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Por Juan Dufflar Amel y Yimel Díaz Malmierca
La Revolución lidereada por el joven oficial Gamal Abdel Nasser derrocó a la monarquía tiránica y corrupta del rey Farouk el 23 de julio de 1952. Nacía entonces el Estado moderno, democrático y soberano de Egipto.
A propósito del 65 aniversario de aquel extraordinario acontecimiento, Trabajadores dialogó con Atef Mohamed Salem Sayed El Ahl, embajador de la República Árabe de Egipto en Cuba.
“Esa Revolución —expresó inicialmente— es considerada una de las más importantes de la historia moderna por sus cambios radicales en lo político, económico, social y cultural en el ámbito nacional, y por la gran influencia que ejerció en el Oriente Medio y en todo el llamado Tercer Mundo.
“Entre sus grandes conquistas se encuentran la aplicación del principio de justicia social, la erradicación de las clases, la emancipación del campesinado con la promulgación de la ley de propiedad agraria, la gratuidad de la enseñanza general y superior, la creación de numerosas universidades, centros de investigaciones científicas, docentes de atención médica y la construcción de la gran presa de Aswan, obra monumental de la ingeniería hidráulica”.
¿Cuáles fueron los progresos más importantes en el panorama cultural?
“Su proyección social dejó profundas huellas en el movimiento cultural de Egipto, particularmente entre los literatos, críticos e intelectuales, que tras el triunfo de la Revolución se materializaron en la fundación del primer Ministerio de Cultura y una serie de instituciones como el Consejo Superior de Promoción de las Artes y las Letras, el Instituto General del Libro, que propició la publicación de obras literarias y el reconocimiento nacional, árabe e internacional de escritores célebres como Naguib Mahfouz, Yousefff Idriss, Ihsan Abdel Quddus. Estas transformaciones provocaron además una revolución en el cine egipcio”.
¿Qué influencias tuvo este proceso a nivel internacional?
“A nivel regional la Revolución egipcia de 1952 movilizó las capacidades y potencialidades árabes; contribuyó con los movimientos de liberación nacional tanto árabes como africanos mediante su apoyo a la lucha de los pueblos de Palestina, Iraq, Argelia, Túnez, Marruecos, Kuwait y Somalia.
“En el escenario internacional contribuyó de forma decisiva a la constitución del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) y convocó a la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de África y Asia, celebrada en El Cairo, en el 1959, y puso en lugar cimero el papel del Noble al Azhar (institución educativa) en la difusión del culto y el pensamiento iluminado en el mundo”.
¿Cómo valora el estado de las relaciones entre Cuba y Egipto?
“Los vínculos diplomáticos entre los dos países vieron su inicio en el año 1958 al inaugurarse una Cancillería de Egipto en La Habana, elevada en 1959 a nivel de embajada. Luego esos lazos adquirieron un carácter histórico por los fuertes vínculos con los movimientos de liberación nacional mantenidos por los grandes líderes Gamal Abdel Nasser y Fidel Castro Ruz.
“Otro rasgo que los distingue es el apoyo mutuo en foros internacionales. Egipto respalda todos los años los reclamos de la Asamblea General de Naciones Unidas de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que practica el Gobierno de los Estados Unidos de América.
“Existe una comisión de consultas políticas entre los dos ministerios de Relaciones Exteriores que hasta el momento ha celebrado cinco rondas, y tiene prevista la sexta en una fecha cercana. Tenemos en gran estima la labor y profesionalidad de los diplomáticos cubanos, su prestigio se ha consolidado en el mundo.
“También hay otras esferas de cooperación como son el deporte, la cultura, y el adiestramiento y capacitación en el sector agrícola. Grupos musicales cubanos actúan en ciudades egipcias, y nosotros promovemos exposiciones artísticas de diverso tipo en Cuba.
“Consideramos que el intercambio comercial requiere mayores esfuerzos de ambas partes para elevarlo hasta el nivel de las excelentes relaciones diplomáticas. En ese sentido se han estrechado los intercambios entre las Cámaras de Comercio Exterior de los dos países. Trabajamos por aumentar los niveles de exportaciones de azúcar, el tabaco y otros rubros cubanos hacia Egipto, así como de importación de productos nuestros hacia la isla.
“Buscamos potenciar las inversiones y como ejemplo citamos la actividad que desde el año 1995 realiza una sucursal de la Mercedes Benz en Cuba, propiedad de un hombre de negocios egipcio quien lleva su labor de manera exitosa.
“Actualmente estamos en contacto con varias empresas para propiciar su participación en la próxima Feria Internacional de La Habana, e incentivar las inversiones en proyectos cubanos, incrementar las actividades económicas y comerciales que son de mutuo beneficio”, confirmó el diplomático.
