RI con información de teleSur / Efe
El Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se ha convertido en otro objetivo de golpe blando, como los desarrollados en varias naciones latinoamericanas, opinó el analista internacional Beto Almeida, quien también expresó a la cadena de televisión teleSur que las marchas buscan debilitar un mandato constitucional, para interrumpir el período de Rousseff por ser una gestión de izquierda que choca con los intereses de las grandes élites.
Dijo que los manifestantes responden a llamados de sectores que lo único que pretenden es derrotar a la presidenta, sin presentar un argumento válido.
Cientos de personas se reunieron ayer en la sede del instituto del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Sao Paulo, para defender al Gobierno de Dilma.
La movilización frente al Instituto Lula fue organizada por la Central Única de Trabajadores de Brasil, organización de sindicatos cercana al Partido de los Trabajadores, que liderea Lula y al que también pertenece Dilma.
La central sindical declaró que el acto se realizó en defensa de la democracia y contra el golpe que orquestan los sectores de la oposición, que en las manifestaciones de ayer exigieron la destitución de Rousseff, por la supuesta responsabilidad del Gobierno en la red de corrupción detectada en la estatal Petrobras.
“No va a haber golpe”, corearon las personas congregadas frente al Instituto Lula.
Las protestas antigubernamentales comenzaron por la mañana en ciudades de al menos 16 estados del país y se calcula la participación de miles de personas, señala la agencia Efe.
En su análisis, Beto Almeida observó que en ellas predominan las clases media y alta de la sociedad brasileña; no se observa participación de sectores humildes, de la juventud ni de la población afrodescendiente.
Asimismo, destacó que los medios de comunicación del país se concentran en manos de la derecha y actúan como partidos políticos. Advirtió que no existe una alternativa mediática local, que pudiera dar una explicación a la sociedad sobre esta protesta; en el caso de Copacabana se mezcla la manifestación con los turistas.
Por último, afirmó que mientras se desarrollan estas manifestaciones, los proyectos sociales en Brasil siguen avanzando y la jefa de Estado se encuentra profundizando una serie de medidas para levantar obras de infraestructura y fortalecer la presencia de ese país en la cooperación internacional.
La mandataria cuenta con el respaldo de organizaciones y movimientos populares que están preparando una concentración de respaldo a su gestión, convocada para el próximo jueves 20 de agosto.