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La celebración del Primero de Mayo tuvo dos características fundamentales en Holguín: los trabajadores enarbolaron bien en alto las banderas del cumplimiento de importantes metas productivas y lo hicieron en una plaza remozada especialmente para la ocasión.
Fieles a su tradición, los azucareros, que ya superaron la producción del año pasado, patentizaron su determinación de continuar laborando hasta alcanzar el plan trazado para la presente zafra en los primeros días del presente mes.
Los hombres del níquel, rubro exclusivo de este territorio y uno de los principales para la exportación en el país, cumplen de forma acumulada con la producción propuesta y no cejan en el empeño de incrementar su aporte a la economía.
En la esfera de los servicios sobresalen los trabajadores de la salud, quienes estuvieron encabezados por los médicos que combatieron el Ébola en África y exhibieron una tasa de mortalidad infantil de apenas 3,5 fallecidos por cada mil nacidos vivos.
El paso apretado y firme de más de 200 mil holguineros hizo vibrar la plaza Mayor General Calixto García, que esperó el Día Internacional de los Trabajadores con el friso de 60 metros restaurado y avances significativos en la reparación general de la tribuna, salones de protocolo y demás instalaciones.
Fue, sin lugar a dudas, una entusiasta y masiva conmemoración, en la que los holguineros desfilaron con más fuerza y más unidos, como bien afirmó al concluir la misma el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa, miembro del Buró Político del Partido Comunista y viceministro de las Fuerzas Armadas, quien la presidio junto a Luís Torres y George Batista, primer secretario del Partido y secretario general de la CTC en la provincia y otros dirigentes.
