Para coser el saco roto

Para coser el saco roto

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El deporte en los colectivos laborales no es un invento o creación de los más entusiastas sindicalistas cubanos. En el mundo hay ejemplos de cuánta importancia le dan a la actividad física las administraciones de medianas y grandes empresas, compulsadas, por supuesto, por el reclamo de los propios trabajadores.

La historia de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) conserva una amplia hoja de eventos nacidos en su seno y que luego se convirtieron en paradigmas dentro del movimiento deportivo: copas de sóftbol y voleibol, Liga Azucarera de Béisbol, Espartaquiadas del Níquel y ocho ediciones de los Juegos de los Trabajadores, son algunos de los más representativos y recordados.

Sin embargo, la práctica del ejercicio físico y recreativo en fábricas, escuelas y otros centros es hoy casi nula. Y el gran saco de antaño se ha roto por obra de la desidia, la falta de voluntad y, por supuesto, la no planificación o resistencia de directivos para dar un mínimo de recursos que quizás lleven esas ideas.

El intento por recuperar en el 2018 el mayor certamen deportivo de los trabajadores resulta aplaudible, aunque ya conocemos que en muchos municipios del país ni siquiera han comenzado a celebrar la etapa que les corresponde según la convocatoria hecha pública, lo cual es una responsabilidad total de la CTC del territorio.

Será muy difícil volver a los niveles de participación y crecimiento de este tipo de certámenes mientras no se concientice por todos los actores involucrados, sindicalistas y administraciones, que el deporte, además de unir colectivos y proporcionar más salud, también influye en el clima laboral para cumplir metas productivas, y lejos de los gastos financieros (compra de vestuario o implementos y transporte) proporciona ganancias en cuanto a sentido de pertenencia, alegría y compromiso con su centro.

Muchas instituciones, arropadas en el factor económico, tampoco han conservado gimnasios, áreas de baloncesto o voleibol, pistas para correr o un simple local para aerobios con que fueron creadas o se construyeron posteriormente. Y lo cierto es que los sindicatos han permitido tal pérdida, no siempre por problemas objetivos.

Los Consejos Voluntarios Deportivos (CVD) y las Peñas Deportivas son quizás lo más salvable hoy en este tema, aunque igualmente sufren de desmotivación y abulia, sobre todo si no tienen un líder al frente capaz de mover el motor grande de hacer deporte hasta debajo de un árbol.

La Liga Azucarera de Béisbol clasifica como el evento cumbre dentro de la CTC, pero tiene ya la alerta de jugadores en sus filas que jamás han pisado un central. La tarea es inmensa, pero como el jonrón, para levantar de sus asientos a los aficionados hay que golpear con fuerza.

Acerca del autor

Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.

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