de semifinalistas, en tanto en ese propio duelo Danel Castro pondrá una nota más feliz a sus parciales, pues es cuestión de tiempo el arribo a la cifra de dos mil hits en nuestras series nacionales.
Cabizbajo y presto a revertir el desastre que va resultando su bateo (214), su fildeo (17 errores) y su pitcheo (5,53 pcl) anda por estos días el pinareño Pedro Luis Lazo. El regreso al Capitán San Luis para chocar con los actuales campeones de Granma no garantiza por derecho que habrá un cambio de rostro, al margen de que los vueltabajeros de seguro volverán a repletar el estadio.
Y si entendemos fiebre beisbolera como esa pasión de partidos cerrados, miles de aficionados en los estadios, tertulias y discusiones en cada esquina sobre el deporte nacional, así como un renacer de los batazos y los fildeos en calles y parques, lo más inteligente es aprovechar el momento para nuevas ideas y un debate más certero sobre el futuro de nuestro principal espectáculo.
Sería imposible obviar en este comentario, que haber presenciado por nuestra televisión la final de la Major League Baseball (MLB), con triunfo inédito para los Astros de Houston y destaque de Yulieski Gurriel, nacido en tierras espirituanas, también generó interrogantes y emociones a más de uno en días recientes.
Menos mediático quizás, pero de notable impacto fue igualmente el triunfo de Alfredo Despaigne y Liván Moinello en la final de la Liga Profesional de Japón como integrantes del equipo Halcones de Softbank. Ambos aportaron rendimientos imprescindibles para levantar ese cetro, en especial el granmense con 35 jonrones y 103 remolcadas.
El eslabón común en la fiebre beisbolera que despierta la pelota de casa y la que vemos o nos llega desde el exterior es que evidencia la formación, el talento y la calidad que todos esos jugadores (los mencionados y otros más) lograron en nuestros clásicos, con virtudes y defectos, sin millonarias sumas de dinero, pero con muchos aplausos y reconocimientos que ellos jamás olvidan y hasta desean volver a vivir, según sus propias declaraciones.
Las relaciones entre Cuba y la MLB sigue pasando por el respeto a negociar sin imposiciones y darnos el espacio ganado, tal y como lo hacemos hoy con Japón, Canadá, Italia y otras naciones. Solo así podremos sentir más orgullo por un cubano que gane su anillo de oro y se cubra con su bandera.
La pasión por la pelota más legítima es la que nos involucra a todos y sigue haciendo de esta nación un coloso de peloteros para mostrar al mundo con humildad y entrega. Los de ayer y los de hoy.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
Cada temporada de béisbol en Cuba, tiene sus encantos, tiene sus estrellas, tiene su propio resurgir, ejemplos hay de sobras, cada año existe euforia en determinadas provincias, debido a la buena actuación del equipo correspondiente a cada provincia, recuerdo el año pasado la pasión vivida por ejemplo por los pobladores de Granma, un solo ejemplo, muy felices los alazanes y seguidores, muy buen campeonato, ejemplos de estos siempre han existidos miles, recuerdo también el record del equipo de Matanzas, su resultado fue hasta ahora único, éste es otro ejemplo de lo que quiero expresar…
Pero los locutores de la TV que están narrando por estos días los partidos, se están empeñando, (parcialmente claro), por reconocer un resurgir nacional por la competencia de esta serie, y con el papel de Industriales, muy bueno por cierto, pero afirmar que por el papel de éste equipo, la pelota en Cuba ha mejorado, tan sólo por el accionar de este equipo, es ser muy fanático y parcial.
Comencé el comentario, con tan solo dos ejemplos, de que cada año y temporada tiene sus encantos y pasión, en cada provincia de Cuba, y que el equipo corresponda con su buen papel, es un júbilo total vivido en estas provincias. No hay que decir que porque Industriales está bien éste año, el beisbol en Cuba está mejor, tan sólo por esta razón, en verdad hay muchas más razones…
Las Tunas, Artemisa, Granma, en estos momentos me regocijan mucho más sus actuaciones, que la del equipo Industriales, es así de sencillo, además ya Industriales tiene asegurado el 2do o 3er lugar, es así VM32…
Otra cosa, Reinier, cuando un pelotero está en 2 strikes sin bolas, no está triste, cabizbajo, pensativo, y todo el reguero de cosas esas que tú dices, no para nada, con esa cuenta yo he visto conectar vuela cercas, que feo te queda ese comentario, no porque sea tu dicho, queda bien, es un pujo sencillamente…
Joel García, hace unos días publicó usted un artículo titulado «La serie nacional la ganará…» y en el mismo hizo referencia a algunos aspectos relacionados con el comportamiento de los equipos a partir de esta estructura de dos fases con refuerzos incluidos. Le voy a dar mi opinión partiendo de un detalle que resalta en la tabla que adjunta su artículo y del que vengo hablando hace tiempo. Solo en una ocasión el equipo que fue el mejor en la primera parte (o lo que es lo mismo, sin reforzare) logró a la postre alzarse con el campeonato. Eso puede tener varias lecturas y entre ellas hay una que no se puede dejar pasar por alto: La selección de los refuerzos. Es muy cierto que una selección es buena o no en dependencia del rendimiento que tenga el jugador escogido una vez en el campo, pero también es muy cierto que los equipos que terminan detrás en la primera parte, escogen luego a los mejores jugadores en la primera ronda y eso ha tenido sus consecuencias. Siempre me ha parecido muy injusto que el equipo ganador de la primera fase, no sea el primero en escoger. Algunos comentaristas se han empeñado en justificar eso argumentando la forma en que se hace en la MLB en el Draft de mediados de campaña. Una cosa no tiene que ver con la otra, en primer lugar, el famoso draft no se rtata de que los mejores jugadores de los equipos que están atrás pasen a formar parte de los primeros y además, siempre hay una parte económica y una decisión del jugador y sus representantes. Por tanto, no son cosas iguales y no debemos comparar. Cuando se escoje de primero, usted se lleva al mejor jugador disponible y luego puede esperar tranquilamente a tener suerte en las tres rondas finales. Eso ha sucedido y este año no fue la excepción, Artemisa y Granma fueron los equipos mejor reforzados de acuerdo a sus necesidades: escogieron lo que les hacía falta exactamente, que no quiere decir escoger nombres. Pero el colmo es que para la segunda fase igualmente el último escoge primero, esto es incluso más injusto aun. Nada significa ser el mejor durante 87 juegos, no tienes ninguna ventaja. Se dice que el primero pide dos veces, cierto, pero eso es luego de que se fueron los mejores cinco. Y si después no tienes suerte en las tres rondas finales, pues…
Las estadísticas no mienten, ahí están, de la forma en que está organizado el sistema hoy, dificilmente un equipo que sea el mejor en la primera fase, ganará el campeonato. En mi criterio la selección debería ser: El primero escoje en la primera ronda y luego las cuatro restantes al azar. Esto asegura que el primer lugar gane como premio seleccionar al mejor jugador disponible. Este año, Pinar y Matanzas tenían un juego pendiente del que dependía cuál de ellos terminaba tercero. Muchos en Matanzas opinaban que Figueroa debía perder ese juego para quedar cuartos y escoger a Cepeda como primera opción. A fin de cuentas, lo importante es terminar al menos cuarto en la segunda fase, que luego en los play off, los veleidosos play off, es borrón y cuenta nueva.
El equipo de Matanzas no existe para este comentarista de Trabajadores?