Por Adislenes Ruenes César y Yimel Díaz Malmierca
Las redes sociales virtuales como plataforma, espacio de interacción, convocatoria, y participación en el ejercicio inalienable de soberanía y democracia fueron las concepciones que centraron el debate convocado por el periódico Trabajadores junto a especialistas del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).
Los invitados coincidieron en que las plataformas mediáticas han sido aprovechadas por los pueblos, específicamente, líderes y activistas de movimientos sociales en todo el mundo que buscan difundir sus ideas y principales peticiones.
El profesor Waldo Barrera Martínez de la UCI, expresó que estas organizaciones nacen en Internet como movimiento lúdico, a partir de convocatorias por los SMS —servicio de mensaje corto—, a través de los teléfonos celulares. Actualmente han recurrido a nuevos soportes tecnológicos y por medios de las redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube, entre las más visitadas y utilizadas por los activistas, según el ingeniero Claudio Fernández Cabrera.
Agregó que a estas acceden más de mil 700 millones de personas en el mundo, es decir un 25 % de la población, y solo en el 2015 ingresaron 2 mil billones con alrededor de 2.1 mil billones de posts —publicaciones en Internet—, a través de la tecnología móvil inteligente.
Multiplicar a todos y por todos
Al respecto el profesor recordó la intervención del reconocido intelectual cubano Abel Prieto Jiménez, durante la Conferencia Internacional Nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital, celebrada el pasado año, quien refirió la necesidad de conocer acerca de los movimientos sociales que navegan en Internet como medio para expresar sus intereses.
“No hay que criticar al que habita, fascinado, el mundo de las nuevas tecnologías solo por entretenimiento o por sumar obsesivamente ‘amigos’ que compartan sus aficiones en Facebook u otra red social. No podemos reprocharlos en nombre de un uso exclusivamente ‘culto’ o de ‘activismo social’ de las nuevas tecnologías (…) Hay que estar donde esté la gente, y si la gente está en Facebook y en Twitter, tenemos que estar también ahí”.
Acercarse al pueblo e identificarse con sus intereses, son las premisas de estos grupos en los que los trabajadores tienen una importante participación, en ocasiones decisorias.
Durante el encuentro los panelistas recordaron algunos sucesos políticos donde la participación a través de las redes sociales ganó un rol protagónico, como fueron el golpe de Estado fallido al entonces presidente venezolano Hugo Chávez Frías, en el 2001; el derrocamiento de Fernando de la Rúa en Argentina (2001); las renuncias de los mandatarios Gonzalo Sánchez en Bolivia (2003) y de Lucio Gutiérrez, Ecuador (2005).
Otros han trascendido por su capacidad movilizativa ante llamados a llenar espacios urbanos como son las plazas públicas, tales fueron el caso del movimiento 15M en la Puerta del Sol, en España y las manifestaciones en lugares simbólicos, como las de Ocuppy Wall Street (Ocupe Wall Street en español) en Estados Unidos.
Los especialistas convergieron en que las redes sociales también han sido una tribuna para los trabajadores del mundo, ejemplos constan en la misma América Latina.
De este modo convocarán a los obreros argentinos para protestar contra los recortes salariales y los despidos dictados por el presidente Mauricio Macri. Por otro lado opositores al Gobierno de Dilma Rousseff, también han recurrido a las redes sociales para ganar apoyo en la campaña contra la mandataria y solicitar su dimisión.
No solo soportes y herramientas
Barrera Martínez también agregó que los movimientos nacen a través de Internet para ganar en apoyo, de forma descentralizada y “espontánea”.
Estos espacios de comunicación en red generan nuevas formas de organización y expresiones culturales, a los que se suman los medios locales tradicionales —periódicos, radio y televisión—, según expresó la investigadora Beatriz Drake Tapia, del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, los cuales procuran el empoderamiento a partir de acciones colectivas, que expresan los intereses de la comunidad y conducen a la preservación de tradiciones culturales que se convierten en reservas ante la globalización hegemónica.