El socialismo es la única alternativa para la nación cubana

El socialismo es la única alternativa para la nación cubana

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Por Hassán Pérez Casabona

Las últimas semanas se ha producido un envalentonamiento de la derecha continental, a partir de los triunfos electorales en Argentina y Venezuela. El 22 de noviembre el candidato neoliberal Mauricio Macri, postulado por la alianza “Cambiemos”, obtuvo el 51, 32 % de los votos en el balotaje presidencial efectuado en la nación gaucha, que le sirvió para derrotar a Daniel Sciolli, contendiente del “Frente para la Victoria” (FpV) de Cristina Fernández de Kirchner.

Quince días más tarde, exactamente el domingo 6 de diciembre, la Mesa para la Unidad Democrática (MUD) se agenció 112 de las 167 curules en disputa, relegando de esa manera a los representantes del Gran Polo Patriótico.

En fecha similar, pero de 1998, el entonces teniente coronel ® Hugo Chávez comenzaba a convertirse en leyenda, venciendo a las fuerzas dominantes de Acción Democrática y COPEI, que alternaron en el gobierno después de los acuerdos de Punto Fijo

Fidel Castro y Hugo Chávez
Fidel Castro y Hugo Chávez

Con la llegada del militar bolivariano al Palacio de Miraflores el 2 de febrero de 1999 (es imborrable el impacto que produjo su imagen enérgica planteando que recibía la banda presidencial jurando sobre una constitución moribunda) no solo echaron a andar las transformaciones para superar los desmanes y la exclusión imperantes durante la IV República, sino que despertaron las esperanzas por alcanzar la postergada integración latinoamericana, luego de los grandes ciclos abiertos en el pasado en ese sentido con la Carta de Jamaica, la concepción enarbolada por José Martí de “Nuestra América” y el triunfo de la Revolución Cubana.

Fue precisamente Fidel en la Universidad Central de Venezuela, actividad que cumplimentó en Caracas como parte de su viaje para asistir a la toma de posesión de Chávez, quien afirmó que “Una Revolución solo puede ser hija de la cultura y las ideas”.

Dicha valoración ha sido siempre, remarcándola con orgullo en cuanto espacio se presenta, convicción profunda para los científicos sociales cubanos, que no pierden de vista igualmente los peligros que se ciernen con el proyecto de reconfiguración hemisférico neoliberal, diseñado con precisión desde el corazón mismo del poderío imperial.

“Hay que tener amplitud de miras, pero desde la seriedad”.

Con el ánimo de pertrecharnos constantemente, aprendiendo de las investigaciones que se realizan en diferentes instituciones, un nutrido grupo de profesionales de las ciencias sociales se reunió durante dos jornadas, para debatir sobre temáticas de extraordinaria importancia.

Convocados por la Cátedra de Estudios Marxistas Julio Antonio Mella, adscrita al Instituto de Filosofía, una decena de especialistas se agruparon en dos paneles que sirvieron como pivote a la discusión, enriquecida con el testimonio de buena parte de los participantes.

Karl Marx
Karl Marx

En verdad el evento “De Marx a Fidel Castro: la relación entre economía, ética y política en la praxis revolucionaria”, con motivo de los 120 años del fallecimiento de Federico Engels y los 90 de la fundación del Primer Partido Comunista de Cuba, desbordó las expectativas iniciales, según confesó la doctora Isabel Monal, presidenta de la Cátedra y bujía de estos encuentros desde mediados de la década de 1990.

En sus palabras de apertura, con la pasión que le caracteriza, la también Premio Nacional de Ciencias Sociales, en 1998, realizó un llamado a tener la capacidad de examinar los fenómenos desde posiciones amplias, pero exigiendo como requisito imprescindible la seriedad y el rigor.

“Existe, desafortunadamente, mucha improvisación. Hay una búsqueda de la originalidad, en muchos casos, sin fundamentos y análisis exhaustivos que conducen a confusiones”, a lo que añadió “La relación entre ética y política es clave desde la época de Aristóteles. Es una temática que atraviesa toda la filosofía occidental”.

En otro momento meditó acerca de algunas de las polémicas teóricas relacionadas con determinadas denominaciones. En esa óptica apuntó que “Última instancia implica un determinada red de influencias donde ningún actor es pasivo, si bien hay uno que va marcando una especie de línea roja”, a lo que incorporó “A partir de una interpretación vulgar y primitiva se cayó en un economicismo vulgar y primitivo, tendencia que de un u otra manera ha estado presente.

“La generalización que se levanta desde la relación base-superestructura no es un ábrete sésamo que lo explica todo de inmediato. Hay que profundizar más. Para mí, apuntó, dentro de los factores superestrcuturales en el socialismo, la ética es vital porque se trata de una sociedad donde el papel de las masas es insustituible.

“La I Internacional se constituyó con organizaciones políticas y movimientos de masas. Hay que revisar las actas de aquellas reuniones, para apreciar que Marx estuvo de acuerdo que entraran los positivistas, en aras de sumar a la movilización para la lucha”.

En la jornada inaugural las conferencias estuvieron a cargo de los doctores Thalía Fung Riverón, de la Universidad de La Habana, quien disertó sobre lo imprescindible del estudio de la teoría de Marx en la actualidad; Jesús García Brigos del Instituto de Filosofía (“Política-economía-ideología- `normalización de relaciones´”); Camilo Rodríguez Noriega, de la Escuela Superior del PCC “Ñico López” (“Pensando el momento político actual en Cuba: comentarios generales entre economía y política y sus mediaciones”), así como Concepción Nieves Ayús y Jorge Luis Santana (“La `revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes´ en la Cuba del siglo XXI”) y Gilberto Valdés (“Ensanchar el corredor cultural crítico no capitalista en la sociedad cubana”), todos ellos pertenecientes a la sede del intercambio. El panel tuvo como conductor al doctor Orlando Cruz Capote.

Fung Riverón, figura emblemática de los estudios filosóficos y politológicos en nuestro país, expresó que Marx rompió con la unilateralidad del pensamiento, desde sus tesis sobre Feuerbach. “Él le atribuyó gran importancia al conocimiento de la verdad. Ello lo reconoció Engels en su tumba, resaltando que el sentido de la vida de Marx fue la revolución”.

Federico Engels
Federico Engels

Se refirió también a la idea de Lenin de incluir al campesinado y otros sujetos como entes fundamentales para la lucha, lo que le hizo concebir que la revolución “viajaría hacia el Oriente”. De igual manera el genial pensador soviético consideró al positivismo “la corriente más peligrosa que deberá enfrentar la teoría marxista”.

Convencida de que “siempre hay que tomar una idea valiosa, con independencia de donde se genere”, la profesora Thalía afirmó, que “El actor pobre tiene que aprender la ciencia de la política, así cómo alcanzar el poder y ejercerlo después. Para ello es vital la relación entre economía y política. La teoría marxista de la verdad, en ese sentido, expresa la disposición para hacer un trabajo político concreto”, enfatizando en que “Es necesario construir la ciencia política para los de abajo, los del sur político, los descolonizados. La ciencia política de enfoque sur incluye a los estados, pero también al resto de los actores de la sociedad civil. Una categoría central en ella es la inclusión”.

Planteó, por último, que “La determinación favorece un sistema de ordenamiento, a nivel de modo de producción”, y que “aunque el camino para encontrar la esencia de los fenómenos es complejo la esencia en sí es una cuestión simple”.

García Brigos explicó cómo el bloqueo es el tema principal en la etapa que se abrió con Estados Unidos, luego del restablecimiento de relaciones diplomáticas. “No enfrentamos a un adversario vencido, sino a un enemigo que tratará de aprovechar cualquier resquicio para llevar adelante sus intereses, los cuales han expresado con claridad”.

Su exposición tomó como eje un estudio prospectivo realizado por un equipo multidisciplinario, que consultó a más de 50 expertos, el que identificó 76 elementos para evaluar el tema de la propiedad en Cuba, de los cuales 55 variables resultaron claves. “Es muy importante analizar la interacción y la sinergia entre todos los actores”.

“La prospectiva, aclaró, no es hacer pronósticos. Es pensar el futuro y regresar para, desde la ciencia y observando la complejidad de los procesos, construir ese futuro”.

Rodríguez Noriega comentó, que “La relación entre política y economía solo puede ser abordada de un modo revolucionario desde la comprensión dialéctico materialista de totalidad histórico-concreta”.

En otra parte de su exposición dijo, que “Colocados en el campo de las relaciones económicas, es importante advertir que para satisfacer la necesidad que apremia se impone la consideración política y económica de la unidad diferenciada entre la producción, la distribución, el cambio y el consumo para procurar los movimientos pertinentes en sus jerarquizaciones tácticas dentro de la estrategia general.

“Pero también la política en curso debe ser abordada como proceso único y diverso, en atención a la confluencia del conjunto de políticas que la integran, pero también de sus especifidades. Los elementos de mediación y los factores de regulación actúan de modo heterogéneo sobre cada una de las partes de cada polo y sobre sus múltiples interrelaciones. Es menester prestar mucha atención al tiempo político, que es profundamente contextual”.

Prosiguiendo estos derroteros dijo al auditorio: “El análisis político de la situación económica en curso debe considerar las subjetividades que anidan en las relaciones económicas, las que llegan hasta la formación de representaciones cognitivas y simbólicas de signos diversos. Asimismo, es fundamental trabajar con el sistema de contradicciones objetivas, varias de las cuales brotan de la epidermis del estado actual de la relación entre política y economía: a nivel de la conformación de un sistema socialista de propiedad; a nivel de la distribución jurídica de la propiedad; a nivel de la forma y cuantía de la distribución de la riqueza que asegura aquella distribución jurídica de la propiedad, etc”.

“El capitalismo produce no solo una masa de explotados y oprimidos, sino de excluidos”.

Nieves Ayús, por su parte, expuso que estos intercambios eran muy provechosos no solo para “presentar resultados de investigaciones sino ideas en gestación”. Desde ese punto de vista destacó la trascendencia del concepto de pueblo explicado por Fidel en su alegato La historia me absolverá, “el cual implicó una ruptura acerca del sujeto, sacando así de la invisibilidad a los históricamente preteridos. En el análisis, el entonces joven abogado, subrayó también la concepción clasista del momento y su heterogeneidad”, haciendo hincapié en “la necesidad de recorrer el pensamiento del líder de la Revolución Cubana cuyas ideas, de incluso de los primeros meses del triunfo, poseen extraordinaria vigencia”.

Contó, para resaltar el antidogmatismo de su pensamiento, cómo en marzo de 1959, respondiendo a una pregunta, el jefe guerrillero negó que la clase media no fuera tierra de nadie, porque “Es tierra de la Revolución”.

Refiriéndose a los cambios experimentados en la fisonomía clasista de la sociedad cubana contemporánea, hizo alusión a la complejidad a ellos asociada, y a la aparición de un sujeto plural. “El capitalismo, comentó, produce no solo una masa de explotados y oprimidos, sino de excluidos. Cualquier análisis debe elevar a estas personas como sujetos esenciales dentro de la transformación”.

Subrayó, entre varias intervenciones trascendentes del General de Ejército Raúl Castro Ruz sobre los retos que encaramos, las que tuvieron lugar en el Pleno del Comité Central del Partido, en 1996; la del 26 de julio del 2013, en el 60 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; y el 1ero de enero del 2014, en el 55 aniversario del triunfo de la Revolución, ambas en Santiago de Cuba, al igual que la del 20 de diciembre del 2014, en la clausura del períodos ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, a solo tres días de los anuncios del 17 de diciembre, y que contó por primera vez con la asistencia de nuestros Cinco Héroes.

Abordó en el final de su presentación, muy a tono con el reciente panorama latinoamericano, la valoración expresada por el compañero José Ramón Balaguer Cabrera, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y Jefe de sus Departamento de Relaciones Internacionales, acerca de que concebimos las alianzas entre diversas organizaciones como “Un primer paso hacia la convergencia de todos los sectores oprimidos y no como simple idea electoral”.

Gilberto Valdés dejó claro que no podemos perder la perspectiva de dónde venimos y qué realidades tenemos en el presente. “El Che nos ayuda mucho, leyendo sus reflexiones en las reuniones bimestrales del Ministerio de Industrias. Su idea de utilizar los estímulos morales el mayor tiempo posible no puede ignorarse”.

En otro momento de sus comentarios recalcó que tenemos que “abrir cauces y ensanchar el corredor en medio de los desafíos. Esas avenidas tienen que ser `sentipensantes´, desde el rigor conceptual. Tiene que haber realidades fácticas que muestren de manera tangible el valor de los discursos. Hay que estimular epistemologías en pie de lucha. En otras palabras, prácticas con corazón que permitan hallar fórmulas nuevas sobre la socialización de la participación”.

“El frente antiimperialista para el combate tiene que ser, inevitablemente, amplio”.

En la segunda sesión las conferencias corrieron a cargo de los doctores Rafael Cervantes Martínez, al frente de la Dirección de Marxismo-Leninismo e Historia del Ministerio de Educación Superior (“De Marx a Fidel: la crítica imprescindible al capital”); Georgina Alfonso, directora del Instituto de Filosofía (“La ideología: eslabón en el proceso de actualización económico cubano”); Lisette Mendoza, de la Universidad de la Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (“Cultura, política y ética: raíces y desafíos”) y Olga Fernández Ríos, del Instituto de Filosofía (”La política en la transición socialista cubana: coordenadas para el análisis”).

El máster Enrique Sotolongo Moreno escogió para su exposición el tema: “Economía y política en el capitalismo transnacional”, mientras que en el final el destacado profesor de economía, el doctor Ernesto Molina, prefirió dejar para otro momento su presentación inicial de “La propiedad y el desarrollo del socialismo en Cuba” en el afán de polemizar con algunas tesis expuestas por sus predecesores.

Cervantes Martínez señaló, desde la arrancada, que existe una tradición de pensamiento marxista en nuestro país que debemos admirar y respetar, añadiendo que es muy importante luchar porque ese gran caudal nutra los debates que tienen lugar en la actualidad.

“Estamos en un momento donde desafortunadamente no se comprende, en diferentes espacios, la esencia y alcance de la concepción materialista de la historia. Engels, convencido de la importancia de preservar la integralidad de los análisis desarrollados por su entrañable amigo, combatió contra las primeras ideas de tergiversar los enfoques de Marx”.

Prosiguiendo en esa línea, explicó que “La visión de Marx a Fidel, pasando por Lenin, Rosa Luxemburgo, Gramsci y el Che parte de la necesidad de calar con profundidad la sociedad a través de exámenes integrales. Un ejemplo de ello es el reciente mensaje de Fidel al presidente Maduro, en el que rescata la importancia de la clase obrera”. [1]

A lo largo de su exposición reiteró que nadie ha estudiado con tal grado al capitalismo como Marx, a lo que sumó que “Toda la falsedad cultural de éste sistema tiene un correlato en la falsedad de buena parte de su economía”.

Ponderando la vigencia del ideario del Genio de Tréveris, afirmó “En Marx hay planteamientos teóricos y formulaciones que poseen y conservan un carácter anticipatorio. Las valoraciones sobre la teoría del dinero y las sociedades anónimas, por ejemplo, están en blanco y negro en su obra”.

Remarcando lo impostergable de la lucha, comentó “Tenemos que ser capaces de utilizar con creatividad las categorías que nos aporta el marxismo para desentrañar la metamorfosis del capitalismo”, a lo que incorporó que “El frente antiimperialista para el combate tiene que ser, inevitablemente, amplio”.

“El marxismo, continuó, no es una adoración a la teoría del conocimiento. Está concebido, fundamentalmente, para afilar las armas que le permitan al proletariado pelear en el plano ideológico, económico y político”.

Volviendo sobre los aportes de varios de nuestros dirigentes al marxismo, enfatizó que “La visión del Che sobre los temas económicos es sencillamente magistral. Asimismo nadie comprendió el papel de la deuda externa como Fidel. No podemos olvidar que el capital de préstamo juega un papel central. El financiamiento para la deuda actúa como remotorización del sistema.”, al tiempo que lamentó que “no conocemos en toda su riqueza el pensamiento económico de Carlos Rafael Rodríguez”.

Concluyó planteando, que “Cuba no está fuera de las realidades internacionales. No se puede caricaturizar las complejas condiciones a las que nos enfrentamos”.

“Filosofía, economía y política están fundidas en una sola pieza en el pensamiento de Marx”.

Un desfile por el 1 de mayo en la Plaza de la Revolución.
Un desfile por el 1 de mayo en la Plaza de la Revolución.

Sotolongo Moreno, por su parte, aclaró que a la hora de emplear herramientas en el campo metodológico, “no se puede partir de premisas falsas porque las conclusiones entonces aparecen distorsionadas”.

“Hay que identificar las formas de reacomodo del capitalismo. Es imprescindible conocer las particularidades de sus métodos de dominación. Para Marx llegar a la estructura interna del proceso de producción era decisiva”, a lo que añadió “Él dio un salto en el conocimiento del contenido mismo de las categorías sociales. Filosofía, economía y política están fundidas en una sola pieza en el pensamiento de Marx”.

Desgranando sus apreciaciones valoró, que “El sistema capitalista se sustenta hoy en la capacidad coercitiva de la economía. Para Marx, en el mercado monetario, el capital se presenta en su totalidad. En el neocolonialismo monetario se apoya otra forma de dominación hacia los países subdesarrollados. Existe una preeminencia de la circulación sobre la producción. El rasgo distintivo de hoy, apostilló, es la especulación financiera. Hay un capital fijo que no cabe dentro del sistema. Se buscan entonces mecanismos artificiales”.

“El objetivo del sistema es acumular riquezas donde el dinero más que un instrumento de cambio es una relación social. El marxismo no es un ajiaco de cosas que no pegan. Hay que realizar exámenes más profundos antes de llegar a conclusiones a priori”.

En el epílogo de su exposición dijo, que “Tenemos que estudiar los ciclos de la economía mundial. Cualquier análisis y posible alianza política debe partir de ello. Hay que entender el lugar que ocupa cada país en el sistema de distribución del capital monopolista transnacional. No se puede perder la referencia de quien es el enemigo principal”.

“La ideología capitalista limita los horizontes culturales”.

En una conferencia que despertó particular expectativa, Georgina Alfonso resaltó que en el presente “existe más conciencia de que los cambios deben ir acompañados de pensamiento”, y que debemos cultivar “la militancia desde el compromiso y el sacrificio diario”.

“Las personas tienen que ser sujetos críticos creadores, que tomen conciencia de cuáles son los derroteros que aspiran a transitar. La ideología socialista se construye a partir de lo cotidiano, desde una visión de futuro por adelantado”.

En otro momento de su presentación se refirió a los Objetivos aprobados por la Organización de Naciones Unidas hasta el 2030 y los desafíos que ellos entrañan. [2]

Alfonso reflexionó sobre cómo “el capitalismo le cercena a las personas la capacidad de participar y decidir en la edificación de sus destinos. La ideología capitalista limita los horizontes culturales. Lo esencial a las personas son las perspectivas económicas. La ideología liberal trata de imponerse como única alternativa socio histórico posible. Ella crea la ilusión de que el desarrollo económico y social está al alcance de todos.”, en la medida que reconoció que “en la resistencia de cada jornada de nuestro pueblo radica la principal fortaleza para la incorporación de nuevos imaginarios”.

Ahondando en cuestiones de importancia estratégica, expuso que algunos “tratan de promover los beneficios del capital como variante exclusiva para superar las ineficiencias del estado”, alertando sobre lo peligroso que resulta el hecho de que “al organizarse la sociedad bajo el signo de la competencia económica, lo único que se fomenta es el individualismo y el mercantilismo”.

Consciente de los retos por delante, manifestó que “La ideología socialista responde a expresiones concretas. Hay que recuperar nuestra heroicidad, la que nos hizo dignos y felices enfrentando el poderío hegemónico más grande que ha conocido la humanidad”.

Finalizó su exposición señalando “La reconstrucción de los objetivos y fines tiene que partir de la relación armónica y coherente entre los saberes, el hacer y el decir de los actores del cambio, interpretando correctamente la realidad histórica a la que se incorporarán cada vez más elemento diversos, que coincidan en la acción y los objetivos revolucionarios. Más que diversidad de opiniones hay que construir la unidad de perspectivas. Tenemos que coordinar las múltiples formas de expresión y acción en una ideología humanista y emancipatoria”.

La doctora Mendoza, quien abrió su ponencia recordando que Marx entendió la sociedad como un sistema de nexos y relaciones, afirmó que “El socialismo es ante todo una gran transformación cultural, entendida desde la concepción martiana que implica crecimiento y mejoramiento humano. No como mito sino como realidad”.

Meditando sobre asuntos incluidos en el debate contemporáneo, dijo que “No podemos perder la perspectiva estética. El socialismo tiene que ser atractivo. Tenemos que articular tradición y modernidad. Lo logrado es presupuesto esencial, pero solo como punto de despegue hacia nuevas metas”.

“Hablar de cultura es hacerlo de herencia, símbolos, tradiciones, significados. Es considerar también los vínculos con otros procesos. La cultura es un eje transversal que convoca a diferentes ciencias y que posee también carácter polisémico”, a lo que sumó la importancia de interiorizar el enfoque gramsciano de que “no se puede ver al hombre con la aspiración de dotarlo a ultranza de una saber enciclopédico, como si se intentara llenar una vasija con diferentes contenidos”.

Parafraseó igualmente la idea de Roberto Fernández Retamar, uno de los más lúcidos intelectuales de habla hispana, de que “La visión del pasado solo es fértil si nos aclara el presente y estimula el porvenir”, remarcando que debemos “atender las urgencias de hoy, pero inspirados en nuestra rica tradición de pensamiento”.

Más adelante defendió la importancia de “ejercicios permanentes de diálogos, en los que la idea de totalidad de Marx deviene cuestión irrenunciable. Frente a las estrategias enemigas de desmontar la historia tenemos que rescatar, en todas sus aristas, nuestro legado y fomentar una cultura política desde la participación, la reflexión y el compromiso. El proyecto socialista es la única alternativa para la nación cubana”.

De igual manera analizó que “en la definición de Fidel de Revolución están contenidas con creces la relación entre cultura, ética y política” y la “necesidad de generar un debate que propicie el reconocimiento verdadero de la diversidad”.

Con la seguridad de que “la política es el terreno donde se concretan las luchas de clases”, llamó a “cultivar valores éticos, que broten de un compromiso por conquistar toda la justicia social”.

“Bellas metáforas han captado, de generación en generación, lo más hermoso de la resistencia y el heroísmo de nuestro pueblo”.

En una emotiva presentación -que provocó un nudo en su garganta- Fernández Ríos se adentró en temáticas a las que ha dedicado años de investigación.

Desde los primeros compases de su exposición, señaló: “Necesitamos un enfoque sistémico, dialéctico y cultural de la política. Cualquier actividad en este ámbito está permeada de componentes subjetivos”.

Dicha idea la complementó con el planteamiento de que “no hay política sin formas discursivas y estrategias de comunicación que las hagan visibles y contribuyan a sensibilizar. Es importante el uso de las metáforas y los recursos simbólicos, así como su embellecimiento permanente”.

“En la transición socialista la labor política debe propiciar ruptura con la tendencia a la inactividad de los actores sociales. La política tiene que estremecer nuestras emociones, sin clichés de ningún tipo”, precisando que ésta “se define por objetivos, contenidos, intereses y acciones”.

En el centro de su conferencia comentó que “La Relación entre política, ética y estética es un as. En nuestra sociedad la política no será nunca espectáculo rutinario como ocurre en el capitalismo. Un gran reto es cambiar contenido y forma expresado en valores.

“La política no puede verse como escenificación ni como mensajes bellos, pero vacíos de contenido. Estos tienen que poseer una carga ética que permita atraer con las imágenes. Hemos tenido, en ese sentido, fisuras en la producción de mensajes. Hay que buscar las palabras exactas para cada contexto y no repetir miméticamente las mismas frases en cualquier tipo de escenario. La política es también campo de representación de lo sensible. Ella debe crear capacidades que se traduzcan en pensamiento crítico y revolucionario, contrario a la homogeneización a ultranza”.

Ratificó lo expresado por varios de sus predecesores de que “hay que repensar la política como sistema de relaciones”, mientras se detuvo en considerar que “La estética no es solo una especificidad del mundo del arte. Ella trasciende al penetrar la vida social y se convierte en puente entre los sensible y lo concreto, expresado mediante la política”.

Prosiguió estas evaluaciones con el criterio de que “Hay una estetización del mundo en la sociedad capitalista. Esta es una época en la que se entrecruzan imágenes y medios para moldear la conciencia ciudadana. Tenemos que educar para saber discernir entre la banalidad y la autenticidad de los productos culturales que consumimos”.

“La política se expresa cada vez más en un espacio público heterogéneo y cambiante. Las formas de visibilidad de ella tienen tanta importancia como la secuencia del tiempo y las transformaciones en el plano económico”.

Recalcó el gran nivel de desarrollo cultural de nuestra sociedad, “un país que volteó la página de la ignorancia y los tradicionalmente oprimidos fueron dotados para participar activamente en la construcción de su proyecto de país. No olvidemos que la inteligencia ha tenido su oportunidad y cada talento su espacio”.

Retomando el tópico de la trasmisión de ideas, dijo que “Bellas metáforas han captado, de generación en generación, lo más hermoso de la resistencia y el heroísmo de nuestro pueblo”, citando varios de los ejemplos emblemáticos, en la misma media que pidió “encontrar las cintas amarillas que nos muevan y conmuevan, nos convoquen y movilicen con creatividad y espontaneidad”. [3]

Ernesto Molina, resaltó en sus palabras que “el capital fijo posee una importancia tremenda y que su significación a gran escala parte en realidad con la revolución Industrial. No podemos soslayar que el 70 % de la producción industrial se mueve a partir de los hidrocarburos”.

Desde el ángulo histórico rememoró el papel de Jesús Menéndez y Jacinto Torras, en la lucha con el imperialismo por el diferencial azucarero. “Ello tuvo enorme trascendencia”.

Con relación a la etapa actual destacó “las posibilidades que se abren con la Ley de Inversión Extranjera. Tenemos capacidad de planificación para responder a los intereses nacionales. Hay que recordar que Lenin habló también de la necesidad de ser competitivos. Desde esa óptica, si no puedo expropiar al capital, debo expropiar a la plusvalía siempre y cuando mi ciencia y tecnología sean competitivas a nivel mundial”. Concluyó con una frase que “aunque pensaríamos corresponde al Apóstol, pertenece a Albert Einstein”. “El amor, afirmó el genial científico, es mejor maestro que el sentido del deber”.

Con posterioridad se produjo un fecundo debate, en el que intervinieron varios profesionales de diferentes instituciones. El evento culminó felicitando a la doctora Olivia Miranda, moderadora del segundo panel, por su 75 cumpleaños. Profundamente emocionada -pese al esfuerzo por contenerlas no pudo evitar derramar alguna lágrima sobre su mejilla- la reconocida especialista señaló, que “Martí resurgía desde la relación entre historia y política, desde su visión de cultura como idea totalizadora de la sociedad”.

Citas y notas.

1] En el emotivo texto enviado por Fidel al presidente Nicolás Maduro, el líder de la Revolución Cubana señala: “La historia debe dejar también constancia de que los trabajadores existen y son los que hacen posible el disfrute de los alimentos más nutritivos, las medicinas, la educación, la seguridad, la vivienda y la solidaridad del mundo. Pueden también, si lo desean, preguntarle a la oligarquía: ¿saben todo eso? Los revolucionarios cubanos –a pocas millas de Estados Unidos, que siempre soñó con apoderarse de Cuba para convertirla en un híbrido de casino con prostíbulo, como modo de vida para los hijos de José Martí- no renunciarán jamás a su plena independencia y al respeto total de su dignidad. Estoy seguro de que solo con la paz para todos los pueblos de la Tierra y el derecho a convertir en propiedad común los recursos naturales del planeta, así como las ciencias y tecnologías creadas por el ser humano para beneficio de todos sus habitantes, se podrá preservar la vida humana en la Tierra. Si la humanidad prosigue su camino por los senderos de la explotación y continúa el saqueo de sus recursos por las transnacionales y los bancos imperialistas, los representantes de los Estados que se reunieron en París, sacarán las conclusiones pertinentes”. Granma, viernes 11 de diciembre de 2015, p. 2.

[2] El sábado 26 de septiembre el presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, intervino en la Cumbre de la ONU sobre la Agenda de Desarrollo Posterior al 2015. En una parte de su discurso afirmó: “Los medios para implementar la Agenda, sin compromisos medibles ni calendarios, no son proporcionales al alcance de sus 17 objetivos de desarrollo sostenible. (…) Los países industrializados debieran aceptar su deuda histórica y ejercer el principio de `responsabilidades comunes pero diferenciadas´. No puede esgrimirse como pretexto la falta de recursos cuando se invierten 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera”. En el cierre de sus palabras precisó: “Pese a todo, Cuba cumplió los Objetivos de Desarrollo del Milenio y brindó su cooperación a otros países en desarrollo en varios sectores, lo que continuaremos haciendo en la medida de nuestras modestas posibilidades. No renunciaremos jamás a la dignidad, a la solidaridad humana y a la justicia social, que son convicciones profundas en nuestra sociedad socialista”. Raúl Castro Ruz: “No renunciaremos jamás a la dignidad, a la solidaridad humana y a la justicia social”, en Trabajadores, lunes 28 de septiembre, p. 2.

[3] Fernández Ríos evocó así el llamado que René González, el primero de los Cinco Héroes en salir de prisión, formuló en septiembre del 2012, a todo el pueblo inmerso en el reclamo por el regreso de Fernando, Gerardo, Antonio y Ramón, a partir de la vieja tradición narrada en una canción norteamericana de colocar cintas de ese color, para que quien salía de las rejas supiera que la amada mantenía intacto su amor. En repuesta a su solicitud el país entero se inundó de cintas amarrillas y varios músicos destacados, de diferentes generaciones, realizaron un video clip con un original arreglo, entonando en inglés esa pieza.

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