Una vida consagrada al lírico

Una vida consagrada al lírico

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Por Elaine Caballero

Dialogar con Hugo Oslé es asistir a más de una revelación, su voz aguda hace que las palabras resuenen con mayor fuerza. Mariana Gonitch surge como protagonista del legado que defiende día a día. Confiesa su disposición para organizar y no dirigir, pues trabaja con el corazón y el propósito de formar hombres de bien. Desde su balcón, las historias parecen salir del pasado e instaurarse en el presente, cuando es necesario el retorno de los tiempos gloriosos del arte lírico en Cuba.

Oslé, quien asume la dirección de la Academia de Canto Mariana Gonitch hace más de dos décadas, declaró a Trabajadores los pormenores de un evento a efectuarse los días 13 de cada mes, con motivo de homenajear a nuestro Comandante que cabalga día a día con el pueblo.

¿Cómo surgió la idea de la Jornada Saberse Cubano?

La Jornada es la continuidad de los exitosos conciertos que los muchachos de la Academia Mariana Gonitch desarrollaron durante todo el año 2016, con el proyecto Fidel es Cuba. En el cierre, el 13 de diciembre, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana surge la idea de Saberse Cubano, nombre en honor a la canción de Kiki Corona, ícono del repertorio épico. Vamos a tener como especial motivación una nueva versión de Cabalgando con Fidel, con arreglo magistral —hay que decirlo así— del maestro Saúl Valdés, donde los cantantes hacen una defensa muy especial de esta canción.

Es una obra con imágenes preciosísimas, mensajes poéticos que han calado hondo en el pueblo de Cuba. La versión nuestra tiene un toque especial. Los conciertos van hacerse todos los días 13 de cada mes y es posible que pase los que ocurrió con Fidel es Cuba que nos pasamos de fecha, excedimos la cantidad de presentaciones e hicimos presentaciones en Artemisa y Mayabeque.

¿Piezas y artistas fundamentales en los conciertos?

Tenemos a esa gran actriz cubana, Corina Mestre en el primer concierto. Como privilegio se presentarán dos divas: la primera, la gran soprano María Eugenia Barrios, quien cantará el Brindis de la Traviata y la salida de Cecilia Valdés. María Eugenia tuvo el privilegio de haber sido dirigida por el maestro Gonzalo Roy y constituye un espejo del más alto nivel artístico. La otra es Lucia Altieri, una cubana que, aunque no nació en la Isla, apostó por Cuba y los ideales de Fidel. Ella va a interpretar el Cuba que linda es Cuba por la Academia. Hacemos extensiva la invitación a los autores (Kiki y Raúl Torres) para que estén en el concierto inaugural.

¿Alguna exclusiva del primer día 13?

No te lo voy a negar, hay varias instituciones y organismos que están pidiendo el concierto. Vamos a tener un encuentro con la prensa y no quiero adelantar ninguna información porque nos ha llegado una propuesta especial. Cantar en la cuna de la Revolución y a Fidel es uno de los sueños más lindos y tiernos que he tenido. No es la gratitud por mi carrera o lo que él hizo por el género lírico porque Fidel creó el Teatro Lírico Nacional. Aquel concierto que él asistió en 1960, con motivo del Triunfo de la Revolución en el Salón de los Embajadores donde conoció a la maestra, trajo el respeto y su preocupación por el lírico.

Gracias a Fidel en la inauguración del Parque Lenin actuaron dos grandes voces de Mariana: su primera alumna Esther Valdés y Mario Travieso. A sucasa llegaron Celia Sánchez y el capitán René Pacheco pidiendo el apoyo de la maestra para esta apertura en 1971. Hay cosas que merecen ser recordadas.

Próximamente se efectuará el XXI Concurso de Canto. ¿Sedes y actividades principales del evento?

Existen aniversarios importantes en la vida de Mariana y los alumnos están trabajando intensamente con un repertorio ruso, muy fuerte. El primer concierto está dedicado a mi maestra y planificado para hacerlo en la catedral de San Petersburgo; también estamos montando el Himno de San Petersburgo y tenemos un repertorio de aproximadamente seis o siete obras. Todo esto forma parte del Concurso que comenzará del primero al cinco de febrero. Como peculiaridad tendrá la presencia de Lucía Altieri; el maestro Rodulfo Vaillant, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) de Santiago; la directora del Coro Orfeón Santiago; el director de la sinfónica de Guantánamo, el maestro Conrado Monier y el director del Coro Orfeón de Holguín.

A su vez hay personas que nos quieren mucho y que participarán en el evento como José Ramón Artigas, Isaac Delgado, Kiki Corona (parte del jurado) y el maestro Lázaro Valdés. Es un certamen con mucha expectativa, se va a realizar en la Casa Balear. El evento tendrá una actividad especial: la presentación de la revista Rusia que tendrá una edición especial dedicada a  Mariana Gonitch con testimonios de Nicolás Guillén, Carlos Rafael, Paco Alfonso y Carlos Ruiz de la Tejera, lo cual demuestra toda su permanencia y honestidad hacia Cuba.

¿Qué tan profunda fue su relación con Mariana Gonitch?

La primera vez que la vi fue por privilegio de vecindad (vivo cerca del Amadeo Roldán). Ese día se ensayaba y se estrenaba la versión de Cecilia Valdés de la Universidad de La Habana. En la noche llego al Teatro y veo que todo el mundo se para aplaudiendo ante la llegada de una persona, una mujer muy elegante, la maestra de Alina que estudiaba en la Universidad de La Habana. En 1975 Esther Valdés y Alina Sanchez me llevan a casa de Mariana a tomar clases de canto y ¿por qué no decirlo?, me encontré a mi maestra diferente, o sea, Mariana estaba, pero no existía; entonces —lo puedo asegurar— mi padre hizo gestiones con la dirección de la Revolución, con Fidel, y él se preocupó porque pensó que no estaba en Cuba o había fallecido. Inmediatamente apareció el concierto bellísimo por sus ochenta cumpleaños en el Gran Teatro de La Habana, su retiro y el respeto tan importante a una vida consagrada al bien y a la belleza.

La diva y pedagoga rusa, reconocida como figura internacional decidió vivir en Cuba. ¿Motivos fundamentales?

La historia de Mariana es un enigma; cuando salga la revista espero que sea más respetada en los predios de la cultura. Gonitch nació en San Petersburgo, su padre fue el jefe de la armada rusa y antes de empezar la guerra este la lleva a París con su madre y hermana. Allí organiza unos conciertos con el propósito de estar al lado de sus aliados y su gente. En los años veinte conoce a un músico cubano, integrante de la orquesta de los hermanos Grenet, Pedro Guida, ellos se unieron y en el año cuarenta llega a Cuba donde reside hasta muerte.

En este momento reivindicar la figura de Mariana es hacer un llamado de alerta hacia el respeto y la permanencia del arte lírico, sobre todo del repertorio nacional. Su labor como formadora de generaciones de cantantes fue primordial y me pongo a pensar, ¿qué no vería el Comandante Fidel Castro Ruz en aquel concierto de 1960 que un año después se crea el Teatro Lírico Nacional? Diez años después llega Celia Sanchez con el capitán Pacheco a casa de Mariana para buscar apoyo; eso trajo cosas muy lindas como la primera gira internacional del Teatro Lírico en 1974. ¿Qué yo puedo decir y hacer más cuando la primera corona que llega por la muerte de mi maestra fue la del Comandante? Tenemos una deuda de gratitud perenne con él, todos los alumnos de Mariana y piensoque una manera de cumplir esa deuda es cantándole a él.

¿Personalidades que formó la Gonitch?

Esther Valdés, Alina Sanchez, Miriam Acevedo, Maribel Ferrales (cubana que radicada en México), Mario Travieso, primer ganador del Concurso de Canto de la Uneac; además de Martha Cardona, Mirtha Medina, Isaac Delgado y Maggie Carlés. Como alumna suya pasó Rebeca Martínez, Sergio Farías, Maureen Iznaga; también vi salir y bajar las escaleras de su casa al maestro Cesar Portillo de la Luz, Pedro Guidas, entre otras figuras.

¿Entonces, por el alumno puedes conocer al maestro?

No siempre y te voy a decir porqué: el maestro trata de orientar. Mariana tenía un dicho especial: “cantar es organizar”, uno solo ayuda. Hemos perdido algo importante, el intérprete de cualquier género, debe tener biológicamente concientizado que, al menos dos veces a la semana, debe recibir clases de canto.

Ahora la tecnología pone la voz y la afinación que no tienes; en muchas ocasiones lo que escuchas no son las verdaderas y auténticas realidades. Lo triste es cuando llega el momento de cantar en vivo, pues no se corresponde con tu voz.

Es necesario que el maestro tenga perspicacia porque no es organizar un concierto por un aniversario. Aquí no podemos esperar a que venga Plácido Domingo a enseñarnos a cantar Siboney. ¿Dónde está el Sóngoro consongo de Guillén, o las canciones de Bola de Nieve? También quisiera escuchar más a Benny Moré, Rita Montaner, Barbarito Diez o a Tito Gómez. Hay muchas banalidades que combatir y le damos espacio a lo que no debe fructificar. Lo que no puede ser es que una figura internacional cante una obra cubana y nosotros no sepamos defenderla.

¿La edad perfecta para el lírico?

Se recomienda esperar el cambio biológico. No soy partidario de escuchar niños cantando lírico porque esas cuerdas vocales sufren cuando se ha vocalizado mucho. Es mejor esperar y dirigirlos al estudio de piano o guitarra y después que su instrumento sea la voz.

Una última pregunta. ¿Cómo valora el estado del arte lírico en Cuba?

Preocupante. Fui a ver Cecilia Valdés y era una obra del dos mil no sé qué. El maestro Roberto Blanco logró una puesta en escena magistral, donde los personajes estaban bellísimamente diseñados, con un sentido de la autenticidad enorme.

Extraño la presencia de nuestras voces espléndidas y esos grandes conciertos que se daban en el Amadeo Roldán. Hay que revisar, urgentemente, el estado del arte lírico en Cuba.

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