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Sochi.- La esperada Asamblea General de la Asociación de Federaciones Internacionales Olímpicas de Verano (ASOIF) con el presidente de SportAccord, Marius Vizer, tuvo como plato fuerte una disculpa del también titular de la Federación Internacional de Judo por la forma en que atacó al Comité Olímpico Internacional (COI) en la sesión inaugural de la Convención Mundial de Deportes, que se realiza en esta ciudad hasta el 24 de abril.
Luego de que 27 de los 28 miembros de ASOIF firmaran una carta de desaprobación por las palabras de Vizer y pusieran en riesgo su membresía a la entidad deportiva que organiza este magno evento, este intercambio bajó un poco la marea de tensiones que se vive desde el lunes.
Asimismo se supo de la propuesta de sostener, quizás antes que finalice la Convención, una reunión de trabajo entre las cuatro entidades más importantes del movimiento deportivo universal hoy:
COI, SportAccord, ASOIF y la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO) para limar asperezas y proyectar un trabajo más coordinado.
El dirigente deportivo de origen rumano entró saludando a todos los asistentes y fue el primero en pedir la palabra para excusarse por la forma en que planteó sus ideas, aunque dejó claro que sigue pensando de esa manera y el contenido de lo que expuso es un ejemplo de que «todos en el mundo del deporte deben ser libre de tener una opinión».
Por su parte, Francesco Ricci Bitti, titular de ASOIF, fue enérgico en su intervención al considerar que el COI “es una máquina muy fuerte y por tanto es una pérdida de tiempo tratar de desestabilizarlo con esos ataques verbales”, en tanto llamó a evitar duplicaciones de funciones en SportAccord con respecto a otros organismos deportivos internacionales.
El también titular de la Federación Internacional de Tenis exhortó a tener una entidad que aporte al movimiento deportivo un valor añadido y elogió la creación de estas Convenciones anuales, así como las propuestas de los Juegos Mundiales de la Mente y de Playa.
Asimismo, llamó a ser más práctico en cuanto a la lucha contra la integridad y el arreglo de partidos por dinero, proyecto presentado por Vizer y que replica, en su opinión, los trabajos y acciones ya emprendidas por el COI.
Todavía con un día más de debate, la Asamblea de la ASOIF pudiera proponer nuevas ideas para enriquecer la Agenda 2020 que lanzara a finales del 2014 el titular del COI, Thomas Bach, quien sigue en la ciudad, pero no ha vuelto por el Centro de Exposiciones de Sochi desde el lunes.
Para muchos analistas, periodistas y funcionarios, que han expresado sus puntos de vista sobre lo sucedido en términos de instituciones deportivas en estas cuatro jornadas, lo más trascendental es que Bach recibió un apoyo esperado de las Federaciones Internaciones reunidas en ASOIF, pero SportAccord fue noticia en todos los medios internacionales por un enfrentamiento quizás no bien calculado por Marius Vizer, aunque no faltan razones para pensar que ese era el impacto que se quería.
Por supuesto, otras muchas más cosas han sucedido en la Convención, dado el amplio programa de conferencias, talleres, exposiciones y presentaciones de Juegos multideportivos, disciplinas nuevas que pugnan por un espacio, así como todo una industria que hay detrás del deporte y a la cual parece ya imposible de renunciar.
Este jueves, dentro de lo más sobresaliente está la entrega de los Premios SportAccord del 2014 en seis categorías: deportista del año (f y m), y mejor ciudad sede de un evento deportivo, mejor promoción audiovisual deportiva, Héroe del año y Premio al Espíritu, este último solo para los miembros de SportAccord.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
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