La  FSM   se mantiene viva y pujante

La FSM se mantiene viva y pujante

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George Mavrikos, secretario general de la FSM. Foto: Joaquín Hernández Mena
George Mavrikos, secretario general de la FSM. Foto: Joaquín Hernández Mena

 

Al arribar al septuagésimo aniversario de la fundación de la Federación  Sindical Mundial (FSM), George Mavrikos, su secretario general, respondió vía correo electrónico algunas  preguntas a Trabajadores.

Nacida en octubre de 1945, y en muy diversas coyunturas, la FSM ha defendido los derechos y reivindicaciones del proletariado mundial.  ¿Considera que los principios y objetivos que  le dieron vida se mantienen hoy?

La FSM fue creada por la necesidad de los trabajadores y sus organizaciones obreras de tener un movimiento sindical internacional democrático,  clasista e independiente que fortaleciera la solidaridad proletaria y coordinara las acciones contra los monopolios y el imperialismo.

Su fundación respondió a la exigencia de fundar una central sindical  internacional más eficaz y fuerte en la  lucha por la eliminación de la explotación del hombre por el hombre, por los  derechos de los trabajadores a mejores  salarios, por la reducción de la jornada  laboral y por el acceso a la seguridad  social pública, a la igualdad salarial  de hombres y mujeres y a la protección  de los que no tienen trabajo.

Junto a esas reivindicaciones marchó el combate al colonialismo, al  neocolonialismo y a las intervenciones  imperialistas, así como el reclamo por  el desarme mundial y por un sistema  económico internacional más justo.

Desde su constitución, tras la derrota del fascismo en la II Guerra  Mundial, la FSM desempeñó un importante papel en el fortalecimiento  del movimiento sindical clasista en  cada país, en la solidaridad proletaria  internacional y en la defensa de los genuinos intereses de la clase obrera.

Al respecto, deseo expresar mi agradecimiento al movimiento sindical cubano, que con el liderazgo del  Capitán de la Clase Obrera, Lázaro  Peña, tuvo una destacada participación en la fundación de la FSM y su  posterior desarrollo. Hoy estamos convencidos de la necesidad de esta organización para los trabajadores del mundo, no solo por la vigencia de sus principios fundacionales, sino también por la intensidad de los conflictos interimperialistas y el bárbaro ataque contra los  derechos laborales y sindicales que  tienen lugar en el contexto de la crisis  capitalista actual.

¿Qué factores determinan que la FSM mantenga esa combatividad y prestigio ante el movimiento sindical clasista y las organizaciones obreras internacionales?

La  FSM mantiene e intensifica su combatividad y prestigio con su dinámica presencia en cualquier lugar,  país o región, para que ningún trabajador se sienta solo en el enfrentamiento a la burguesía y los gobiernos  capitalistas.

Por eso es importante que se analicen correctamente los acontecimientos internacionales a nivel económico  y político, que se evalúen las causas  y se formulen demandas, no con base  en la estrategia del capital, sino en las necesidades de los trabajadores y los  sectores populares.

Para defender los derechos de la clase obrera se requiere además fortalecer la solidaridad internacionalista,  el accionar común y la unidad entre  el discurso y la acción de las organizaciones sindicales clasistas a nivel  mundial. El internacionalismo proletario es hoy nuestra principal arma y  una herramienta básica.

¿Cómo valora el desempeño de la FSM en América Latina y el Caribe y sus relaciones con las organizaciones sindicales del continente?

Los dirigentes de las organizaciones afiliadas a la FSM han estado  en pequeñas y grandes batallas en la  región,  en huelgas y manifestaciones  contra la penalización de las luchas  sindicales y algunos han sido perseguidos por defender los derechos democráticos, sindicales y laborales. Es  por ello que afirmamos que a través  de los años ese accionar ha sido histórico y heroico.

Durante todo este tiempo ha realizado pronunciamientos, campañas,  movilizaciones y acciones internacionales de solidaridad con la Revolución  cubana, contra del bloqueo económico  de Estados Unidos a la isla, en defensa  del derecho del pueblo cubano a su autodeterminación, y en apoyo a la liberación de sus Cinco Héroes antiterroristas. Pueblos latinoamericanos como  Nicaragua, Chile, Panamá, Venezuela  y otros en la región también han sido  objeto de la solidaridad de la FSM.

En cada momento los miembros de la FSM han dado muestras de su decidida participación en respaldo a quienes enfrentan la ofensiva del gran capital.

Después del derrumbe del socialismo en los países europeos y el golpe  que esto significó para la FSM, las centrales sindicales de América Latina, y  especialmente la CTC, desempeñaron  un importantísimo papel para que la  organización proletaria mundial se mantuviera viva y pujante.

El XV Congreso de la FSM, realizado en Cuba en el año 2005, fue trascendental,  pues con la acción y el esfuerzo colectivos, retomamos el curso  ascendente en la reconstrucción y fortalecimiento de nuestras fuerzas, en presencia y acción.

La labor de la oficina regional de la FSM para América Latina y el Caribe, encabezada por el compañero Ramón Cardona, cuenta con el apoyo constante de la CTC y eso ha sido decisivo.

En mi condición de secretario general he mantenido una estrecha colaboración con dirigentes de la CTC,  como los compañeros Pedro Ross Leal,  Salvador Valdés Mesa y Ulises Guilarte De Nacimiento. Aprovecho esta  oportunidad en Trabajadores para expresar mi respeto y aprecio por la clase obrera de Cuba y la CTC.

 Cumplidos los 70 años de fundación, ¿qué nuevos desafíos y obligaciones esperan a la FSM?

Nuestra lucha será larga y difícil, pero será victoriosa, porque el  capitalismo se ha vuelto más agre- sivo y bárbaro contra los pueblos y los trabajadores. Las contradicciones interimperialistas crean nuevos conflictos bélicos, así como oleadas de  inmigrantes y refugiados a quienes  las transnacionales disminuyen sus  derechos laborales.

El capitalismo, como sistema, solo puede ofrecer a los trabajadores y a los sectores populares pobreza, desempleo, empeoramiento de la salud y educación públicas, de la seguridad social  y de las estructuras de bienestar.

La FSM tiene la tarea de asumir al movimiento sindical clasista y luchar al lado de la clase obrera para reivindicar sus derechos a nivel internacional, crear condiciones para el fortalecimiento de la alianza social con los  sectores populares, y trabajar por la  ampliación de la solidaridad internacionalista.

Para ello hacemos un llamado  a la unidad de acción a todas las organizaciones para enfrentar al imperialismo  y la explotación capitalista.  En ese  escenario, las nuevas generaciones, las  mujeres, la intelectualidad  progresista y los amantes de la paz y de la justicia social  tienen un importante papel  al lado de la clase obrera.

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