Del taller al cielo

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Con su labor, los especialistas aseguran la disponibilidad técnica de los equipos que realizan la fumigación áerea de los cultivos de arroz, la caña y cítricos. | fotos: Roberto Carlos Medina
Con su labor, los especialistas aseguran la disponibilidad técnica de los equipos que realizan la fumigación áerea de los cultivos de arroz, la caña y cítricos. | fotos: Roberto Carlos Medina

Por María de las Nieves Galá y Evelio Tellería

De la calidad de los aviones que se reparan en el taller nacional de Servicios Aéreos, ubicado en el capitalino municipio de Playa, da fe Jorge Luis Espinosa, director de esta unidad empresarial de base (UEB).

Y es que precisamente él es el piloto que realiza el vuelo de prueba de esas aeronaves, una vez que están listas para ser entregada a sus clientes.

Graduado en la otrora Unión Soviética a finales de la década del 80 del pasado siglo, Espinosa valora altamente el aporte económico que hoy pueden tributar a su institución y a la economía del país. Son ellos los encargados de asegurar la disponibilidad técnica de los equipos que realizan la fumigación área de los cultivos de arroz, la caña y cítricos; además de participar en la campaña antivectorial.

El pasado año el taller realizó la reparación capital de cinco aviones, 25 motores y 37 hélices. Igualmente efectuaron 38 mantenimientos en la UEB Los Palacios, en Pinar del Río.

“Ello permitió la sustitución de importaciones. Aquí la reparación capital de un avión tiene un valor de unos 100 mil pesos en ambas monedas; los motores en 19 mil —el valor de uno en el mercado internacional está aproximadamente en 70 mil euros—. El costo de la hélice es de 3 mil pesos, en ambas monedas; en el exterior serían unos 8 mil euros”, apuntó.

Con orgullo afirma que ninguno de los servicios que han prestado han tenido reclamaciones.

Innovadores de altura

Por estar estos aviones pasados de época, escasean las piezas en el mercado mundial y muchas de estas reparaciones se llevan a cabo gracias a la labor de innovadores y racionalizadores, quienes tienen una larga experiencia.

El movimiento de innovadores y racionalizadores es catalogado como la columna vertebral del proceso productivo de la unidad. Al decir de su director, debido a la labor de la Anir se logra salir de momentos críticos o recuperar muchos agregados de los aviones y avanzar en las reparaciones.

A los 65 años, Luis Cribeiro siente tanto amor por su trabajo y colectivo, que no se imagina separado de ese entorno. Formado como técnico en 1970, en la escuela Yuri Gagarin, reconoce la profesionalidad y entrega de quienes están vinculados a la aviación. No obstante el dominio del oficio, cada tres meses se somete a un examen físico que lo respalda para cumplir con su actividad.

“Me ocupo del chequeo del estado técnico de las alas de las aeronaves y su maniobrabilidad, a dictaminar si lleva reparación o es preciso darle la baja técnica”, subrayó.

De acuerdo con Arley Martínez Pulgaron, técnico en motores y fuselaje y presidente del Comité de Innovadores y Racionalizadores (Cir) en el centro, muchas han sido las soluciones salidas de las manos de los innovadores.

Según destaca, uno de los trabajos de mayor significación elaborado por ellos ha sido el proyecto que en la actualidad tienen en ejecución: un taller para el cubrimiento con plomo-estaño. “Anteriormente este tratamiento no se hacía aquí. Había que enviar las piezas de la reparación capital del motor a Rusia, lo cual implicaba un gasto mayor”, afirmó.

La dirección del centro incluyó el asunto en el banco de problemas de la Anir. “Ya está terminado y certificado desde agosto del 2014, lo cual le da la validez por el departamento de Ingeniería y Aeronavegabilidad de la Aeronáutica Civil de Cuba.

“Este tipo de tratamiento de zincado de plomo-estaño se hacía anteriormente en la Empresa Militar Industrial Yuri Gagarin, pero esa línea quedó desechada y era la única que lo hacía en Cuba con los ASH-62 del AN 2. Hubo entonces que mandar a hacer ese servicio a Polonia. El costo de ese tratamiento allí ascendía a 148 mil 667 euros y aquí cuesta 4 mil 565 CUC.

Dijo que para ejecutarlo contaron con la asesoría de especialistas del Centro de Investigaciones Metalúrgicas. “Ellos nos ayudaron en las elaboración o procedimiento para las mezclas de los elementos químicos que se emplean y en la concepción del taller, sistemas de ventilación y de seguridad. Nosotros hicimos la instalación de los equipos. En esa labor participaron cinco trabajadores del colectivo”, agregó.

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2 comentarios en Del taller al cielo

  1. ¿ Por qué se han producido tantos accidentes aéreos de los aviones fumigadores en los últimos años? Sobre todo de los AN-2. Se han caído con pilotos de vasta experiencia.

    • estos aviones vuelan a escasos metros de la tierra y a gran velocidad, por mucha experiencia y capacidad de reacción que tenga un piloto es muy dificil evitar un incidente, imaginece volar a 5 o 10 metros sobre un sembrado de caña o de arroz y que se encuentre una bandada de aves que levantan vuelo asustadas frente a usted o un fallo de una bujia o del magneto (que estan verificados pero no son infalibles)o una perdidad de potencia….. que hacer? en algunos casos pasa lo que planteas…… irremediablememte irias a tierra

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