Político Magazine: Incluso después de las embajadas, habrá un montón de temas en tensión

Político Magazine: Incluso después de las embajadas, habrá un montón de temas en tensión

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En un análisis publicado por el prestigioso diario digital estadounidense, Político Magazine, Nahal Toosi asegura que quien haga una revisión de la realidad entre Cuba y EE.UU., “incluso después de que EE.UU. reabra su embajada en La Habana, encontrará un montón de tensiones que gravitarán en esa relación con la Isla”.

A continuación una versión del artículo:

El presidente Barack Obama habló en términos sobre todo de esperanza el miércoles al anunciar que EE.UU. reabre su Embajada en Cuba, declarando que “esto es lo que el cambio parece” y prometiendo que “un futuro mejor está por venir.”

Pero ¿hasta qué punto el cambio y qué tan lejos avanzará? Incluso Obama tuvo que admitir: “Nadie espera que Cuba se transforme de la noche a la mañana.”

Cuba es, después de todo, un país cuyo líder revolucionario Fidel Castro fue blanco varias veces de intentos de asesinatos organizados por la CIA, donde es poco probable que el embargo de Estados Unidos se levante a corto plazo, y donde una mentalidad de la era de la Guerra Fría todavía gobierna muchos aspectos de la vida de las personas.

Así, mientras que hay cierta lógica en el argumento de Obama de que involucrarse con Cuba es mejor que la política de aislarla, pero también hay muchas probabilidades de que podrían pasar años, incluso décadas, antes de que la relación entre Estados Unidos y Cuba se acerque a satisfacer las aspiraciones de Obama.

Éstos son algunos de los retos que se avecinan para el acercamiento Cubano Americana:

1) Cuba no va a generar una bonanza de negocios para EE.UU. en el corto plazo.

Las empresas estadounidenses se muerden las uñas por entrar en el mercado cubano, pero hay muchos obstáculos en las políticas estadounidenses y cubanas. Es muy poco probable que EEUU, por su parte, levante su embargo sobre la nación de 11 millones de habitantes en un corto plazo.

Obama ha pedido a los líderes republicanos del Congreso levantar el embargo, pero es poco probable que el Partido Republicano otorgue este favor al presidente demócrata. La elección de 2016 también hace que el embargo sea una cuestión aún más políticamente sensible debido a que varios candidatos presidenciales republicanos se oponen rotundamente a renovar lazos con Cuba.

A través de las acciones ejecutivas y la autoridad que estas le otorgan, Obama puede llenar de agujeros el embargo, pero incluso eso ofrece una ventaja limitada a las empresas que deseen invertir en Cuba. Eso se debe en parte a que Cuba, donde el Estado está a cargo de gran parte de la economía y la propiedad, todavía no ofrece las protecciones legales que los inversionistas extranjeros están buscando. Al mismo tiempo, la infraestructura del país, incluidos sus puertos marítimos, necesitan mejoras.

“Las empresas son inteligentes al ir a evaluar lo que está sucediendo, pero es sólo en el mediano plazo en que vas a ser capaz de ver el progreso”, dijo Carl Meacham, un experto en América Latina en el Center for Strategic and International Studies. “No hay cultura del capitalismo y del pensamiento de libre mercado.”

Hay, sin embargo, una fuerza de trabajo cubana preparada y relativamente educada que las empresas estadounidenses podrían aprovechar.

2) La retórica de los derechos humanos seguirán siendo un punto de tensión.

El Informe sobre derechos humanos más reciente del Departamento de Estado llama a Cuba “Estado autoritario” que practica abusos en contra de sus ciudadanos, entre los que están “detenciones arbitrarias por corto tiempo y detenciones con duras condiciones penitenciarias, procesamiento selectivo, denegación de un juicio justo y restricciones a los viajes”.

Esas palabras han sido un grito de guerra para los críticos de la nueva apertura con Cuba.

El senador Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey que ha roto con Obama sobre Cuba, dice que la Isla está “incentivando un estado policial para defender una política de brutalidad.” El candidato presidencial republicano Marco Rubio, senador por Florida, dijo que “es hora de que nuestras concesiones unilaterales a este odioso régimen finalicen.”

El principal punto de la administración Obama en materia de derechos humanos es que los funcionarios deberán discutir el tema con el gobierno cubano, y que será más fácil llegar a acuerdos si EE.UU. mejora sus relaciones. “Creo firmemente que la mejor manera de que Estados Unidos logre el apoyo a nuestros valores es a través del compromiso”, dijo el miércoles Obama.

3) Los diplomáticos aún enfrentan serias restricciones.

A pesar de las reiteradas peticiones, los funcionarios estadounidenses se negaron a divulgar detalles del nuevo acuerdo diplomático con Cuba, pero insistieron en que las condiciones para los funcionarios serían mejores que las actuales.

“El viaje para nuestros diplomáticos será mucho, mucho más libre y flexible de lo que es ahora”, dijo el funcionario del Departamento de Estado a los periodistas. “Aumentará la capacidad de viajar y hablar con la gente, cosa que no hemos tenido en el pasado, y es similar a los tipos de arreglos que tenemos con otros países que tienen ambientes restringidos – mejor que en algunos lugares, no tan bueno como en otros – pero mucho mejor que la que tenemos ahora en términos de nuestra capacidad de salir fuera de casa y hablar con la gente “.

Incluso si las restricciones a los diplomáticos estadounidenses son menores que en el pasado, van a seguir siendo significativas, según los expertos. (Estas mismas restricciones tienen los diplomáticos de la Isla en Washington).

4) Embajador: ¿sí o no?

Obama podría no necesitar el Congreso para reabrir una embajada de Estados Unidos en La Habana y puede utilizar órdenes ejecutivas y demás medios para debilitar el embargo. Pero el nombramiento de un embajador podría tener cierta resistencia legislativa seria.

A principios de este año, el senador Ben Cardin, un demócrata de Maryland y miembro de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sugirió que Obama podría querer evitar nominar un embajador en Cuba debido a la pelea que enfrentaría en el Senado. (Rubio, por ejemplo, el miércoles reiteró su intención de bloquear al candidato, si Obama envía uno.)

Dicho esto, Obama ha estado en una buena racha en las últimas semanas, ganando victorias en la legislación comercial y más de las que se esperaban en lo que se supone sería el ocaso de su presidencia. Él ha hablado de cumplir una lista de deseos, y hay una creciente sensación de que podría seguir adelante y designar un embajador sólo por el gusto de hacerlo.

Mientras que un solo senador severamente puede ralentizar el proceso de confirmación, Obama va a encontrar un montón de aliados, incluso entre algunos republicanos y la comunidad empresarial. Si un candidato Obama es bloqueado por un largo tiempo o se rechaza, podría ser solo un golpe simbólico a la relación entre Estados Unidos y Cuba. Los cubanos, sin embargo, son bastante diestros en el proceso político con los Estados Unidos, y la embajada puede funcionar perfectamente bien sin un embajador.

5) ¿Un presidente republicano podría deshacer todo?

En su anuncio del miércoles, Obama señaló que cuando el entonces presidente Dwight D. Eisenhower terminó las relaciones con Cuba en enero de 1961, dijo: “espero y confío que en un futuro no muy lejano sea posible que la amistad histórica entre nosotros encuentre su reflejo en relaciones normales de todo tipo”.

“Bueno, se tomó un tiempo”, dijo Obama, “pero creo que ese momento ha llegado.”

¿Podría durar esta relación con Cuba solo hasta que se mueva el terreno en la Oficina Oval? En teoría, el próximo presidente podría revertir los pasos que ha tomado Obama para romper el hielo con Cuba, porque gran parte de ella implica órdenes y acciones ejecutivas. El Congreso no ha jugado un gran papel.

Pero tirar por la borda los lazos renovados no está exento de riesgos. Aunque hay elementos de línea dura dentro de la comunidad cubano-americana que podía aplaudir la restauración del antiguo status quo, las encuestas han mostrado que la mayorías de los estadounidenses y de los cubanos favorecen la restauración de las relaciones.

Hasta ahora, los demócratas han apoyado las acciones de Obama, e incluso los republicanos no han ido tan lejos como para decir que cortarían los lazos con Cuba si ganan la Casa Blanca.

Versión tomada de  Cubadebate)

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