Equilibrar la balanza

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Por Ramón Barreras Ferrán y María de las Nieves Galá

A simple vista, la cafetería El Recodo, en el Vedado, cambió su imagen, casi se puede decir que es otra instalación. La actual cooperativa no agropecuaria (CNA) fue una de las 19 entidades del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) que a partir del 1º de octubre del 2013 se incorporaron a la nueva forma de gestión.

Equilibrar la balanza
El 62 % de las CNA están vinculadas al sector del comercio, la gastronomía y los servicios.
Foto: Jorge Luis González/Periódico Granma

 

De las ocho banquetas que antes existían frente al mostrador, ahora cuentan con nueve mesas, incluso, algunas situadas en el portal que ofrece una preciosa vista al Malecón. Lo que antes funcionó como una cremería estatal, bien conocida sobre todo por los becarios universitarios de F y 3ra., ahora es un restaurantecafetería.

No sin tropiezos, la semilla ha logrado germinar, al decir de Aldo Díaz Gutiérrez, su actual administrador.

De los antiguos socios del 2013, solo uno perdura y funge como su presidente. Problemas de gestión, desconocimiento de los asociados, deudas, entre otros males, conllevaron que en el 2014 la CNA entrara en bancarrota por lo cual fue cerrada, según Aldo, quien comenzó a laborar ahí en el 2015. “Se hizo un plan de medidas para resolver los problemas planteados por la auditoría y la unidad fue transformándose”. De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, Cuba cerró el 2016 con 397 CNA, unas 30 más en comparación con el año anterior. El 62 % están vinculadas al sector del comercio, la gastronomía y los servicios.

Con más o menos bríos, las CNA, como parte de la actualización del modelo económico cubano, han ido consolidándose, no sin dificultades y carencias que deben ser enmendadas. Si bien el VII Congreso del Partido ratificó la necesidad de avanzar en el proyecto, existe la estrategia de hacerlo gradualmente, a fin de rectificar los errores cometidos.

Durante la realización del primer Taller Nacional de Cooperativas No Agropecuarias en enero del 2017, Grisel Tristá, miembro de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, reiteró que este es un proceso experimental, no masivo.

En ese contexto puntualizó que “no está parado el proceso de formación de las CNA”, pues se valora todo lo concerniente a las políticas aprobadas, las normas jurídicas, así como las dificultades surgidas.

Cooperativa no agropecuaria Pinos Altos, de Cienfuegos. Foto: Ramón Barreras Ferrán

 

Los Pinos son altos

Creada el 29 de noviembre del 2013, la CNA Pinos Altos, en Cienfuegos, es la única de su tipo en el territorio y de acuerdo con sus directivos tiende a consolidar su gestión, pese a que “de los antiguos trabajadores quedan pocos”, afirmó Juan Antonio Sardañas Martínez, el actual presidente.

“En este momento existe estabilidad en los suministros, lo que nos permite mantener una buena oferta. No obstante, como asumimos el traslado y no contamos con vehículo que facilite la transportación, pagamos a los privados precios muy altos, lo que aumenta notablemente los gastos. Un viaje al Cárnico nos cuesta no menos de 250 pesos. Además, en las empresas no permiten entrar a los particulares, lo que complica aún más las gestiones”, expuso Sardañas.

La XI Comprobación al Control Interno detectó en Pinos Altos varias deficiencias en los aspectos contables. “En mi opinión, el personal de la dirección no estaba capacitado para este tipo de gestión. Hemos adoptado todas las medidas pertinentes. Establecimos el sistema de control interno, basado en las normas financieras cubanas y con la debida documentación primaria”, afirmó.

Precios topados, falta de abastecimiento, excesivas inspecciones, la contratación de fuerza de trabajo (solo permitida por tres meses) son algunas preocupaciones de Aldo Díaz, de El Recodo.

El presidente de la CNA Pinos Altos consideró que está muy desagregada la legislación, lo que entorpece el dominio de lo establecido y propicia que cada quien haga una interpretación diferente. “Debe ser única y que abarque todo lo reglamentado”, señaló.

Afirmó también que en este momento sí existe el asesoramiento requerido, por parte del Consejo de la Administración Provincial y el Grupo Empresarial de Comercio.

Apostar por la comunidad

Aldo Díaz Gutiérrez, administrador de El Recodo. Foto: Agustín Borrego

 

Mientras permanecimos en El Recodo, llegó Aníbal Arrechea, jefe de servicios de Casa de las Américas, institución cercana al lugar. Venía en función de establecer un convenio con la CNA, la cual le presta servicios gastronómicos para determinadas actividades. De acuerdo con sus palabras es una suerte tenerlos en la comunidad. “Nos dan un servicio de calidad”, apuntó.

“El tercer sábado de cada mes realizamos una peña para los adultos mayores, desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche bailan son y danzón. Además les hacemos una oferta a precios diferenciados”, dijo su administrador, quien insiste en la importancia de ese vínculo.

Para estos reporteros es algo esencial, pues no siempre puede tratarse del dinero, y precisamente las CNA tienen que ir más allá del interés económico individual; su acción puede tener un gran beneficio dentro de su entorno.

En ese sentido, Juan Antonio Sardañas, presidente de Pinos Altos, destacó que ellos atienden un amplio segmento poblacional al estar ubicada cerca del Hospital Provincial Doctor Gustavo Aldereguía, la escuela de arte Benny Moré, un instituto politécnico y la Universidad de Ciencias Médicas Doctor Raúl Dorticós. “Esa es una de las razones por las que tenemos de manera permanente cinco productos con precios más asequibles”, indicó.

Como todo experimento, la práctica ha dicho que existen lagunas que deben enmendarse. La detección de sus problemas, el control, la preparación de los socios, la valoración de las normas jurídicas que las sostienen permitirán consolidar y perfeccionar esta forma de gestión que no puede perder de vista cuáles son sus fines económicos y sociales.

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