¿Justicia ambiental para todos?

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Amplia repercusión ha tenido, tanto en Estados Unidos como a nivel internacional, el Plan de Energía Limpia  anunciado el pasado lunes por el presidente Barack Obama, mediante el cual  ese país deberá reducir las emisiones de   CO 2  de sus centrales termoeléctricas en  el 2030 en un 32 % respecto a los niveles  del año 2005. El interés del suceso está  dado en que esta sustancia es el principal de los denominados gases de efecto invernadero (Gei), cuya permanente  concentración en la atmósfera tras iniciarse la era industrial, dos siglos atrás,  ocasiona el progresivo calentamiento  global generador del cambio climático  que sufre el planeta.

El mandatario dijo que la medida constituye “el paso más grande y más importante que hemos tomado nunca para combatir el cambio climático”; y expertos consideran que si es plenamente implementada, puede impulsar  la utilización de energías limpias y acelerar la transformación de EE.UU.  en una economía baja en emisiones de  carbono.

De acuerdo con lo divulgado por la prensa, los opositores al plan son principalmente asociaciones industriales mineras y de energía del propio país; y también políticos nacionales, mayormente republicanos, más  proclives a ignorar las pruebas científicas de que el calentamiento global  es producido por la acción humana.

La minera Murray Energy Corporation, dedicada a la explotación del  carbón, ya anunció que presentará una  demanda judicial contra la medida, y se  espera que varios estados y empresas  emprendan acciones similares. El presidente de la Cámara de Representantes,  el republicano John Boehner, Expresó su rechazo; Mitch McConnell, republicano y líder de la mayoría en el Senado,  prometió usar las leyes para obstaculizar al Presidente.

Se afirma que el enfrentamiento al cambio climático se ha convertido en una de las prioridades actuales de Obama; y también se avizora que será tema importante durante la campaña electoral ya iniciada hacia las presidenciales del 2016.

En el ámbito internacional ha primado una acogida favorable al plan anunciado, según lo divulgado por diversos medios.

“Aplaudimos que los Estados Unidos afronten el reto del cambio climático”, aseguró la portavoz de Medio Ambiente de Alemania, Frauke Stamer.

Con toda seguridad, la declaración de la funcionaria alemana hizo  recordar a muchos que la nación norteña es el país que históricamente ha  lanzado hacia la atmósfera el mayor  volumen de gases contaminantes; y que a pesar de ello, nunca ratificó el  Protocolo de Kioto, el principal instrumento jurídico de Naciones Unidas, aún vigente, destinado a proteger  el medio ambiente, y muy en particular, a combatir el cambio climático y sus nocivos efectos sobre la naturaleza y la vida en el planeta.

“Constituye una contribución mayor al éxito de la Conferencia de París sobre el cambio climático”, aseveró por su parte el presidente francés, François Hollande.

Lo significativo de lo dicho por el mandatario galo radica en que el evento aludido, la 21 Conferencia de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (Cop 21), a realizarse en diciembre en aquella urbe, persigue el ambicioso objetivo de concertar un convenio internacional vinculante para  reducir la emisión de los Gei y frenar el calentamiento global, acuerdo que  de lograrse sustituiría al maltrecho Protocolo de Kioto a partir del 2020.

Hollande señaló igualmente que su país continuará incentivando en el seno de las Naciones Unidas todas las iniciativas dirigidas a que “las naciones, sobre todo las más desarrolladas,  tomen sus responsabilidades”. Tal aspiración se corresponde con el “principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas”,  establecido por la ONU en materia medioambiental desde 1992, y cuya aplicación efectiva conlleva a que sean los países más desarrollados quienes asuman las mayores obligaciones para enfrentar el trastorno climático, por ser sus  principales causantes.

Observadores coinciden en reconocer como un paso positivo de Estados  Unidos el plan anunciado por el presidente Barack Obama; veremos, en el  pacto que surja en la Ciudad Luz, hasta  dónde Washington favorecerá la justicia medioambiental que reclama la Tierra y que merece la humanidad.

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Un comentario en ¿Justicia ambiental para todos?

  1. Es saludable y justa la noticia medioambiental que reclama la tierra y la humanidad como el derramamiento de petróleo, de CO2 para el Cambio Climático y frenar el calentamiento global, y así eliminar el trastorno climático, ya que son los países desarrollados los principales causantes, y tener justicia ambiental para todos.

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