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Protección desconectada

¿Quién responde por la seguridad informática del servicio de navegación en Internet que  proporciona Etecsa a sus usuarios? Esa es la  pregunta que nos envía la santiaguera Dulce María Orozco Jorge, víctima del jaqueo de su  cuenta Nauta en el punto wifi situado en el municipio de Palma Soriano, donde reside.

Al mediodía del 6 de abril, relata, se conectó a la red para emplear el servicio mencionado. Tras advertir que algo no andaba  bien, se desconectó del servidor y cuando intentó reconectarse recibió el informe de que  era imposible porque su cuenta ya estaba en  uso.

Foto: Tomada de internet

Acto seguido acudió a las oficinas de Etecsa más próximas. Narra que allí, quien la atendió pudo constatar el hecho, pero no podía hacer nada, ni siquiera bloquear el servicio o poner freno al robo del tiempo ya pagado por ella.

Dulce María estuvo cerca de dos horas y media en la oficina, tiempo en el cual llamaron a la sección regional de Santiago de  Cuba, desde donde le respondieron que podían bloquear el servicio, aunque finalmente  no lo consiguieron.

Sin embargo, lo que más indigna a la remitente es la explicación de que “Etecsa no  se hace responsable del saldo del cliente ni  del robo de la contraseña, pero en mi caso no  me robaron la contraseña, de forma  pirata accedieron a mi cuenta mientras yo estaba conectada”.  Además, le informaron que la empresa solo garantiza “la seguridad de la conexión en la sala de navegación del centro”.

Ella quiere creer que “Etecsa debe tener personal calificado para rastrear, verificar y detectar que lo que me sucedió es cierto”, mas su caso permanece impune.

¿Acaso los puntos de acceso a wifi no son también manejados por la misma entidad?  ¿No es a Etecsa a quien pagamos un servicio con precio elevadísimo para el bolsillo  promedio? ¿No merecen los clientes de esta  modalidad disfrutar de una atención segura  y de calidad de la única empresa cubana con  permiso para operar tales sitios?

Mientras, Dulce María se siente desprotegida. “Denuncié a tiempo el hecho y la empresa no posee los mecanismos para  combatir el delito, no sé cómo volver a utilizar mi cuenta y que no suceda lo mismo.  La contraseña fue cambiada pero de nada  sirvió pues seguían conectados. Etecsa cobra mi dinero pero no puede cuidar mis intereses. Llamo a Atención al cliente y dicen  que no tienen respuesta para mí, llamo al  118 y plantean que debo dirigirme a Atención al cliente…”  ¿Qué diría el personaje  de Estelvina en Alegrías de sobremesa?

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