El Pilar de Hemingway y su gemelo (+ Fotos)

El Pilar de Hemingway y su gemelo (+ Fotos)

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El yate Pilar en el museo Finca Vigía, en La Habana. / Foto: Tomada de Internet.
El yate Pilar en el museo Finca Vigía, en La Habana. / Foto: Tomada de Internet.

Los buenos amigos Rodolfo y Alejandra me hicieron la invitación el viernes en la noche, y el sábado, a eso de las 8:00 a.m., salimos a recorrer los cayos de la Florida, región emblemática por sus características geográficas, el singular ambiente marítimo y turístico, y las obras constructivas para favorecer la vialidad, entre otros factores.

A eso de las 10:00 a.m. comenzamos a adentrarnos en Cayo Largo, el primero, después de recorrer unas 15 o 16 millas, y a divisar las dos aguas, a la izquierda y la derecha, o sea, las del océano Atlántico y las del Golfo de México, divididos por los islotes que están unidos entre sí por puentes impresionantemente largos.

La primera parada la hicimos en el denominado Islamorada, el segundo cayo, llamado así —según pude investigar después— por la coloración que toman las aguas que lo rodean en determinado período del año. Me explicaron los anfitriones que era obligado visitar el famoso centro comercial de pesca World Wide Sportsman.

¡Sorpresa! —al menos para mí—; en el centro del especioso mercado se muestra un precioso yate de madera. Nada más y nada menos que una réplica del Pilar, de Ernest Miller Hemingway (Oak Park, Illinois, 21 de julio de 1899 –Ketchum, Idaho, 2 de julio de 1961).

Caminamos hasta él. Es casi exacto —para no ser absoluto— al que está en el museo de la Finca Vigía, en la capital cubana. ¿Y permiten acceder a él?, pregunté. “Adelante”, me dijo mi amigo Rodolfo. Todo está muy bien conservado. Pueden observarse múltiples fotos, instrumentos de navegación marítima y hasta una vieja máquina de escribir portátil sobre una pequeña mesa.

La afluencia de personas al yate es impresionante, a pesar de las múltiples atracciones de la tienda, entre las que sobresale un acuario interior con especies marinas endémicas.

Resultó muy estimulante sentir a Hemingway tan cerca.

Al regresar al hogar de los amigos, la avidez me precisó a hacer, ante todo, una búsqueda en Internet. A través de la red de redes supe que la afición por la navegación llevó al escritor a los cayos de Florida, donde quedó fascinado ante la belleza de algunos de los más de mil 700 islotes que existen en la zona.

El sobresaliente autor —Premio Nobel de Literatura en 1954— describió su deleite ante el canto de las aves, el vaivén de los árboles y el caminar de los mamíferos que observó a lo largo de sus jornadas marítimas. “Parecían oscuros setos surgiendo del agua y luego, al acercarse, comenzaban a adquirir forma y verdor y, finalmente, se convertían en playas arenosas”. Hemingway no solo utilizaba su tiempo para admirar el paisaje, sino también para pescar.

En Cayo Hueso, el último en la ruta, separado de Cuba por 90 millas, vivió Hemingway. Allí escribió el 70 % de su obra. Libros, entre los que están Por quién doblan las campanas, surgieron en la casa que hoy se puede visitar y conserva no solo el mobiliario original, sino también la máquina de escribir que utilizó. Es la número 907, de la calle Whitehead.

El Pilar

Pilar, el original yate, fue hecho de caoba y roble, con una eslora de 11,86 metros y una manga de 3,65 metros. Disponía de un motor marca Chrysler de 110 caballos de fuerza (HP), y también de otro motor auxiliar más pequeño, un Lycoming de 40 HP, con transmisión directa, para activarlo si fallaba el principal.

La distribución del espacio fue concebida al gusto de Hemingway, con camarote de proa con dos literas, el cual quedó aislado por una puerta que conduce al pasillo. La cocina está a la derecha y el baño, a la izquierda. Le sigue el comedor con una mesa de tablero movible. Dos escalones permiten subir a la cubierta, y una puerta da paso al puente donde se encuentra la pizarra y el timón de mando, este último repetido sobre el techo de la embarcación para permitir su guía con mayor visibilidad.

Es una embarcación sólida y gobernable; tiene la popa baja y cuenta con un cilindro de madera gruesa para izar las piezas grandes a bordo. El puente volante es tan sólido que desde él se puede bregar con un pez grande, escribió el propio Hemingway.

El yate fue bautizó con el nombre de Pilar, en honor a la virgen de Zaragoza, la Pilarica de España.

En Cuba se hospedaba en el Hotel Ambos Mundos, mientras que el yate Pilar tenía por sitio seguro a Cojímar, un pintoresco pueblo de pescadores al este de La Habana, donde Hemingway hizo numerosos amigos.

Constituyó el bote de pesca y aventuras del escritor por más de 25 años, hasta que quedara en la isla después de 1959

El Pilar tuvo dos capitanes. El primero fue Carlos Gutiérrez, experto en la Corriente del Golfo, por la cual Hemingway tenía predilección. Estuvo a cargo hasta 1937, cuando el escritor marchó como corresponsal a cubrir la Guerra Civil Española. A su regreso, Gregorio Fuentes ocupó el mando y se mantuvo junto al escritor por el resto de su vida.

El viejo y el mar, obra escrita en 1952 y que le valió recibir al escritor el Premio Nobel de Literatura en 1954, fue inspirada en buena medida por las vivencias que ambos compartieron. Gregorio murió el 13 de enero del 2002, a la edad de 104 años.

El Pilar recorrió gran parte de la costa norte de Cuba y de otras islas: Andos, Bimini, Tortuga… Los cayos de la costa norte de la provincia de Pinar del Río, como Casigua, y Cayo Romano, del norte de la provincia de Camagüey, deshabitados y desérticos, pero atractivos y acogedores, fueron visitados también por el yate Pilar.

Ernest Hemingway y el cubano Gregorio Fuentes compartieron un secreto. Ambos, de mutuo acuerdo, decidieron que cuando uno de ellos muriera, el otro no navegaría de nuevo en el Pilar. Gregorio cumplió la palabra empeñada. El yate quedó amarrado a uno de los muelles de Cojímar, hasta que decidió donarlo al museo en Finca Vigía.

La réplica

Hay diferentes versiones sobre la fecha de construcción del yate que está en Islamorada.

Una fuente asegura que fue construido por los mismos astilleros, un año antes que el de Hemingway, o sea en 1933. Dicen que él pescó desde ese bote en Cayo Hueso y que fue eso lo que le llevó a encargar el suyo casi exactamente igual.

El de Hemingway solo era tres pies más corto y el travesaño medía un pie menos. No hay mucha documentación sobre su historia. En 1948 fue usado en la película Cayo Largo, protagonizada por Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Luego pasó varios años abandonado en un manglar en Stock Island.

Cuentan que en 1978 un señor llamado Tex Perkins entró en el negocio de alquiler de barcos. Como admirador de Hemingway había tenido el ojo puesto en el que estaba desatendido y que le resultaba muy parecido al Pilar, con la idea de restaurarlo. Después de múltiples gestiones, se lo compró al abogado Mark Quinn, quien tenía la propiedad en ese entonces. Lo reconstruyó desde la línea de flotación hacia arriba.

También le llamó Pilar y lo situó como un auténtico museo flotante, con recuerdos de Hemingway en su interior. En 1933 la embarcación despertó el interés de Johnny Morris, dueño del centro comercial de pesca World Wide Sportsman, quien la adquirió y situó como una pieza central en el amplio mercado. El 15 de enero de 1994 fue trasladada, navegando, a Islamorada.

En octubre de 1997 el Pilar gemelo fue rebautizado por Mina Hemingway, nieta de Ernest, donde está apacible en su cómodo anclaje, como su “hermano” en Cuba.

Fuentes de consultas: Múltiples sitios en Internet.

Hemingway en el interior del Pilar. / Foto: Tomada de Internet.
Hemingway en el interior del Pilar. / Foto: Tomada de Internet.
El Pilar navega sobre las aguas. / Foto: Tomada de Internet.
El Pilar navega sobre las aguas. / Foto: Tomada de Internet.
Popa de la réplica del Pilar, ubicada en el interior del centro comercial de pesca World Wide Sportsman, en Islamorada, Florida. / Foto: Barreras Ferrán.
Popa de la réplica del Pilar, ubicada en el interior del centro comercial de pesca World Wide Sportsman, en Islamorada, Florida. / Foto: Barreras Ferrán.
Timón, brújula y entrada al camarote del Pilar que está en Islamorada. / Foto: Tomada de Internet.
Timón, brújula y entrada al camarote del Pilar que está en Islamorada. / Foto: Tomada de Internet.
Vista del camarote. / Foto: Tomada de Internet.
Vista del camarote. / Foto: Tomada de Internet.
Otra vista del camarote, con una vieja máquina de escribir portátil. / Foto: Tomada de Internet.
Otra vista del camarote, con una vieja máquina de escribir portátil. / Foto: Tomada de Internet.

 

Acerca del autor

Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.

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2 comentarios en El Pilar de Hemingway y su gemelo (+ Fotos)

  1. Gracias Laine por su comentario. Debiera tenerse en cuenta por los organizadores del Torneo y quienes tienen responsabilidad con las condiciones de la Marina que lleva su nombre, la que constituye todo un emblema.

  2. Ernest Hemingway fue una figura emblemática al que le gustó mucho nuestro país. Lástima que la Marina que lleva su nombre esté tan destruida y desbaratada y que hayan trasladado el evento de la pesca de la Aguja para allá y no lo dejaron en Cojímar donde se realizaba originalmente, allí era una verdadera fiesta, en la actualidad no está cumpliendo con las expectativas deseadas, dicho por los mismos tripulantes de la Marina Hemingway

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