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Agencias internacionales de prensa informan que el devastador terremoto que sacudió Nepal el sábado dejó más de 2 mil 500 muertos y 6 mil heridos, además de enormes daños materiales, según informó este domingo el Gobierno nepalí.
La cifra de muertos hasta el momento en ese país, es de 2 mil 450, según consignó el Ministerio del Interior. El sismo dejó también más de 60 víctimas mortales en India, otras seis en China y una más en Bangladesh.
No obstante, los centenares de desaparecidos y heridos graves hacen temer que la cifra real de víctimas siga aumentando.
El sismo tuvo una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter y afectó a toda la región del Himalaya. En el monte Everest, donde se encontraban unas mil personas entre montañistas y sus asistentes, el terremoto desató una avalancha que según reportes causó 19 fallecidos.
Muchos vecinos de Katmandú, la capital, pasaron la noche del sábado a la intemperie por temor a nuevas réplicas. Según testigos, 24 horas después del primer sismo la tierra continuaba temblando. Incluso el presidente, Ram Baran Yadaf, durmió en una tienda de campaña, según dijo su portavoz a una radio local.
Este domingo se registró una fuerte réplica de magnitud 6,7 grados, cuyo epicentro se situó al sur de Kodari, en Nepal, cerca de la frontera con China, y su hipocentro se ubicó a unos 10 kilómetros de profundidad. Los nuevos movimientos telúricos motivaron el cierre temporal del único aeropuerto internacional de Nepal.
Las autoridades declararon el estado de emergencia en las zonas afectadas, en las que viven al menos 6,6 millones de personas. Las escuelas y las universidades permanecerán cerradas por una semana.
Los hospitales están tan sobrecargados que los médicos atienden a la intemperie. «Entre los muertos hay muchos niños», dijo el doctor Pratab Narayan, del Tribhuvan University Teaching Hospital, y se lamentó: «Estamos sobrepasados en el número de pacientes».
Los cortes eléctricos continúan en casi todo Katmandú, y el suministro de agua también se ha visto afectado. El abastecimiento de energía eléctrica podría quedar interrumpido por varias semanas debido a que el sismo dañó las centrales hidroeléctricas, prácticamente única fuente de abastecimiento de energía eléctrica que tiene Nepal.
Gran parte de la rica herencia cultural del valle de Katmandú, calificada por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad, quedó reducida a escombros, y según testigos, el aspecto que presentan lugares emblemáticos es ahora desolador.
Ante la delicada situación, el primer ministro nepalí, Sushil Koirala, pidió ayuda a la comunidad internacional.
La asistencia comenzó a llegar el sábado desde diversos países del mundo. Buena parte de esa ayuda está organizada por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha, por sus siglas en inglés).
