Arte del Fuego en la comunidad: afianzar identidad y cultura

Arte del Fuego en la comunidad: afianzar identidad y cultura

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La novel compañía de música y danzas afrocubanas que dirige Neivis Mora escenificó uno de los espectáculos más aplaudidos por los asistentes a las noches culturales de la finca Coincidencia, entre ellos campesinos de la zona. Este grupo lleva a las tablas coreografías basadas en estudios sobre disímiles patakines yorubas. La foto corresponde a su reciente actuación en Fiesta en Cayo Hueso, realizado en el Museo Nacional de los Trabajadores de Cuba Palacio de los Torcedores, en Centro Habana. Foto: Eddy Martin
La novel compañía de música y danzas afrocubanas que dirige Neivis Mora escenificó uno de los espectáculos más aplaudidos por los asistentes a las noches culturales de la finca Coincidencia, entre ellos campesinos de la zona. Este grupo lleva a las tablas coreografías basadas en estudios sobre disímiles patakines yorubas. La foto corresponde a su reciente actuación en Fiesta en Cayo Hueso, realizado en el Museo Nacional de los Trabajadores de Cuba Palacio de los Torcedores, en Centro Habana. Foto: Eddy Martin

 

Hace pocos meses la Comisión Permanente de Cultura Comunitaria, Patrimonio y Tradiciones, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) hizo un  llamado a proteger el tejido social de las  comunidades y alertó sobre la necesidad  de un trabajo más intenso en los barrios  marginales, donde se requiere sembrar  semillas fuertes para afianzar la identidad y cultura del país.

En concordancia con esos planteamientos, la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (Acaa) en Matanzas exhibe  resultados alentadores en su recurrente  labor de extensión cultural hacia las comunidades, como medio de transformación del ciudadano y su entorno. Muestra  de ese interés se evidencia en los eventos  de carácter nacional e internacional convocados por esa institución, entre ellos  Puro Arte y Arte del Fuego, esta última  bienal realizada a fines del pasado año  mediante una interacción sin precedentes  con pobladores del campo y de la ciudad.

Aunque no constituye objetivo central de su trabajo, que como se sabe consiste en la organización, superación y promoción de los artesanos artistas, la filial de  la Acaa en la región matancera convierte  cada uno de sus proyectos culturales en un  puente que los entrelaza con las diferentes  zonas de la sociedad, sobre todo dirigidos a los jóvenes, para los que concibe  buena parte de sus iniciativas, por ejemplo: —vale apuntar al margen— los espectáculos brindados  los viernes y sábados  en esa entidad situada en la céntrica calle  del Medio, a donde cada noche concurren  unos mil muchachos.

En aquella memorable reunión efectuada en la Uneac con la asistencia de representantes del Ministerio de Cultura y  del sindicato que agrupa a los trabajadores del sector, con otros organismos, instituciones y personalidades, se resaltó que  aún  es insuficiente el nivel de preparación  en algunos artistas y creadores que participan en el trabajo cultural comunitario,  y que los medios de comunicación no divulgan lo necesario las experiencias más  exitosas que pudieran ser referencia para  el país. Arte del Fuego, protagonizado por  destacados artífices de toda la nación, en  particular selectas figuras de la plástica  —incluso varios Premios Nacionales—,  pasó prácticamente inadvertido, y de sus resultados poco se supo.

La bienal Arte del Fuego tuvo como sede principal la finca Coincidencia, en Jovellanos, donde radica uno de los proyectos socioculturales más significativos del país, en el que han encontrado  trabajo y estudio 12 familias. Aledaños  a esa área se hallan distintos caseríos  cuyos moradores han experimentado en  esos lugares sus primeras citas con la  creación artística.

El convite igualmente se extendió a la Academia Profesional de Arte; la Universidad Camilo Cienfuegos; la finca Luna, cerca de Coincidencia, allí existe otro proyecto similar; y la casa social de la filial de la Acaa, fastuosa sede donde además de espectáculos musicales,  pasarelas y conferencias —con entradas  libres que aglutinaron a cientos de personas— quedó inaugurada una confortable galería con piezas realizadas por  creadores de Canadá, Estados Unidos y los nacionales participantes en la bienal, así como las de los maestros Ernesto García Peña, Manuel Hernández, Flora Fong y Eulises Niebla.

Arte del Fuego llevó hasta apartados predios valiosos espectáculos protagonizados por reconocidos exponentes de la  música, la danza, el diseño de modas, la  fotografía y la pintura, además de talentos locales; mientras que en torno a las  ceremoniales labores relacionadas con  el proceso de creación de la cerámica artística, se creó un festín que en algunas  jornadas concentró a más de 150 personas, como los artífices participantes, los  espectadores de la zona y otros invitados, cifra similar a la de los asistentes a las veladas artísticas presentadas en la  hacienda todas las noches.

El presidente de la Acaa en Matanzas, el artista Antonio Pérez Marrero  (Tony), entusiasta promotor de estos  proyectos, afirmó que la bienal, además  de estimular la producción de cerámica artística, establece un diálogo con  el medio ambiente, así como facilita y promueve su intención sociocultural.  Cada participante aportó una pieza que  se emplazará en lugares donde interactúen con el público, tales como parques,  escuelas, hospitales y otros sitios comunitarios.

Planta superior de la sede de la filial de la Acaa en Matanzas, suntuosa instalación al servicio de los artesanos artistas y de toda la comunidad. Foto: Jorge Rivas
Planta superior de la sede de la filial de la Acaa en Matanzas, suntuosa instalación al servicio de los artesanos artistas y de toda la comunidad. Foto: Jorge Rivas

Entre las figuras de prestigio que intervinieron en Arte del Fuego se encuentran, aparte de los artesanos artistas y creadores de la plástica de varias provincias, el canadiense Arno Barbet, con  una exposición de fotografías sobre detalles de las manos en la creación de cerámicas, expuesta en la sede de la Acaa;  los cantautores Tony Ávila y Adrián  Berazaín. También actuaron  las compañías de música y danzas afrocubanas  Los Muñequitos de Matanzas, y Legado,  que dirige Neivis Mora. Del talento local  se presentaron Los Caña, y repentistas  de la Casa Naborí, de Limonar.

Ovacionadas asimismo fueron las pasarelas de las premiadas diseñadoras de vestuarios Mariela Alemán y  Raquel y Karla Espino, así como las e Jorge L. Cristo y Juan C. Jiménez, amén de los atuendos diseñados por Mercedes Tápanes, quien lo hizo asistida por el aquilatado grupo Danza  Espiral, que dirige la maestra Lilian  Padrón. Todos fueron excelentemente  acompañados por el audio y los  diseños de luces de Fiesta Atenas, grupo  que tutela Juan J. Fumero (JJ).

Cada colectivo artístico expuso sus creaciones auténticamente cubanas, muchas de ellas —como las de Los Muñequitos…, Legado y Danza Espiral,  recreadas en la herencia cultural de la  nación.

Arte del Fuego, en su quinta edición, corroboró su rol como legítima expresión de la cultura cubana especialmente dirigida a las comunidades, en defensa de la nación y del patrimonio, mediante acciones  que potencian nuestra identidad.

Versión sobre el original Identidad, cultura y comunidad. Tomado del sitio: uneac.co.cu

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