Elena de Lawton

Elena de Lawton

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Elena, al centro, junto a algunos miembros del colectivo. Foto: Agustín Borrego Torres
Elena, al centro, junto a algunos miembros del colectivo. Foto: Agustín Borrego Torres

Desde hace dos años, los días se han vuelto más cortos para Elena del Carmen Gil González. Al menos así lo percibe ella, cuando ve las horas pasar y quisiera aprisionarlas para sacarles más provecho. Su jornada empieza muy temprano. Por lo regular, a las cinco o seis de la mañana ya está en la terminal de Lawton.

Le gusta comprobar cómo está la apertura de las líneas: si hay que mover algún ómnibus de una ruta para otra, o darle solución a cualquier problema. “Cuando asumí la dirección, sabía que era un reto, pero si dije que sí, es para hacerlo bien”, manifestó, sentada en una de las sillas de la oficina.

“Aquí permanezco poco. Por lo general estoy en los talleres, debemos conversar con los trabajadores, saber cuáles son sus preocupaciones”, añadió. Más de una vez, reconocieron los mecánicos, se ha puesto un overol, porque no le gusta que le digan que hay imposibles.

“Después de las cinco de la tarde, mi secretaria y yo empezamos el turno de oficina, para atender los papeles que han quedado pendientes. En ocasiones son las ocho de la noche y no nos percatamos”.

Se siente identificada con el sector del transporte. Llegó con solo 21 años, en 1991. “Empecé en la terminal del Diezmero, a esos compañeros les debo mi formación inicial. Comencé como mesera en la planta de revisión; con posterioridad pasé a ser jefa de Servicios y después técnica en Gestión de Recursos Humanos, entre otros cargos”.

Así fue transitando por diferentes puestos hasta convertirse en directora de la terminal de Ómnibus de Bahía. Hoy únicamente dos mujeres en la capital están al frente de terminales —de las 17 que existen—: una en Santa Amalia y ella en Lawton.

Con nueva imagen y bríos

A simple vista, la terminal de Lawton se ha transformado: paredes recién pintadas, áreas remodeladas y limpias. En los talleres, sobresalen los nuevos baños, con taquillas para los mecánicos. “Están relucientes, nunca habíamos tenido nada igual, esta era la peor parte, no siempre se acuerdan de nosotros. Podemos decir que es gracias a Elena”, dijo uno de ellos.

Elena del Carmen Gil, desde hace dos años al frente de la terminal de Lawton. Foto: Agustín Borrego Torres
Elena del Carmen Gil, desde hace dos años al frente de la terminal de Lawton. Foto: Agustín Borrego Torres

Pero ella no cree que sea cuestión de una persona, aunque la exigencia influya. “Cuando todos nos empeñamos, hay un resultado”, expresó.

Con una plantilla de casi 300 trabajadores, solo 32 (en el momento del reportaje) son mujeres. “Contamos con 145 choferes y operamos 16 líneas de ómnibus; dos son expedidas en el punto La Rosita, el A-1 y el A-17, el resto se hace desde esta terminal.

Al indagar si alguna vez sintió rechazo entre los hombres que actualmente dirige, expone que hubo escépticos, pero hay seres humanos que son así ante los cambios. “No obstante, sentí apoyo espiritual. Nos fuimos reuniendo por las distintas áreas. Aquí no había creado consejo de dirección, nadie quería ser cuadro. Ya varios compañeros han sido promovidos, incluso, han ido a reforzar otros centros”.

Cuando le pregunto cómo ha podido estabilizar la disciplina, reconoce que no ha sido fácil. “Hemos trabajado en la cultura laboral; hacemos charlas educativas, insistimos en las asambleas sindicales. Sin embargo, sabemos que todavía se cometen violaciones, hay choferes que llevan sus ómnibus con las puertas abiertas o con los llamados acompañantes copilotos.

“Cuando se detectan, se hacen los análisis pertinentes, hombre a hombre. Si es reiterado se lleva a una comisión. En lo que va de año, por ese tipo de indisciplinas hemos analizado a 76 choferes. Eso es lo que más duele, pero no se puede permitir.

“Aquí no se escuchan palabras obscenas o altas porque nos respetamos de ambas partes. En los momentos en que debo sostener una conversación compleja con uno de mis subordinados, y es necesario hablarle fuerte, lo hago frente a un miembro del sindicato y del núcleo del Partido, para escuchar también sus criterios”, alegó.

Perfeccionar la calidad de las asambleas sindicales ha estado en el centro de atención del colectivo. “Ellos han ido adquiriendo una cultura económica. En los matutinos decimos, de forma breve, en qué gastos hemos ido incurriendo, porque mientras más se consume, menos salario hay. Dicen que aprenden, y hasta les ha servido para la casa”.

Elena aprecia con satisfacción los cambios e insiste en que lo importante son los hombres: no hay uno mejor que otro. Los mecánicos, afirma, son imprescindibles, y a menudo, se sienten subestimados, “pero si ellos no recuperaran piezas de repuesto, muchas veces los ómnibus no pudieran salir de los talleres”.

Lo otro, aseguró, es atender sus problemas, y eso debe tenerse en cuenta hasta cuando hay un análisis, pues en ocasiones las dificultades de la casa se traen al trabajo. “Nos ocupamos, junto al sindicato, de los que están enfermos, cómo los podemos auxiliar. Pero asimismo, cuando alguien presenta dos certificados seguidos, con dos patologías diferentes, vamos al lugar donde fueron emitidos esos documentos para saber si realmente está enfermo o nos está solapando algo”.

Los nuevos baños mejoran las condiciones de vida en el taller. Foto: Agustín Borrego Torres
Los nuevos baños mejoran las condiciones de vida en el taller. Foto: Agustín Borrego Torres

Reconocimiento merecido

Es querida y respetada por sus compañeros, quienes destacan su exigencia, y además su humanismo. Uno de ellos, Roberto Santiesteban, electricista, dijo que están ahí para apoyarla en lo que haga falta. “Como jefa, se lo ha ganado. Yo mismo tengo a mi esposa enferma. No se lo dije, pero ella se enteró y enseguida vino a verme para preguntarme qué hacía falta, en qué podía ayudar. Y eso dice mucho de Elena”.

Al referirse a su preocupación por las condiciones de vida, ponen de ejemplo la reciente instalación de los baños y taquillas para el personal de los talleres. “Nada tienen que envidiar a los de la casa, ahora tenemos que cuidarlos”, afirmó Carlos Cuesta Cárdenas, quien aseguró que en 30 años en ese lugar nunca había visto nada igual.

Otro de los que ha apostado por Elena es el joven Junior Cruz Bazo, de 27 años, chofer de la ruta 174, el que reconoce que su jefa es ejemplo, y así se puede exigir.

Con la voluntad de seguir mejorando el servicio tan vital para la población están los trabajadores de Lawton. Es verdad que aún no cumplen las expectativas de los capitalinos. Pero con los ómnibus que en estos momentos tienen disposición técnica (40), deben rendir el máximo.

Ese es el sentir de Lázara Pedro y Moraima Herrera, quienes fungen como secretaria general y organizadora de la sección sindical, respectivamente.

“Podemos aún tener más representación en el sector; no pueden tener temor a aceptar un cargo, pues somos capaces”, añadió Elena.

La también militante del Partido e integrante de la FMC, sigue entregada al empeño de que la terminal esté entre las mejores. A veces, cuando el cansancio la deja dormida en el sillón de la sala, y su esposo, Víctor Acea, tiernamente la despierta, ella se sobresalta. “¡Dale, que voy a llegar tarde a la terminal!”, entonces se da cuenta de que vive y sueña por ese colectivo al que dedica casi todas sus energías.

La labor de los mecánicos es fundamental. Foto: Agustín Borrego Torres
La labor de los mecánicos es fundamental. Foto: Agustín Borrego Torres

Acerca del autor

Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.

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2 comentarios en Elena de Lawton

  1. Soy pasajera frecuente de esa terminal y me dio muchísimo gusto ver a la Administradora

    en un reportaje como ese que es primera vez se hace y eso estimula mucho el trabajo femenino en lugares como ese donde la mayoría es hombres, pero quisiera sugerir a los compañeros que atiende a otros niveles esta terminal que por favor tengan en cuenta otras rutas como la 15,23,37 y 54 que tiene una sola a mejorar este servicio pues en reiteradas ocasiones en las Asambleas del Poder Popular hemos comentado la cantidad de rutas que tenemos en el paradero y las que van a Hospitales tan importantes como Materno Infantil 10 de Octubre, Hospital Dependiente y Miguel Henrique es una sola y de esta forma ayudamos a nuestra Administradora a mantener su buen trabajo en este centro e oído buenos criterios de su trabajo, otros que es muy exigente pero vale la pena como cuadro nosotras siempre nos sabemos crecer antes las dificultades ya que somos dignas herederas de nuestra siempre querida Vilma Espín,

    Saludos a todos y ojala se sigan realizando reportajes como este.

  2. Muchas gracias a la periodista María de las Nieves Galá León por este reportaje. Los trabajadores de la UEB Terminal Lawton se lo agradecen. Le vuelvo a reiterar en nombre de mi colectivo y en el mio propio como subdirector de la UEB la bienvenida a nuestro centro y el deseo de que los esfuerzos se materialicen en beneficio de nuestra población en este empeño de estabilizar con la calidad requerida el transporte público de pasajeros. Sea extensivo este mensaje a todos los compañeros que laboran en este reconocido órgano de prensa. Un saludo fraterno. Jorge

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